¿Cómo enamorar a un Lan? © Wangxian

Extra: Nuez.

— Entonces, yo dije: Solo hagamoslo y ya, no creo que sea tan difícil. — suspiró mientras juntaba sus manos.

— Y yo dije: Ni que se fuera a morir. — cruzó sus brazos, preocupado. — En conclusión, fue culpa de Wei Wuxian.

Un grito de indignación resonó en toda la sala principal, alertando a los discípulos que se encontraban afuera y quienes se acercaron de inmediato a ellos.

Deberían de colocarle puertas a esa sala.

— ¡Entraste en pánico y me empujaste a decírselo!

— ¡Estoy en una situación delicada, ¿está bien?!

— ¡Yo también!

Y ahí estaban, Jiang Cheng y Wei Wuxian. También, Lan Qiren. Aunque este estaba medio muerto recostado en el suelo de ese gran salón. Por otro lado, los hermanos Lan seguían recolectando información de que le había pasado a su tío y de porque sus esposos estaban picandolo con un palo para ver si respiraba.

— ¡Lan Zhan! — Wei Wuxian se abalanzó en su esposo con los ojos lagrimosos. — Jiang Cheng, me está molestando.

Y no es como que Lan Wangji entrará en pánico, pero estaba en pánico. Es decir, ¿Por qué de la nada su esposo lloraba? Algo estaba mal. Así que, su cuerpo solo reaccionó y dirigió una mala mirada al Jiang.

— ¡A-Huan! — pero ahora Jiang Cheng se abalanzó en Lan Xichen, llorando... — Tu hermano me está mirando feo.

Si, algo estaba mal.

Automáticamente, la mirada de Lan Wangji se calmó. De hecho, estaba más sorprendido que su hermano. Lan Xichen por su parte, seguía atónito mientras inconscientemente acariciaba de la espalda de su esposo.

Y Lan Qiren seguía tirado.

Después de unas cuantas horas y comprobar que su tío seguía vivo. Todo se calmó, aunque eso significará que Lan Qiren seguía inconsiente y postrado en una cama.

La presión se le había bajado.

— Así que no se preocupe líder de secta y Hanguang-Jun. — el médico del clan anotó suavemente en una hoja lo que se le daría a su tío para la recuperación. — Estará bien. — y sonriente... — Por cierto, felicidades a ambos. Todos estamos orgullosos de que la secta Lan tenga a dos futuros herederos en camino.

Dos sonidos en seco resonaron en la sala medica.

— ¡Lan Zhan!

— ¡¿Qué le hizo a mi esposo?!

Oh...

— Traigan dos camillas más.

— Y eso pasó. — concluyó la historia Wei Wuxian. — ¿Te gustó la historia, mi pequeño rabanito?

— ¿Eres consiente de que tu hijo ya tiene 17 años?

— Tu sigues exigiéndole a Jingyi el beso de buenas noches, de que me juzgas.

Ambos hermanos compartieron una mirada filosa.

— ¿A sí? — Jiang Cheng cruzó sus brazos. — Bueno, al menos yo no llore cuando mi hijo fue a su primer día de clases.

— ¿A sí? — Wei Wuxian pego sus manos a sus caderas. — Bueno, al menos yo no llore cuando a mi hijo se le cayó su primer diente.