10. Luz Roja

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Darkness and dust
Quiet shadows are dancing now
Asking for my hand - Overcome by Skott 

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Despertar sabiendo que ya no estas en la primera línea era algo nuevo para Yudai, y más cuando la noche anterior mientras dormía, en sus sueños era perseguido por los gritos y la sangre de lo que habían sido los últimos meses, por suerte, tenía a Euijoo y Nicholas a su lado, quienes lo entendían y compartían las mismas pesadillas. Acurrucados en un nido improvisado lograron pasar su primera noche en tranquilidad.

La mañana los despertó con la lluvia golpeando el pequeño refugio que les habían dado de manera temporal hasta poder volver a su lugar en la batalla, no hacia frio, pero el cielo no daba señales de que se despejaría en algún momento.

Se estiro sintiendo el cuerpo de alguien a su lado y a quien pudo reconocer enseguida como el omega del grupo por su dulce aroma, abrió sus ojos buscando al otro alfa pero no estaba por ningún lugar de la habitación. Decidió ignorar la falta del menor, ya que siempre fue alguien con mucha energía, de hecho, era bastante difícil controlarlo en el campo de batalla, era básicamente imparable, "Controla a tu perro" le decía Jay cada vez que lo veía en su forma animal, a lo que siempre lo ignoraba o le respondía con un "Calla sanguijuela" de forma juguetona.

Decidió que dejaría a Euijoo dormir un poco más y fue a preparar algo de café para poder despertar. Sus ojos se dirigieron hacia la ventana, y una sensación de desazón se apoderaba de él al contemplar como la planificación que tenía para su día se veía arruinado por la lluvia. Quería ir a ver como estaba la condición de Taki, la cual -por suerte que estaba en su forma animal-, no había progresado, es como si estuviera en un largo sueño profundo, ajeno al mundo que lo rodeaba. Cada vez más pequeño y frágil, pareciendo más cachorro de lo que ya era, por esa razón se arrancaba al menos un par de horas a la semana de manera rigurosa.

Sentía un peso insoportable en el pecho, apretando de paso su garganta, una impotencia abrumadora al darse cuenta de que, a pesar de sus esfuerzos, no tenía el poder o la fuerza necesarios para mantenerlo a salvo. La misma pregunta comenzó a rondar por su cabeza desde hace meses: ¿De que servía ser un alfa si no podía protegerlo? Se había esforzado por cumplir con las expectativas impuestas, por ser más fuerte, más ágil, más inteligente, pero no fue más que una decepción, tal como se lo había dicho su padre.

Sus ojos ardieron ante la amenaza de las lágrimas que ansiaban escapar, pero que fueron detenidas por su puño derecho. No valía de nada llorar en estos momentos, no merecía la auto compasión, así que simplemente tomó un sorbo del café instantáneo, para que de esta forma se pudiera deshacer el nudo que apretaba su garganta.

En ese instante, Euijoo irrumpió en la habitación, frotándose los ojos adormilados con el dorso de la mano, bostezando se situó a su lado, acompañándolo a apreciar la vista del pequeño vecindario que fue otorgado para el resto de los seres que estaban en la tercera línea, que eran especialmente magos encargados de curar a los heridos de gravedad, algunos vampiros y lobos como ellos.

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