『03』

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—¿Cuando le piensas contar?

Zhang Hao estaba en una cafetería con su amigo más íntimo, Taerae, a él podía confiarle hasta un asesinato, sabía que no iba a decir nada y que se iba a inventar miles de cosas con tal de cubrirlo. Pero ahora estaban hablando del pequeño problema que tenía el castaño.

—No sé qué vaya a pensar Hanbin de mí —decía echándole más azúcar a su tasa

—Es tu novio, si te ama lo va a entender —mencionó comprensivo

—No lo sé...

—¿Ya se dio cuenta?

—Sólo lo hemos hecho dos veces pero en ninguna me dijo nada, pensé que al despertar sería lo primero que me pregunte pero no... —suspiró pesadamente

—Entonces dile tú de una vez —dijo sin más —ustedes van a seguir teniendo sexo y Hanbin lo va a notar

—Voy a beber alcohol cada que lo hagamos —dijo sarcástico

—¿Para que termines en un hospital? —contestó con una mirada seria —piénsalo bien

Y lo pensaba, se la pasó todo el día pensando en eso, abrió un debate consigo mismo para saber si contarle a Hanbin o simplemente evitarlo.

Para él, la segunda opción era la mejor.

Hanbin llegó a casa saludando a Hao, quien estaba viendo una serie en la televisión, el pelinegro se acostó a su lado y le empezó a besar en el cuello. Zhang Hao supo las intenciones de este así que rápidamente se movió fuera de su alcance.

—¿Qué pasa? —preguntó extrañado

—Es que... hoy no me bañé —contestó nervioso

—¿Y? —rió volviendo acercarse a él para jalarlo hacia la cama de nuevo —a mi me encantas aunque parezcas vagabundo

—Pero... mmh... —la lengua de Hanbin en su cuello hizo que dejara de pensar al instante

Dejó que él continuara e hiciera lo que quiera con su cuerpo, le encantaba que Hanbin tenga control sobre él, le excitaba demasiado sentirse tan sumiso.

Hanbin comenzó a besar y moder sus piernas dejando marcas de sus dientes en ellas. Sin previo aviso, introdujo su pene dentro de Zhang Hao haciendo que este suelte un gemido agudo.

Comenzó a moverse tan rápido y brusco sin dejar espacios para que Hao pueda gemir, todo lo que decía eran palabras inaudibles. La sensación de su novio siendo tan cruel y sin compasión encima de él lo calentaba hasta el punto de llorar.

Estaba con las mejillas rojas y ojos llenos de lágrimas, sacudiéndose al ritmo de los movimientos duros de Hanbin. Hasta que de golpe se detuvo cambiando de posición rápidamente dejando a Zhang Hao boca abajo. Le comenzó a jalar el pelo mientras metía y sacaba su miembro con estocadas brutalmente rápidas.

Zhang Hao no paraba de gemir, el contrario le tapó la boca mientras lamía toda su mejilla. Este tenía los ojos cerrados con fuerza con el leve ceño fruncido.

Hanbin sentía que se iba a venir pero esta vez, antes de hacerlo sacó su pene girando de nuevo a Zhang Hao, introdujo el miembro en su boca, este comenzó a succionar ansioso por el semen caliente que comenzaba a salir.

Un fuerte gruñido dio indicio a este acto, Hanbin tomó del cabello a Zhang Hao comenzando a follar su boca hasta llenarla toda de su líquido blanco. Hao tragó todo con una sonrisa.

—Qué rico... —decía agitado

El pelinegro aún no terminaba, aún faltaba que su novio se corriera, así que bajó hasta el pene de este comenzándolo a masturbar, succionando todo de arriba a abajo, de la punta hasta hasta los testículos. El contrario empezaba a temblar, cada vez más cerca de su orgasmo.

Al correrse, Hanbin tragó todo. Tan dulce, tan caliente. Quería besar a Zhang Hao para darle de probar un poco de su propio sabor pero este yacía con los ojos cerrados.

¿Dormido?

El pelinegro pasó su mano alrededor de su boca para limpiarse el poco de semen que tenía. Sacudió levemente a Hao pero este no reaccionaba, sin embargo, seguía respirando.

Se había desmayado de nuevo.

Hanbin lo abrazó y besó con una expresión de extrañeza, eso sólo sucedía cada que terminaban de tener sexo pero no entendía porqué.

Sólo tenía que esperar a que este despertara para que le responda todas sus dudas.

Hiperventilación ▪︎ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora