ocho

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Presente

A medida que el auto recorría las calles se daba cuenta de que su sentido de ubicación seguía intacto. Habían algunos edificios nuevos que contrastaban con la nostalgia de aquellos que ya no estaban, pero Jake todavía sabía exactamente dónde se encontraba. Le indicó al chofer que se detuviera una vez llegaron a su destino.

Cuando estuvo frente a la imponente puerta de aquella enorme casa, Jake sintió un ligero nerviosismo. No había puesto un pie en ese lugar desde hace varios años, lo que despertaba una mezcla de emociones en su interior.

Tocó el timbre y una mujer de rasgos suaves abrió la puerta, una sonrisa iluminó el rostro de Jake al reconocerla.

—Señora Yang.

La mujer quedó momentáneamente perpleja, tratando de recordar quién podría ser el joven frente a ella.

—Soy Jake—. Una expresión de sorpresa se dibujó en el rostro de la señora Yang. Sin vacilar la mujer lo envolvió en un cálido y emocionado abrazo, al cual él respondió igual de efusivo.

—Cielos, ha pasado tanto tiempo— susurró la señora durante el abrazo, mientras Jake sonreía con los ojos cristalizados por la emoción. Al separarse ella tomó su mano y lo invitó a entrar. —Adelante, pasa... él estará encantado de verte.

La casa de los Yang era una verdadera obra de arte, siempre emanando una esencia distintiva desde su imponente fachada. Ubicada en uno de los barrios más prestigiosos y serenos de Corea del Sur, reflejaba perfectamente el gusto de su amigo por la belleza y la tranquilidad.

—¿quieres tomar algo? debes estar agotado— ella preguntó mientras Jake tomaba asiento en la gran sala. Por alguna razón se sentía como si fuera su primera vez estando allí.

—Gracias, no se preocupe, estoy bien así.

Ella lo miró entre cerrando los ojos, sentándose a un lado suyo —No has cambiado nada, sigues sin aceptar ni un vaso de agua.

—¿Cómo ha estado todo por aquí? ¿Cómo... se encuentra usted?

La señora Yang suspiró ligeramente ante sus preguntas, a decir verdad su situación no era la más emocionante pero se notaba el gran esfuerzo que hacía por sobrellevarla de la mejor manera. —Afortunadamente, todo ha estado muy tranquilo. Desde la partida del Señor Yang, las cosas fueron un poco más duras, sobre todo para Jungwon... pero se puede decir que lo hemos sabido llevar.

—Me da gusto escuchar eso. Mientras estaba en América no hubo día que no pensara en eso, pero saber que se encuentran bien me deja más tranquilo. No era mi intención ser tan ausente, en verdad lamento que hayan tenido que pasar por todo esto solos y...

—No hay nada que lamentar, Jake. También hubieron momentos en los que no pudimos estar cuando nos necesitaste. Nosotros siempre entendimos lo que sucedía y Jungwon siempre supo que podía contar con tu apoyo, sin importar que tan lejos estuvieras.

—¿Mamá?

Ambos dirigieron sus miradas hacia el mismo punto. Jake se levantó rápidamente al ver a Jungwon en el lugar.

—Wonnie, mira quien está aquí.

En un principio Jungwon se quedó en silencio, intercalando su mirada entre Jake y su madre, sin estar seguro de qué decir. Luego una risa llena de nervios escapó de sus labios y se acercó rápidamente para abrazar a Jake, quien también lo abrazó con fuerza.

 Luego una risa llena de nervios escapó de sus labios y se acercó rápidamente para abrazar a Jake, quien también lo abrazó con fuerza

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