Gracias por su abrigo;
señor,
presiento que no habrá un octubre;
la tormenta no ha cesado,
y las púas que adornan mi garganta;
me sofocan cada vez más.Buscando y buscando;
un camino al dorso divino,
descendiendo perpetuamente,
a millas de la mística redención.Abatida en paraje del averno,
con la promesa certera:
dónde el silencio abunde,
y el insomnio carezca.Murmuraré que si,
solo para arrullarme sobre ti;
despojame de mis harapos,
y de los escombros recojeme.Cóbrate con mis anhelos;
y saquea ese sueño,
que ya ni recuerdo.Murmuraré que si;
apacigua mi típica ansiedad,
y asfixiame con tus besos,
crudos y agríos están saturados.Hermano,
¿qué vislumbras?
no discierno las caras de sus voces.Murmuraré que si,
arrebata mis fracasos,
desvanece el mal sabor de boca;
que mi conciencia trae consigo.Cóbrate de mi ridícula cordura,
y remembranzas difusas;
la mayoría huele a embusteros,
jurando benevolencia.Hermano,
te extraño tanto.Murmuraré que si;
sucumbiré ante el precipicio,
cuando cambie mi apellido;
por uno desconocido.Cóbrate abastaciendome;
de miseria y perjuicio,
disocia mi entorno;
y confundeme con embrollos.Estando en el limbo,
encontré a una niña perdida;
quise correr hacia ella,
pero mis piernas no puedo sentir,
octubre abrazame ya.Estando en el limbo,
encontré a la niña Sofia;
no quiero que solloce,
¿tanto te he decepcionado?