Capitulo 6: Golpe de realidad

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Los ojos de la muerte se posaron en aquella piedra púrpura en su mano. Era un mineral con muchas imperfecciones y en su interior, un torrente de maná se arremolinaba, girando de un lado a otro queriendo escapar.

'Esto no es un cristal de datos', pensó después de inspeccionarlo con cuidado.

Tras tantos años jugando Yggdrasil, podía reconocer casi instintivamente los tesoros, y este sin duda parecía uno, pero aún estaba un poco lejos de ser un cristal de datos.

Como uno de los objetos más fundamentales de Yggdrasil, los cristales movían la economía de los Nueve Mundos, al punto en que ciertos cristales cargados con datos muy específicos podían llegar a costar lo mismo que un objeto divino.

Aun siendo un objeto dropeable en las zonas de alto nivel, básicamente funcionaban para todo; encantar y crear objetos, obtener habilidades, personalizar avatares y NPCs.

Momonga aún recuerda a un jugador de la raza angelical que utilizó miles de cristales para mejorar un objeto basura hasta convertirlo en un objeto divino, todo porque, en sus palabras, 'tenía una habilidad OP y no quería perderla'

Él mismo no estaba libre de ese crimen. ¿Cuántos cristales no quemó Ainz Ooal Gown para alcanzar su perfección? No sería una mentira decir que muchos pagos de fin de mes y bonos se destinaron a comprar cristales con ese propósito.

Afortunadamente, los cristales de personalización de aspecto eran relativamente baratos, de lo contrario, muchos miembros del gremio habrían terminado en la quiebra después de diseñar a sus creaciones.

Fueron días oscuros para las arcas de oro del gremio.

"[Todo el Objeto Mágico de Valoración]" Las llamas que representaban sus ojos de Overlord brillaron vivaces por un segundo antes de volver a su estado normal.

Nada... Pasaron los segundos y su habilidad aún no funcionaba. A punto de rendirse, una ventana de estado apareció frente al cristal, iluminando nuevamente sus ojos. En su mayoría, tenía escritos caracteres de interrogación, pero lo que era legible hizo que tragara sus pensamientos.

¡Este no era un tesoro cualquiera!

Tenía tres usos, entre los cuales el que más llamó la atención de Momonga era que estas piedras mágicas eran gigantescas baterías mágicas.

Mana en un estado puro contenido en cristales, esperando a ser usado.

Entre la variedad de consumibles de Yggdrasil, solo existía uno que, no importa cuánto los jugadores rogaran, los GM nunca lo integrarían.

¡Pociones de maná!

Las clases mágicas en el juego eran cañones de daño absurdos, y lo único que los frenaba eran sus reservas de maná. Incluso Ulbert sufría de ese problema, contaba con el mayor daño explosivo de todo el gremio, pero si no lograba terminar sus peleas antes de que se le acabara el maná, era hombre muerto.

Sin dudarlo ni por un momento, lanzó el cristal a su inventario.

"Debería continuar y conseguir algunos cuantos más antes de que se acabe el tiempo", susurró, fijando su mirada en la gran entrada que ascendía a un piso superior.

...

La molienda, en palabras de cualquier jugador, había sido satisfactoria. Después de una hora de farmeo, limpiando pisos que iban desde tundras heladas hasta selvas vibrantes de vida, Momonga ya había recolectado varios millares de cristales de maná.

También, raramente, los monstruos dejaban caer objetos diferentes como escamas, pieles o cuernos. Aunque no tenían uso, después de inspeccionarlos con [Todo el Objeto Mágico de Valoración], decidió conservarlos.

La última gran misiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora