XII

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SiYeon y yo organizamos una buena barbacoa improvisada en la azotea, si se me permite decirlo

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SiYeon y yo organizamos una buena barbacoa improvisada en la azotea, si se me permite decirlo. Los chicos, principalmente Jin, se encargaron de la carne mientras SeMi -a quien nunca más nos volvimos a referir como Dra. Lim-, y Yeonwoo, la hermana de Namjoon, entraron a la cocina en algún momento y nos ayudaron a nosotras con el resto.

Tuvimos nuestro propio tiempo de cotilleo, hablando de todos los chicos mientras se picaban las verduras y se preparaban guarniciones. Eun Ji seguía siendo la atracción principal del día e iba de adentro a afuera, mientras más gente de la que podía contar la paseaba, tomando turnos para cargarla.

Para el momento en que terminamos, una mesa y sillas habían sido acomodadas entorno a una decoración sencilla. Jin se encontraba conversando con Jungkook respecto al viejo auto mientras Jimin y dos chicos más pequeños se burlaban de cuán incómodo y torpe lucía Namjoon cargando a Eunji.

—No los escuches —le dije mientras levantaba a mi bebé de sus brazos—. Lo estás haciendo bien. —Me di la vuelta buscando un lugar para sentarme, pero encontrando en su lugar la mirada de Jin en mí.

—Así que en serio te encontrabas adentro. —murmuró, acercándose—. La princesa encerrada en su torre. Me preguntaba cuándo ibas a aparecer.

Mi corazón me revoloteó en el pecho cuando le sonrió a Eun Ji.

—Tú lo has dicho. La malvada Si Yeon me ha hecho trabajar en la cocina. Pero creo que por fin tenemos todo listo. ¿Ya tuviste tu turno de cargarla?

—Aún no. El malvado Jungkook me ha hecho trabajar mucho en el auto y estos inútiles no pueden ni saltear un poco de carne; así que voy a lavarme y vengo a robártela.

Asentí, incapaz de detener mi sonrisa. No lo había visto desde su última visita a mi habitación de hospital para entregar el cerdo de peluche de Eun Ji. Eso había sido ya hace mucho tiempo. Solo con mirar sus cálidos ojos refrescaba algo dentro de mí.

Se detuvo un momento como si quisiera decir más. Luego negó con la cabeza, sonrió y se fue. Lo miré desaparecer por las escaleras, y dejé salir un suspiro, ya queriéndolo de regreso.

Apartando tales pensamientos raros de mi cabeza, caminé hacia las sillas apropiándome del lugar vacío más cercano sosteniendo a la pequeña bebé en mi pecho.

Supongo que debí saber que sentarme junto a Jimin no sería buena idea. Me envió una sacudida de barbilla y meneó las cejas. —¿Cómo te va con ese alimento de pecho?

Oh, por favor. ¿En serio? Le di mi mejor mirada seca. —Tan bien como tu habilidad de acostarte con mujeres casadas, al parecer.

—Oye. Eso fue un golpe bajo —Me frunció el ceño antes de mirar alrededor y bajar la voz—. ¿Cómo lo supiste?

—La ventana de la habitación estaba abierta.

La cara de Jimin por primera vez enrojeció de vergüenza mientras se hundía en la silla.

✔ 𝓞𝓷𝓵𝔂 𝓨𝓸𝓾 ||Libro 3 - KIM SEOKJIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora