3. Amigo

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Los estornudos de Taki no se detuvieron luego de eso. El chico llamado Harua los miraba con extrañeza e incomodidad, rápidamente se soltó del agarre del menor y se dirigió a la abuela "Creo que será mejor si la ayudo en otro momento" iba a dar media vuelta para irse, pero Taki lo detuvo nuevamente.

"E-espera, espera... lamento lo que pasó, simplemente tu aroma" estornudó nuevamente manteniendo la parte interna de su codo sobre su cara "molesta mi nariz"

"Woah no se si sentirme ofendido por lo que acabas de decir", dijo Harua con cierta ironía.

"Pfft" Al fondo se podía escuchar como Nicholas intentaba ocultar la risa por el comentario a la vez que Ej le llamaba la atención y K no mucho mejor, aguantaba la risa ocultándola con su mano.

"Perdón, perdón, no quería decirlo de esa manera... yo-

"Sip, creo que es momento de irme" lo interrumpió

"Espera" K avanzó, haciendo su mejor esfuerzo para ocultar la risa al ver lo desesperado que se encontraba el menor que intentaba entablar una conversación con el muchacho sin que se pudiera malinterpretar. "Soy K, un gusto. Los de atrás son Euijoo y Nicholas, y él es Taki, el nieto de la señora Takahashi", intercambiaron una pequeña reverencia entre los cinco.

Con la cabeza ladeada escaneando a los cuatro chicos, Harua preguntó dudoso "No son de aquí ¿cierto?"

"Nos mudamos al país hace una semana, aunque Taki y yo somos japoneses, Euijoo es coreano y Nicholas taiwanés. ¿Ayudas siempre a los Takahashi?", continuó K, tratando de entablar conversación.

"Unos días a la semana ayudo con el jardín", respondió el muchacho, poco a poco relajándose a pesar de los constantes estornudos de fondo. "Lamento... eso, supongo", tocó su brazo avergonzado por algo que no era su culpa, o al menos no de forma intencional.

"No te preocupes, no es tu culpa" Euijoo sonrió para tranquilizarlo. "Bueno, no te molestamos más"

"Nos vemos, chico de las flores", añadió Nicho mientras seguía a Ej en su camino hacia la casa, dejando a Taki, Harua y a Koga aún en el jardín.

El muchacho se quitó la chaqueta, dejando ver su atuendo que consistía en una jardinera que le quedaba un poco grande, con una camiseta de manga corta amarilla y un sombrero de paja sobre su cabellera oscura, el cual ajustó para que no se cayera con el suave viento que los golpeaba de vez en cuando. Tenía la piel pálida con leves pecas contorneando su nariz y mejillas, una cara pequeña pero con ojos grandes que recordaban a los conejos que se podían encontrar en el bosque.

Taki revoloteaba inquieto tratando de ayudarlo con las tareas de jardinería en un intento de disculparse por el incomodo momento.

Notando el ambiente y al darse cuenta de que no sería de mucha ayuda, el mayor se acercó al miembro de su manada y golpeo suavemente su espalda "Bueno, creo que iré a tomar una siesta" siguió el camino que había tomado el resto de la manada.

...

A Taki nunca le ha gustado molestar o ser una carga para alguien. Desde cuando escapó junto con su madre, puso su mayor esfuerzo para evitar no lastimarse y así no ser atrapados. Cuando conoció a K, a pesar de que ellos les brindaban ayuda, se las arreglaba para ir a cazar a escondidas y, más de una vez, robaba en el mercado cercano, ya que no quería ser de molestia para ellos. Cuando se quedaron solos... se forzó a seguirle el ritmo, tenía que aprender a valerse por sí mismo y es que aunque K era fuerte, ambos sabían que no podía hacerlo solo.

Odio cuando, debido de su falta de concentración, fue atacado por un oso durante una cacería. Odio tener que recurrir al lazo para pedir ayuda, o tener que transformarse para evitar su muerte. Pero odio más que K pusiera en peligro su vida con tal de ayudarle. Una vez que despertó y se enteró de todo lo sucedido, se prometió a si mismo que no sería una molestia en el futuro. Bueno, al menos no una molestia grande.

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