Después de años viviendo en una mentira Leah Granger finalmente sabe la verdad, el mundo mágico ahora sabría el horror que traería un simple error del destino.
Desde el principio el destino decidió que esos dos reinos jamás debían unirse, pero nunca...
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❝Solo amigos...❞
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Al entrar en la torre de premios anuales Leah suspiró de cansancio, aún no se acostumbraba a subir todos esos escalones para llegar a su habitación, deseaba volver a la sala común de Slytherin donde no debía caminar tanto.
–Subiré tus cosas–Le anunció Theseus antes de retirarse.
–Y yo voy a supervisar que el cabeza hueca no rompa nada–Añadió Dominique siguiendo al castaño a la habitación.
–Me sorprende que Blair y Elara no estén aquí ya redecorando todo–Comentó Louis apoyándose en una de las columnas.
–Seguramente están redecorando mi vieja habitación para ser su nuevo closet y luego van a venir–Siguió Leah con su broma.
Fue en ese momento que la Malfoy se dio cuenta de que era la primera vez que se quedaba a solas con el rubio desde lo de su oficina en el verano, se preguntó si todo estaba bien entre ellos así que se decidió a aclararlo en ese momento.
–Todo bien entre nosotros–Declaró Louis cómo si leyera su mente–¿Qué?–Cuestionó al notar su confusion–Conozco cada microexpresión de su bello rostro–Se burló.
–No es verdad–Se quejó la rubia cruzándose de brazos.
–Conozco cada microexpresión en tu rostro–Repitió el Weasley acercándose a ella con una sonrisa burlona–Conozco también cada expresión mayor en tú rostro, cada pequeño movimiento en tú cuerpo y los grandes también–Continuó con su burla.
–Ni que fueras adivino para saber todo de mi–Atacó la ojigris.
Ella sabía bien que él tenía razón, total razón en realidad y lo confirmó cuando solo necesitó ver su rostro para saber lo que ella le iba a preguntar, aunque no le daba el crédito de conocerla a la perfección, su rostro es muy fácil de leer.
Estaba tan atrapada en sus pensamientos sobre cómo hundir la confianza de Louis en los conocimientos que tiene sobre ella que no se dio cuenta de que ahora estaba encerrada entre el sofá y el cuerpo de su amigo.
