-Capítulo 3

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Terminé de arreglarme y verifiqué que estuviesen todos los libros del horario correspondiente en mi mochila

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Terminé de arreglarme y verifiqué que estuviesen todos los libros del horario correspondiente en mi mochila. Estaba nerviosa, agregando que me había peinado un poco mejor de lo que solía hacerlo, y todo porque sabía que así sea tan solo para ir a la escuela, Amity se vería muy hermosa.

Me sonrojé al pensar en eso, porque tal vez ella simplemente era hermosa sin esfuerzo, y muy probablemente, sin percatarse de lo que era ella misma.

Había acordado de pasar a su casa e irnos juntas a la parada del autobús, cosa que por suerte y sin alguna señal de rechisto o disgusto, aceptó.

Me despedí de mi mamá, pero no salí sin que antes me persignara y yo simplemente esperase a que termine de reprenderme de forma adorable y ciertamente motivadora. Sentí mucha gracia al cruzar por fin mi puerta y divisar que con Amity la situación no era tan diferente; ella estaba jugueteando con sus manos en la espalda mientras el señor y la señora Blight parecían bañarla en consejos, y mientras eso ocurría; los gemelos intentaban tranquilizarles un poco, pero este acto no les había inmutado en lo absoluto.

Odalia fue la primera en verme, y automáticamente dejó de "aconsejar" a Amity para después saludarmede forma frenética; he de ser sincera, yo también me alegraba de verla. Todos voltearon hacia mí e imitaron a la señora Blight, y al saludarles me sentía más que satisfecha del trato que tenía tal familia hacía mí.

—¡Luz! Acabas de salvar a mi pobre hermanita —dice Emira —, Tan solo mírala, está siendo totalmente torturada —comenzó a acariciar su pecosa mejilla con cierta rudeza y ella se alejó en un gruñido. Reí por lo bajo y me le acerqué más, hasta que nuestros hombros quedasen a casi centímetros. Mi sonrisa se amplió aún más cuando vi como mi hombro quedaba tan bajito a comparación del suyo.

Y mientras su familia tenía una divertida discusión, yo acaricié el dorso de su mano, pero entonces me alarmé un poco al ver que pequeños rasguños y raspones decoraban sus rojizos nudillos. Ella miró justo en donde junté mi piel con la suya, y con su mano temblando, agarró la mía y comenzó a caminar muy despacio —¡Adiós! —se despidió y yo hice lo mismo únicamente con mi mano, mientras disimulaba en total fracaso que la piel se me enchinaba hasta los poros.

—Esta vez yo iré al frente, ¿Bien? —le dije mientras intentaba ganarle a la velocidad de sus piernas largas debajo de aquel pants Nike; no dijo nada, pues su vista dorada solo se pegaba a mi persona.

Llegamos a la parada y nos quedamos ahí por muy pocos minutos. Ella jugueteaba con los tirantes de su mochila Vans mientras veía al suelo, y yo jugaba con el borde de mi chaqueta mientras la observaba a ella; a sus facciones etéreas y al melifluo sonido de su risa.

Algo de lo que yo gustaba mucho, era el ser la única en aquella parada. Nunca había visto a alguien más que a mí, y siempre había pensado que otra persona ahí seria algo superfluo, hasta que Amity se puso a mi lado.

𝘖𝘭𝘰𝘳 𝘢 𝘓𝘢𝘷𝘢𝘯𝘥𝘢 [Lumity Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora