— Y, por favor, Nad, ten cuidado la próxima vez que vayas a la playa. - dijo la voz de una mujer desde la planta de abajo, mandando un beso sonoro tras la frase.Nad le dedicó una mirada sonriente, siendo opacada por su cara de cansancio absoluto. Sus ojos azules estaban casi sin brillo, pero algo en su interior les hacía brillar levemente. Satisfacción quizás. Alzó el pulgar a modo de “okey” y subió tambaleándose hacia su cuarto. Se ayudó de la barandilla de metal grisácea para subir, y echó todo su cuerpo hacia la puerta para abrirla, casi cayéndose de bruces al suelo. Su cuerpo estaba casi delirando por el veneno.
Su habitación era un caos ordenado. Miles de telas extrañas, goma espuma y pintura textil en un rincón, otro lleno de videojuegos apilados y otro extrañamente ordenado, con un escritorio bastante limpio. Se tiró sobre la cama de sábanas azules, riendo por lo bajo, una risa floja y aguda. Cogiendo sin mirar su móvil, ya que se conocía cada aplicación y su ubicación de memoria, abrió Discord. Alzó una mano y tiró unos cascos baratos, conectandolos al móvil y alzando al fin la cabeza, poniéndoselos y mirando a la pantalla. El sonido de llamada de Discord a todo volumen hizo que el dolor de cabeza aumentase, por lo que pego un leve grito y lo bajo casi al mínimo.
— ¿Nad? ¿Qué pasa? - dijo una voz femenina desde el chat.
— Bella… - hizo una pausa dramática, rió y puso una voz casi heróica, aún más grave de lo que su voz ya era. - Soy el nuevo Spider-persona.
El silencio inundó la llamada, e incluso el cuarto. A la chica le tomó un par de segundos procesar, suspiró y dijo.
— ¿Has tenido un nuevo accidente y ahora estás drogade con pegamento o algo? O puro sueño, me sirve.
— No estoy de coña, Bella. Me picó una araña ayer en la playa. - se puso boca arriba, sonriendo triunfante. - Mira.
— Por el amor de Dios, la Virgen María y San José, Nad. ¡Cinco minutos te dejé solo! ¡Cinco! ¿¡Has ido al médico!? ¡Porque estás alucinando! - el volumen de Bella iba a en aumento, por lo que Nad dejó el volumen al borde entre silenciarla y oírla.
— Calla, calla. Y baja la voz, que tengo migraña. - activó la cámara, la cual no podía estar más pixelada, mostrando sus ojos cansados, la piel más pálida de lo normal y su negro pelo desordenado. - No, mi cara no, coño. - cambió la cámara, apuntando a una estantería levemente visible, pudiendose ver una extraña figura de un dragón verde.
— He visto esa figura veinte veces, Nad. Vete a dormir ya o me planto ahí en 1 minuto.
Antes de que pudiese seguir, alzó su muñeca, haciéndola visible para la cámara, y una telaraña en forma de embudo salió de esta. Cayó cerca la figura, rozándola, pero cayendo de forma patética, yendo casi en cámara lenta. Bella activó su cámara, con su pelo recogido en un moño enorme y la piel levemente quemada por el sol el día anterior. Nad cambio la cámara a su cara, sonriendo de la forma más poco seria posible, intentando parecer guay. Los ojos marrones de su amiga le miraban el alma, con sus gafas dándole una leve sombra amenazadora. Nad solo alzó y bajó varias veces sus cejas, picándole en silencio. Bella cogió aire despacio, cerrando los ojos y juntando los dedos pulgar e índice. Soltó el aire poco a poco y dijo, casi susurrando.
— Dime que es un edit. Dime que te quieres cosplayear del hombre araña de Gringolandia y que eso no es real.
Nad cambió de nuevo la cámara y tiró de la telaraña que salía de su muñeca, arrastrando con ella parte de una falda rosa de uno de sus cosplays. Tiró la falda lejos, cogió la telaraña, la enredó en su dedo medio y lo mostró a cámara.
— ¿Te parece edit?
Bella volvió a coger aire, ahora de manera más abrupta y apretando las manos en puños.
— Cómo. Cómo coño, Nad.
— Pues mira, - dijo, levantándose con el móvil, y sin ningún sentido del equilibrio. - cuando me dejaste en la playa, me quedé un rato pensando en el tema de Daniel, lo que hablamos de que últimamente me habla más y eso. - se sentó de golpe en el suelo, pegando un bote de dolor y aguantando un grito. - Y-y pues estaba moviendo las manos en la arena y esta preciosidad me atacó.
Movió su mano libre hacia una especie rectángulo de cristal, el cual tenía una pequeña lámpara, dentro de una estantería. Encendió la luz y apuntó con el móvil a este. En el terrario rectangular, con una tapa de madera, había todo un ecosistema de plantas y varias piedras y trozos de ladrillos de tamaño medio. En una de las rocas, haciendo habilmente una telaraña de embudo, había una araña mediana de color negro y con sus enormes quelíceros de un tono turquesa brillante.
— ¡Me cago en tu putísimo padre, Nad! - gritó Bella. - ¿¡Te has llevado a la puta araña y la has metido en el terrario de Ners!?
— Un respeto a Nerscy, que es la hija espiritual de Ners. - Nad miró molesto a su amiga. - Que en paz descanse.
— ¡Y le ha puesto Nerscy, me cago en mi estampa! - Bella se llevó las manos a la cara. - ¡Le pica una araña radioactiva y se la lleva a su puta casa!
— Tenía hambre la pobre. - dijo mientras admiraba a su única descendencia. - Le pillé un carocho de camino a casa.
— Mientras estabas muriéndote por la picadura, encima.
— No, no, que este echa mierda no es culpa de Nerscy. Luego me mordí yo para saber si podía tener veneno. - miro fascinada a la araña. - Y pues tengo. Solo si me lo propongo puedo sacar veneno de mis colmillos. Una pasada, ¿verdad? Pero no soy inmune.
El sonido de salirse de llamada resonó en los oídos de Nad. Se quedó inmóvil, procesando lo que iba a pasar: iba a venir Bella. La había cagado. Guardó rápidamente a Nerscy, no sin antes darle un beso al cristal. Recogió los restos de telaraña y se los metió en el bolsillo de su pantalón corto. Se tumbó de forma patética en la cama y espero nerviose a que llegase.
La puerta de la entrada se abrió, y Nad pudo escuchar desde arriba la voz de su madre y la de Bella hablar un poco. Seguidamente, unos pasos lentos pero firmes empezaron a dirigirse hacia elle. Cogió aire, sonrió y apuntó con su muñeca a la puerta, poniendo su mano como haría el Spiderman de Nueva York. Podía ver la silueta de Bella frente a su puerta, cual película de miedo, pero Nad le había perdido el miedo a la agresividad de Bella hacía muchos años. Bella era tan hermosa, con su pelo negro liso y largo y sus ojos marrones afilados, y mucho más alta que él. Pero lo que tenía de hermosa lo tenía de mala hostia. Se había pegado con medio instituto (fuera de las horas lectivas) y había salido bien parada. Ella era su confidente, su mejor amiga y una de las pocas personas, junto a su madre, que sabía casi todo de su vida. Aún así, parecía no aprender que Bella también podía ser una bestia. O quizás no tenía aprecio por su vida.
Bella abrió la puerta y una telaraña le recubrió la cara, asustándola levemente y haciendo que se quedase en el sitio de la impresión. Cogió aire, con las telarañas casi entrando en su boca, y con una mano se las quitó de la cara.
— Spiderpersona. - dijo Nad, triunfante.
— Spidermuerta. - dijo Bella, entrando y cerrando de un portazo.
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Neón-Spider
Ficção CientíficaVenga, hagamos esto una 17th vez... probablemente. Mi nombre es Nad Arias. Hace menos de 24 horas me mordió una preciosísima araña radioactiva, en concreto una Segestria Florentina. Desde entonces, soy otra Spider-Persona como el gringo de Spiderman...