Un poco común triángulo amoroso ♡ vhopekook ❀ omegaverse

CAPÍTULO TRECE: PROPUESTA

JungKook se sentó en uno de los puestos de su clase ese jueves, su estómago retorciéndose de nervios mientras veía ansiosamente la entrada del aula.

Para ese punto no iba a negar que estaba demasiado ansioso por la aparición de TaeHyung, pero no lo veía lógico teniendo en cuenta que habían intercambiado un par de mensajes el día anterior en donde el alfa le pedía disculpas por su comportamiento en su casa y le explicaba que no creyó que las cosas se saldrían tanto de sus manos, así como agregó que iba a tratar de comportarse mejor a su alrededor y esperaba que él hiciera lo mismo. JungKook estuvo de acuerdo, harto de los roces agresivos y peleas de poder, así que habían llegado a un pequeño acuerdo de soportarse mutuamente.

TaeHyung claramente omitió mencionar que JungKook le parecía más que sólo "atractivo" y que su necesidad de comportarse bien alrededor suyo se veía influenciada por ese hecho, no era necesario que el menor lo supiera por el momento.

JungKook sintió que su corazón dio un vuelco y aumentó la velocidad de sus latidos una vez la rubia cabellera de TaeHyung se asomó dentro del aula, luciendo el peinado hacia atrás que dejaba su frente al descubierto que siempre usaba y con una expresión seria que decoraba cada rincón de su rostro. Incluso lucía aburrido, como siempre. Estúpidamente, JungKook comparó la tranquilidad ajena con sus propios nervios y no pudo evitar sentirse fastidiado por ello, ya que mientras él se encontraba casi que al borde de su asiento, TaeHyung se mantenía sereno, era injusto.

El alfa rubio le dedicó una corta mirada mientras caminaba en busca de un lugar y Jeon pudo sentir cómo la sangre subía a su rostro, así que volvió a mirar su cuaderno para maldecir por lo bajo. El mayor sólo se sentó un par puestos detrás de él, dedicándose a mirar las reacciones ajenas mientras sus labios se torcían en una pequeña sonrisa que trataba de retener, divertido por la manera en la que las orejas del pelinegro se ponían cada vez más rojas.

Las horas de clase pasaron lentamente, siendo molestas para ambos, pero ayudaron a JungKook a prepararse mentalmente para la confrontación que tendría con el alfa, una que era inevitable que sucediera y agradecía un poco que el rubio ni siquiera se haya acercado a él durante el día porque significaba que no quería presionarlo.

—¿Podemos hablar? —fue la pregunta que hizo a Jeon casi saltar de su asiento y TaeHyung, quien estaba parado a su lado, lo miraba intensamente con sus oscuros ojos marrones. La clase salía del aula, las horas habían acabado y el profesor les deseó un buen resto de semana.

JungKook creyó que había logrado calmarse luego de la jornada, pero en ese instante se dio cuenta que sólo estaba ignorando sus sentimientos, porque su corazón acelerado y sus mejillas rojas delataron que TaeHyung le estaba poniendo los pelos de punta y se sintió avergonzado por la idea de que el alfa pudiera leer su expresión tan fácilmente.

Odiaba que TaeHyung tuviera ese efecto sobre él.

—No tenemos opción —decidió argumentar, pretendiendo sonar como si le fuera irrelevante, pero el pequeño temblar de su voz declaró otra cosa y la manera en la que los labios del rubio se crisparon le dio a entender que no era bueno fingiendo—. Deja recojo mis cosas.

TaeHyung decidió no decir nada sobre los honoríficos y guardó sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta, esperando en silencio a que el alfa pelinegro acabara con la pequeña tarea mientras él observaba las ventanas del aula y se lamentaba de que no se pudieran ver los árboles por la altura en la que estaban. Siendo marzo, la primavera recién comenzaba a enseñar sus colores mientras los vestigios del invierno se alejaban lentamente, habían flores por todos lados y TaeHyung tenía ganas de salir a ver los jardines del parque.

—¿Dónde quieres hablar? —preguntó y TaeHyung se giró para mirarlo, detallando un poco en la mirada esquivada de JungKook y en la manera en la que se aferraba a las correas de su mochila.