- Fiscal Cabello, ¿ya terminaste de ordenar los oficios del caso?
— Sí, ya están listos jefe
— ¡Ahh! como siempre, tienes las cosas más rápido de lo que cualquier fiscal las ha tenido. Me dijo el fiscal en jefe con una amplia sonrisa y diciendo...
Gracias, pasaré a procesarlos ahora, es todo por hoy puedes irte. Salió de la oficina cerrando la puerta tras de sí.Bostecé tranquilamente mientras miraba el tranquilo atardecer por la pequeña ventana, finalmente habíamos terminado el papeleo de estos casos. Le agradecí a mi asistente y esta se retiró.
Hoy salí temprano del trabajo, debía aprovechar para surtir mi despensa, así que salí de la oficina y fui al estacionamiento. Me subí a mi Jaguar C-X16 y me dirigí al centro comercial más cercano, aunque era mitad de semana me encontraba exhausta.
El trabajo no era fácil, porque a pesar de ser uno de los Distritos con más crímenes (solo superados por el Distrito de New York) éramos con el que menos fiscales contaba. El equipo de trabajo estaba formado por el fiscal en jefe Marcos Gin un señor de edad bastante tranquilo y paciente aunque muy agudo cuando se trata de crímenes, mi archirrival la rubia y testaruda defensora de la justicia la fiscal Helena Flores junto con su tímida asistente Angie Cortes una chica bastante conservadora, también está la fiscal Marcela Hernandez y su asistente Soraya Barraza, las más novatas que se acaban de integrar al equipo. Más mi asistente Normani Kordei y yo. Un perfecto equipo formado por solo 7 integrantes cuando deberíamos de ser 10.
Helena y yo habíamos tenido que dividirnos el trabajo de Marcela porque para colmo estaba enferma y se tuvo que ausentar un par de días. Lo que significó dos fiscales haciendo el trabajo de cuatro, afortunadamente habíamos terminado los casos en tiempo y forma, ¡pero a qué precio!... en fin…
El jefe estaba muy orgulloso de mi trabajo, a pesar de que llevaba 7 meses trabajando con él, me había acoplado bastante a su estilo de trabajo, era de esperar puesto que siempre me han enseñado a complacer a la gente, mis padres siempre me han dado todo lo que he querido, bajo esta condición… pero aún rodeada de gente importante y lujos me sentía profundamente vacía, cosa que nadie se ha dado cuenta porque lo he podido disimular ya que siempre traigo puesta una impávida máscara.
Ante todos pero principalmente ante mis padres siempre seré la perfecta Karla Camila que sigue las reglas, una dama de sociedad que mantiene la compostura aún en las situaciones más adversas, pero muy en el fondo tenía cierto impulso a romper las reglas y estaba en desacuerdo con muchas de estas, lo cual no iba muy acorde a mi puesto como procuradora del orden.
Después de graduarme y aprobar el examen estatal me mudé a Los Angeles, lejos de Miami y lejos de mis padres, solo así pude tener un poco de libertad, compré un lindo apartamento y entré a trabajar como fiscal del Distrito de Los Angeles, cosa que posterior mente me trajo bastantes problemas, principalmente con mi padre.
Iba caminando por el centro comercial, tan absorta en mis pensamientos mientras tomaba esto y aquello. Cuando me percaté que llevaba demasiadas cosas y me pregunté ¿Por qué razón no había tomado un carrito?…. no muy lejos de donde estaba vi uno abandonado así que fui hacia el. Llevaba tantas cosas que no podía ver por donde caminaba… de pronto tropecé con algo y caí al suelo, afortunadamente mis cosas amortiguaron la caída pero no pude decir lo mismo de mi tobillo que sentí como se torcía y no pude evitar soltar un pequeño gemido de dolor
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Con todo mi ser ....
FanfictionDe verdad esperas que crea que no sentiste nada? Nadie en toda mi vida me había hablado así!... ¿Por qué siempre término cuidando a esta mujer?... Si Lauren me lo pide... ¿quieres apostar Mila?... Auch, esto va a doler... Y tú, ¿De dónde saliste...