Capitulo 3: Corazón de un héroe

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El sonido del martillo golpeando un yunque lo despertó. No era tan temprano por la mañana, pero aun así se sintió renuente a abrir sus ojos.

Welf ya había comenzado con su práctica de forja matutina y no existía manera de convencerlo de que se la saltara por un día.

Bell bostezó.

Había estado durmiendo mal desde que volvió del infierno junto con Ryuu. Las pesadillas lo invadían como terrores nocturnos que helaban su sangre y lo llenaban de temor.

Esos días están grabados a fuego en su memoria.

Inconscientemente, sujetó su brazo izquierdo. Este estaba perfectamente bien, no había rastros de heridas o marcas, pero a veces un dolor fantasma lo envolvía. Según Armid, la hija de la familia Dian Cecht conocida como la mejor curandera de todo Orario, si no del mundo entero, este dolor era puramente psicológico.

Algo que ni la magia ni las pociones pueden sanar.

Había pasado un tiempo desde esos sucesos, más precisamente dos meses completos en los cuales no había puesto un solo pie en la mazmorra, no porque no quisiera, se le había prohibido, no podía descender hasta que los daños que recibió se hubieran curado por completo.

Incluso cuando le pidió a su diosa ir a los primeros pisos, fue totalmente rechazado. No solo por ella, Lili, Welf, Mikoto y Haruhime también estaban en contra, pensando que exageraban, fue al gremio a escondidas solo para ser regañado por Eina.

Al menos todo este tiempo no había sido totalmente desaprovechado.

'Hoy es un gran día.'

Se levantó totalmente motivado, llevando sus armas, salió al jardín trasero de la mansión.

Preparando su postura, respiró profundamente el aire frío que congelo sus pulmones antes de exhalar una flecha de vapor.

En estos meses, su crecimiento físico había sido detenido, pero el entendimiento de sí mismo había dado un salto cualitativo.

'Entender su propio poder' era uno de sus mayores problemas que venía arrastrando desde que su crecimiento se aceleró. Cada vez que volvía del calabozo, sus estadísticas daban saltos absurdos y subía de nivel de manera demencial, rompiendo récords tras récords.

Apenas había podido adaptarse un poco cuando alcanzo al nivel 4, luchando con su vida colgando de un hilo.

Grande fue su sorpresa al volver del infierno y ver que sus estadísticas generales habían superado los 600 puntos en todos sus apartados. Apenas se había convertido en nivel 4, pero ya tenía la posibilidad de subir al nivel 5 sin ningún problema...

Otro aumento de nivel en tan poco tiempo sería la gota que colma el vaso. Los dioses y aventureros buscarán conocer la verdad. Nadie, sin importar su talento, puede abrirse paso tan rápido, no importa cuánto esfuerzo ponga en ello.

Los buscadores de poder tomarán cartas en el asunto y pondrán a Bell en el ojo de la tormenta.

Aunque la familia Hestia había mejorado su influencia con el tiempo, aún estaba muy por detrás de los titanes de Orario. Si la familia Freya o Loki buscaran descubrir la razón de su rápido crecimiento, podría desencadenar una nueva guerra de familias en el mejor de los casos.

Según su diosa, era un aumento dramático incluso para él mismo. Por lo tanto, decidieron mantener su falna en secreto y no aumentar su nivel, esperando que las repercusiones traídas por el Juggernaut se calmaran.

Comprendiendo este hecho, Bell había dirigido todos sus esfuerzos en adaptarse completamente a su fuerza.

Desenvainó sus dagas y su cuerpo entró en un estado de combate. Sus ojos se afilaron mientras sus músculos se tensaban al límite.

La última gran misiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora