Después de años viviendo en una mentira Leah Granger finalmente sabe la verdad, el mundo mágico ahora sabría el horror que traería un simple error del destino.
Desde el principio el destino decidió que esos dos reinos jamás debían unirse, pero nunca...
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❝Ser correspondido es un regalo que pocos amores poseen...❞
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Eirene todavía tenía el espejo comunicador en su mano casi una hora después de que Leah cortara la llamada, seguía con la mirada pérdida y una sonrisa en su rostro cuando su esposo entró en la oficina y la vio con el ceño fruncido.
–¡Por fin te encuentro!–Chilló Draco cerrando la puerta–Vamos tarde a nuestro picnic y yo quiero mi paseo matutino y...–Él la vio confundido–¿Eire?–
–Me dijo mamá...–Alcanzó a decir la castaña cobriza mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
–¿Quién?–Cuestionó el rubio sin entender, pero acercándose preocupado–¿Eire?–
–Leah...–La reina se levantó de pronto y sonrió–Ella me llamó mamá, Draco–
El Rey se mostró algo sorprendido por aquella revelación, pero luego de unos segundos su rostro se relajó en una sonrisa amable mientras se acercaba a su esposa y tomaba su rostro entre sus manos para verla a los ojos.
–Claro que si, ella es tú hija–Reconoció el ojigris acariciando su mejilla–Eres la mujer a la que llama cuando tiene un problema, quien la acompaña cuando está triste y quien ríe a su lado cuando está feliz, ella es tan tuya como mía–
–Es que...–Eirene se abrazó a él–Jamás creí tener una hija...–
–Pues ahora tienes una muy caprichosa y...–Trató de bromear el más alto.
–No lo entiendes Draquis–Interrumpió la mujer con una sonrisa–Yo siempre la vi como mi Leah, no nació de mi pero es mía, y ahora sé que ella me ve igual...–
Ambos se abrazaron por un largo rato en silencio, Draco sabía bien que Eirene estaba experimentando lo que él había sentido cuando Leah lo llamó papá por primera vez, desearía no haberse perdido gran parte de la vida de su hija, pero estaba agradecido de el momento en que ella le permitió ser su padre.
–A veces quisiera...–Inició la reina con cierta duda en su voz, cosa rara en ella–A veces olvido la realidad, Draco, olvido por unos segundos cuando la veo aparecer que no nació de mi, que no la cargué cuando llegó al mundo o que no le enseñé a hablar, por unos segundos creo que es mía totalmente, que vino de mi...–
