cinco

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Presente.

El lobby estaba casi vacío y la fiesta continuaba tal y como la había dejado. 

Varias personas habían estado intentando acercarse a él, pero se sentía tan frustrado. Las decenas de pensamientos descendían de su mente y recorrían todo su cuerpo tensando cada uno de sus músculos, agitando su respiración. Sus manos temblaban y él solo trataba de no entrar en pánico.

Había visitado este momento tantas veces en su imaginación que seguía sin creer que estuviera sucediendo. Realmente nunca se había tomado el tiempo de analizar las variables de lo que podría ocurrir.

Y ahora estaba ahí, reencontrándose con lo que mucho tiempo había evitado, con la persona de la que había intentado huir. No se sentía preparado, pero ya no quería esperar más, estaba cansado.

—¡Heeseung espera!— llamó tratando de obtener su atención. —Espera, por favor, necesito hablar contigo.

Jake rogaba acercándose cada vez más a Heeseung, y este solo le daba la espalda ignorándolo.

—Te lo suplico, espera un momento— Y fue hasta ese momento en el que se dio cuenta de todos esos años que habían pasado. Lo mucho que las cosas habían cambiado desde la última vez que lo tuvo así de cerca, desde que ambos supieron uno del otro.

Heeseung lucía diferente, más no eran su altura ni la manera tan formal en la que ahora vestía lo que más destacaba. Los cambios físicos se volvían insignificantes ante todo lo demás. Puesto que la frialdad en su mirada lo convertía en una persona completamente nueva.

—¿Necesitas hablar conmigo? ¿Ahora?— Finalmente le respondió.

—Por favor— una fina capa cristalina extendiéndose en sus ojos al pedir aquello.

Heeseung suspiró envuelto en sorpresa y decepción. Miró el agarre que Jake tenía en él y trató de alejarlo al tiempo que negaba con la cabeza.

—Jaeyun, no quiero hablar... ¿tanto te cuenta entenderme?

—Hee...

—¡No me llames así!— El tono en su voz logró que Jake reaccionara alejándose involuntariamente. Heeseung cerró los ojos y tomó aire —actúas como si no te hubiera pedido exactamente lo mismo la última vez. Tú me dejaste muy claro cuál era mi lugar. Ahora, soy yo quien te pide que te portes como tal... entre tú y yo no queda nada más de qué hablar.

Podía sentir el clásico nudo formarse en su garganta. Durante los últimos años "Jake" se había vuelto un tema difícil de tratar, pues a pesar de lucir como alguien de cabeza fría, dentro de sus pensamientos ese tema seguía arrastrando a un chico torpe de diecinueve años.

Jake no estaba mejor que él. Ver a Heeseung de esa manera. Lleno de rabia y rencor, perdido e irreconocible, había sido algo más impactante de lo que esperó. Y aún peor, saberse causante de todo esto, era algo que le rompía el corazón de una manera impresionante.

Heeseung le dirigió una última mirada antes de comenzar a alejarse sin decir más, sus latidos iniciaron un ritmo desesperado. Habían un sin fin de emociones colisionando en su interior, de tristeza, felicidad e impotencia, pero sobre todo de miedo.

Miedo de que al salir por esa puerta esta se convirtiera en una más de esas tantas veces en las que la distancia y el tiempo los separaran, de estar siendo demasiado egoísta o de volver a resignarse tan fácilmente, miedo de perderlo a él una vez más.

—¡No voy a casarme!— le gritó impulsivamente.

Heeseung se detuvo al escucharlo.

—No voy a casarme con Jay... ni con nadie. No me casaré.

save me a seat | heejakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora