Especial: Los Conejos de Lan Zhan

2.9K 493 37
                                    


Se sentía bien, su corazón curiosamente se encontraba cálido y era como si todo si alrededor hubiera mejorado desde la llegada de esos pequeños animales.

No le importo haber tenido que copiar rectitud de nuevo, ni tener que escuchar a su tío darle un sermón de dos semanas. Parecía que ya nada de eso importaba y era como si cualquier cosa que busque provocar un sentimiento amargo en el se dispara con tan solo recordar que tenía de esos dos pequeños conejos.

Wang y Xian.

Bonitos.

— ¿Tienen hambre?

Hace unas horas que no veía a sus conejos. Tuvo que ir a vigilar a Wei Wuxian después de que este haya estado bailando y cantando junto a otros discípulos más, haciendo ruido.

Ignoraría el hecho de las otras personas alrededor de Wei Wuxian y solo se concentraría en ese pequeño fragmento qué había guardado en su memoria de como Wei Ying cantaba y bailaba, su voz era mucho más dulce y alegre, aparte, su danza era delicada y hermosa.

— Lindo. — sonrió.

Sonrisa que borro al instante al percatarse de que fue involuntaria, ahora sentía sus orejas quemar nuevamente.

Por otra parte, el conejo blanco acepto la zanahoria qué se le ofrecía. Aunque en vez de comer la solo se dirigió a su pareja y se la corto en pedazo pequeños con sus dientes.

Lan Wangji se sintió raro.

— Hay más. — ofreció otra zanahoria.

Su mente solo creo una imagen donde él era quien cortaba en trozos pequeños de carne para Wei Ying, donde Wei Ying se veía feliz junto a él, donde Wei Ying le hablara de todo lo que había hecho en el día solo a él y donde Wei Ying lo mirara solo a él.

No existía nadie más, solo él y Wei Wuxian.

— Mmn.

Lastimosamente esas imágenes no eran reales. Lastimosamente tenía que tragar se su orgullo y sentimientos cuando veía a Wei Wuxian acercarse a otros juguetón y sonriente, donde Wei Wuxian en realidad hablaba con muchas personas y las miraba a todas de la misma forma en la que lo miraba a él.

No era un mundo solo de ellos dos.

— No.

Se propuso quitarse de la cabeza todas las veces en las que Wei Wuxian se acercaba a él, y se fue por lo más lógico.

Desde que lo conoció supo que era un alma libre y valiente, qué no se detendría con nada del mundo y que sería el mismo sin importar lo que digan otros. Así que lo más lógico era que todo eso formaba parte de su personalidad.

Hacer amigos era cosa de Wei Wuxian.

Ajnque no le gustara, seguramente solo era Wei Ying tratando de molestarlo para que acepte ser su amigo, eso no le gustaba. El no quería el simple papel de un amigo, el quería algo más. Algo como lo de esos dos pequeños conejos.

— Mmn.

Parecía que ya habían comido suficiente. El conejito negro se recostó a un lado del blanco ocultando su cabeza entre los peajes de este mientras que el blanco solo olfateaba del cuello del conejo negro.

Su corazón latió imaginando otra cosa.

¿A Wei Ying le gustaría su aroma? No había pregunta inversa porque el adora el aroma de Wei Wuxian, es dulce pero no al extremo de molestarlo. De hecho, desgraciadamente era lo suficientemente atrayente como para que no solo el este detrás del omega.

— Wangji, ¿sigues aquí?

Su cuerpo se erizo al sentir la repentina voz de su hermano detrás de él.

¿No abra hecho algo raro inconsientemente no es así?

— Les daba de comer.

Su respuesta fue muy Wangji, a los ojos de Xichen. Pero el Lan mayor sabía que su hermano no mostraba una gran sonrisa así porque sí. Es más, nunca había visto a Wangji sonreir libremente.

— ¿Cómo se llaman? — preguntó Lan Xichen.

— No tienen nombre.

Mentira.

— Ya veo. — Lan Xichen sonrió agachandose igual que su hermano para observar de los conejos.

Su hermano parecía hipnotizado con ellos.

En este punto, Lan Xichen se preguntaba si el también debería de aventurarse a dar algo como el maestro Wei lo hizo con su hermano. Es decir, Wangji parecía muy feliz.

Entonces, solo se le ocurrió preguntar.

— Wangji.

— Mmn.

— ¿Te gusta el joven maestro Wei?

Lo dijo.

— Hermano...

— Se sincero, Wangji. — agregó. — Nadie te dirá nada por lo que sea que digas. — tomo una rama del suelo. — No tiene nada de malo enamorarse.

Noto como su hermano solo se había quedado estático.

— ¿Sabes? — se ganó la atención de su hermano. — A mi me gusta alguien.

— Yo...

— Es diferente a los demás y eso lo vuelve atractivo para mí. — desvío la mirada. — Pero hay algo que me preocupa.

— ¿Qué es?

Lan Xichen sonrió internamente al notar la curiosidad de su hermano, parece que estaba acertando poco a poco.

— Que yo no le guste y que haya confundió todo. — señaló a los conejos. — Pero el dijo: Eres como un conejo. — rió.

Lan Wangji no entendía nada.

— Lo que quiero decir es que... — suspiró. — Me dijo que, no importa lo que haga, siempre termino acercándome a él sin que me haya llamado y que eso lo hizo darse cuenta que estaba enamorado.

Lan Wangji sintió sus orejas quemar nuevamente. Y pensó en todas las veces que busco la mínima excusa para castigar a Wei Wuxian y tenerlo cerca.

Se avergonzó.

— Wangji, fue como si el destino hubiera querido que estuviéramos juntos. Y...

— Hermano.

— No creas que no me he dado cuenta de cómo observas al joven maestro Wei. — sonrió. — Así que lo repetiré.

Los conejos se acercaron a Lan Zhan.

— ¿Te gusta el joven maestro Wei?





































































































— Me gusta.

©

¡Te amo, Lan Zhan! Y te envidio Wei Wuxian, porque no importa la versión en la que estén, su amor siempre se notará.

Así imagine a los conejos de Lan Zhan

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Así imagine a los conejos de Lan Zhan.

¿Cómo enamorar a un Lan?  ©  WangxianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora