XXV. ALEXTIMIA

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Querido ALEXTIMIA

He de traerte buenas noticias. Este camino fue arduo y tardío; me parecía inalcanzable.

Temía que mis valiosas esperanzas y mi fe, estuvieran próximos a desaparecer.
Y que la frustración y fracaso me terminaría por invadir y carcomer.

Este camino fue arduo y tardío. Dudaba en quedarme a medio  o continuar,

Comprendí que para continuar, debía despojarme de aquello causante del malestar.

Hecha a base de odio y remordimiento. Así aprendí a superar a cada una de esas emociones sin apuro, en sanidad.

Pues sabemos hacer lo que tenemos que hacer.

Ante la necesidad de evolucionar, caminamos sin mirar atrás.

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