XIII. NO QUISIERA

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Con extrañeza recibí la noticia;
algo de confusión,
pues olvide el como actuaba yo;
hasta que lo mencionaste,
eso que nos relacionó.

No te horrorices,
diferentes destinos;
sin toparnos en el mismo cosmo,
más sencillo no es;
complicado,
tal vez no tanto.

Pero estamos aquí,
observando el mismo techo;
esnifando la misma mierda,
perfectamente coincidimos.

Aunque todos balbucean;
no te lo tomas personal,
te haces de oídos sordos;
y cuando te das cuenta,
enfermo de ceguera ya te encuentras.

El ultimátum lo tienes tu;
hasta que nace la angustia,
vigorosa pero propia,
te transformas de manera divergente;
en tus entrañas lo sabías,
aunque con insistencia fingías.

La gota que derramo el vaso;
ignoras el desecharlo;
¿y si sucede lo contrario?
cuando decides vaciarlo.

No me confundas,
soy adicción al sentimiento
de pudedrumbre y aflicción;
deja de verme como algún tipo de superación.

Soy tu vacío en el corazón;
no existe alguna solución,
solo deseas ocultarte;
y no quieres compadecerte demasiado,
estás algo dopado;
pues no quieres sufrir tanto.

La consanguinidad;
no es familia en realidad,
es aquel que cuando no tenía nada de comer;
me asistió sin esperar reprocidad.

No puedes saber;
dónde nacer,
pero si con quién estar.

Si me ves tropezar;
no te inquietes cuantiosamente,
tal vez tardo un poco en levantar;
sin que te percates,
sacudiré el polvo y no me someteré;
es el sentido de la vida,
no tuya;
sino la mía.

Sobreviví y segui caminando;
la muerte es un insonoro chiste,
pues paralizada la rodean;
estando hambrienta ni calmada,
ha podido conocerme.

La sorpresa estremeció al paramédico;
taciturno sintió un escalofrío,
pues no es sangre;
tampoco drogas,
soy una afligida resistencia.

Prefiero quebrar y romper;
esos límites,
que con cobardía y temor evitas.

El todo o nada;
excesos o defecto,
muerte o vida;
¿es cordura o una anomalia?

Tener que conmutar y disfrazar;
ocultar ese tabú,
que definía las letras de mi nombre;
no tan prematuro,
pero al día de hoy la confundo;
cómo acompañante perpetuo,
me cansé de lidiar con el sufrimiento;
porque ambos compartimos el mismo cuerpo.

La dismorfia me desconcertó;
me sienta mal el no reconocerme,
lo que jure no hacer;
ahora voy y lo compro,
me perdi y no me reconozco.

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