Caramelos

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¡Lan Qiren se fue de viaje!

Dos semanas enteras de vacaciones, no habría más viejo gritando ni por que la más pequeña hoja tocara de su entorno. Tampoco habría más:"¡Wei Wuxian!", nada.

La paz había aparecido, el aburrimiento también, la incomodidad aún más, los nervios y la ansiedad lo estaban carcomiendo ahora.

— ¿Por qué se tuvo que ir el viejo Qiren? — mastico una de las zanahorias que había traído para alimentar a los conejos. — ¡Oh, lo siento pequeños! Aquí tienen.

En su cabeza hizo un 'clic' cuando los pequeños animalitos arrimaron hacia él nuevamente el libro de Madame Lan.

Cierto, estaba conquistando a Lan Zhan.

— Gracias. — dejo la cesta de lado, sin darse cuenta de como su voz se volvió muy suave y de como sus mejillas se habían sonrojado. — ¿En que página íbamos?

Los conejos se apresuraron a saltar encima de él para que volviera a dejar el libro en el suelo. Wei Wuxian se sorprendía cada día más de lo inteligentes que eran los conejos espirituales. Los conejos habían encontrado la página.

— Caramelos. — era el título. — ¿De frambuesa?


[ Las frambuesas, comestibles, de un color rojo intenso, suaves y con un sabor agradable. ¿No se te hacen familiares?]




— Sinceramente no entiendo que tiene que ver lo comestible.


[ Por favor, los Lan tienen una genética exquisita. Que le eches ojo a uno no me sorprendería.]



— Bueno, no hay mentira en sus palabras.

[ En una frutería de Caiyi puedes preguntar por los dulces de frambuesa, solo una dulce señora crea de esas delicias. Te darás cuenta de donde se encuentra cuando menos te lo esperes.]

Atte. Madame Lan.


— Bien, andando.

Los conejos saltaron emocionados, Wei Wuxian estaba actuando sin dudar. Un paso más adelante a cumplir su mandado.

— Un momento, ¿Qué? — regreso su vista a las páginas del libro. — No es por nada y espero no ofenda mi pregunta, pero ¿Me estás diciendo que encontrare a una señora de la nada a quien le comprare dulces de dudosa procedencia? — los conejos tampoco se veían tan seguros. — ¿Seguros que esto no es un amarre?

Una nuez cayó en su cabeza sacándole un chillido.

— ¡Auch!, ¿Desde cuando aquí hay nueces? — otra más pegó en su cabeza. — Ya entendí, ya entendí. — dejo el libro en el suelo. — Pero no quiero ir solito...— otra más le cayó. — ¡Ay, ya voy!

Y mientras que Wei Wuxian se iba con un lindo puchero, los conejos se tiraban panza arriba disfrutando de la escena que aquella bella Madame había hecho por atrás de un arbusto.

 Hola mis pequeñas nubecitas, ¿encontraron al indicado para mi A-Zhan?

Todos se levantaron y corrieron hasta su antigua Madame, los conejitos extrañaban a su antigua dueña.

¿Cómo enamorar a un Lan?  ©  WangxianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora