Nuestra partida a Japón se realizó meses después gracias a los trabajos de medio tiempo y la ayuda por parte del tío de Taki, mientras tanto los chicos comenzaron a aprender japonés el cual sorprendentemente se les ha hecho sencillo.
"Sa-yo-na-ra"
"No estamos en un anime Juju, en la vida real no decimos eso"
con un puchero dejo de lado su cuaderno "Dejame aun estoy sensible... aun no te tocaba Ash"
Bueno gracias al anime más que nada.Además de eso, nuestra rutina seguía igual, por las noches continuamos acurrucandonos en nuestro pequeño nido cosa que se ha hecho muy importante para los cuatro, y es que desde esa noche, el lazo se hizo más fuerte, no sabía cómo explicarlo siendo que nadie ha mordido a nadie y nadie es hijo del otro pero es como si siempre hubiese sido así, es como el lazo que tenía con mis padres o mi hermano.
Taki junto a mi se volteo a mirarme y comenzó a frotar su nariz contra mi pecho casi soltando un pequeño ronroneo."Mañana es el gran día, ya no te diré hyung" me saco la lengua de forma juguetona
"Yaah, todavía hablaremos coreano no te pases enano... uhgg" En medio de nuestra conversación Nicho se tiró sobre nosotros quien venía entrando a la habitación seguido de Euijoo.
"Mejor hablemos en mandarín"
"Solo sé decir Chǎofàn" dijo Juju abrazando por la espalda a Nicho a quien rápidamente se le subieron los colores a la cara
"Al menos no morirás de hambre si nos vamos a Taiwan" Los cuatro reímos mientras nos acomodamos en el nido de nuevo.
"El vuelo sale a las 9:10 mañana, así que tenemos que despertarnos temprano, ¿tienen todo listo?"
"Sii" respondieron a coro
"¿Su pasaporte?"
"Sii" A coro pero esta vez faltaba una voz
"Taki..."
"Estoy seguro de haberlo dejado en alguna parte, no te espantes"
Dioses, definitivamente mal no lo vamos a pasar si estamos juntos....
Llegamos a Japón al día siguiente y a las pocas horas después estábamos en Nagoya en camino a la casa de la abuela de Taki, quien iba hablando con su tío muy animadamente mientras nos decía que especialidades podríamos comer y los lugares donde iba cuando era cachorro... bueno más cachorro aún y por más que intentaba prestar atención seguía distraído mirando hacia la calle. Ya no estábamos en Corea, era obvio, las calles llenas de kanjis que son tan familiares y a la vez tan extraños, la gente que caminaba en ella haciendo su vida con normalidad ajenos a lo que vivimos y las razones de porque llegamos acá.
Viví gran parte de mi infancia en Japón, criado por mis abuelos y mi padre que en ese momento se encontraba viudo debido a que mi madre falleció durante el parto. A lo largo de mis primeros 7 años tuve una vida tranquila en la ciudad, nuestra casa era enorme, con una infinidad de habitaciones las cuales no todas se ocupaban, si me esforzaba todavía podía sentir en la punta de mi nariz el recuerdo del olor a incienso y madera de esa casa. Lamentablemente no todo iba a ser bueno y es que mi padre se volvió a casar y mis abuelos no lo tomaron bien, más que nada porque ella era coreana.
Se conocieron ya que ella era una estudiante de intercambio y él el asistente del profesor de una de las clases que compartían juntos, a pesar de los choques culturales y el idioma ambos cayeron rápidamente enamorados, tanto así que se casaron a escondidas una tarde de agosto.
Mi relación con ella jamás fue mala, al principio la consideraba como una hermana mayor pero entre más se acercaba la relación entre ellos, más la consideraba como una madre, como una figura protectora en la cual podría confiar y resguardarme.
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We link [Kuma]
FantasyQuien diría que 9 personas pudieran tener sus destinos enlazados. Quien diría que los 9 podrían formar una manada.