¿Cómo enamorar a un Lan? © Wangxian

Poemas

[Los poemas son la base de un Lan, aunque no lo creas. Admiran esos pequeños versos que muestran miles de sentimientos. ¡Hazle uno!]

Atte: Madam Lan.

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Bien.

Un poema.

¿Qué tan difícil podría ser escribir un poema? Solo se trataba de palabras que rimaran, nada más.

Nada más...

— ¡¿Por qué es tan difícil escribir un poema?! — su grito alteró un poco a los pequeños conejos qué se encontraban a su lado.

¿Cómo se supone que cumpliría aquella parte del libro si lo que menos hacia bien era hacer poemas? ¡Aish! ¿Cuál era la necesidad de eso? El podría demostrar su amor de otra forma como:

— No se como.

Estaba perdido.

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"Si estas tan perdido como yo en esos tiempos, no te preocupes. Me demore la vida intentando hacer uno, pero fue tan hermoso verlo reír cuando leyó lo que había escrito qué sentí que valió la pena aún si eso significaba que era el peor poema qué el hubiera leído."

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— Pero no quiero que sea el peor poema que haya visto. —puchereó molesto mientras dejaba su pincel y tinta a un lado. — Quiero que sea el poema que más anhele, así como yo anhelo estar con él.

Incluso las flores parecieron bailar ante tan bellas palabras.

Wei Wuxian ya no sabía ni siquiera cuándo exactamente empezó a estar tan perdidamente enamorado de Lan Wangji. Aún recordaba cuando lo vio por primera vez, cuando hicieron contacto visual. Claro, no importaba si su primer encuentro se trataba de él tratando de convencer a Lan Zhan de dejar pasar a los discípulos Jiang y sus hermanos a los recesos de la nube.

No importaba si podía apreciar sus ojos dorados.

— Sus ojos dorados... — suspiró recostandose y colocando un papel en su cara para taparlo de la luz. — ¡Sus ojos dorados! — se levantó de golpe. — Conejitos, ya sé que escribir.

— ¿Haz visto a Wei Wuxian? 

Jiang Cheng iba a entrar en crisis en cualquier momento, y es que desde hace un mes notaba la extraña actitud de su hermano. Todo comenzó con sonrojos y mareos, pero ahora se habían convertido en pequeñas escapadas a un lugar donde nadie conocía su paradero.

¡Y ya se lo había preguntado hasta al más pequeño insecto! Es decir, ¡¿él hablando con insectos? ¡Por favor!

— Tontas cabañas, me interrumpen el camino. — gruño colocando sus manos en su cintura tratando de contener su ira. — Apenas lo vea en la clase, lo mataré.

— Matar dentro de los recesos de la nube está prohibido. — interrumpieron haciendolo voltear enojado.

— ¡Entonces lo mataré afue...— sintió su alma escapar de su cuerpo. — ¿Ze-zewu-Jun?!

Jiang Cheng quería matarse a si mismo.

— Veo que busca a su hermano, joven Jiang. — Lan Xichen mantuvo una gran sonrisa. — Pero me temo que no lo encontrará aquí.