- Estoy nervioso. - Javier sostenía la prueba de embarazo. - es que no me quiero ilusionar antes de saber el resultado.
- Cálmate solo tenemos que esperar 5 minutos. - Lionel acompañaba a su amigo.
- Claro, como tú no eres el que se está haciendo la prueba. - Javier estaba nervioso por saber el resultado, para él fueron los 5 minutos más largos de su vida.
En la prueba aparecieron las dos rayitas lo que significaba solo una cosa positivo.
- Felicidades Javi, tú y Cris van a ser papás. - Lionel abrazó a Javier.
- No puedo creerlo estoy embarazado, voy a tener un bebé de Cris. - Javier comenzó a llorar de la felicidad.
Se separaron del abrazo al escuchar el timbre, una de las empleadas se acercó a abrir la puerta, mientras ellos seguían conversando.
- Señor Hernández. - ambos regresaron a ver a la empleada la cual tenía una cara de susto.
- ¿Qué pasó? ¿Por qué esa cara, está todo bien? - Javier caminó hacia donde estaba la empleada, Lionel lo siguió y pararon de repente.
- Hola mi amor. - Rafael apuntaba con un arma a la empleada.
- ¿Qué haces aquí? deberías estar en prisión. - Javier comenzó a temblar.
- Vine a verte mi amor, nos vamos a ir muy lejos, donde nadie nos encuentre, así que, vienes conmigo por las buenas o por las malas. - Rafael agarró a Javier por el brazo.
- No lo toques, déjalo, Javier no se va a ningún lado con vos. - Lionel trataba de defenderlo.
- Ay me olvidé que también estabas tú, ni modo no tengo que dejar testigos así que ustedes dos vienen conmigo, o les juro que los mato y yo no miento ni amenazo yo cumplo tú sabes bastante bien eso Javier. - Rafael sostenía con más fuerza el brazo de Javier.
- A mí no me venís a amenazar, entendés, así que dejas a Javi en paz. - Lionel trato de apartar la mano de Rafael, el cual espero a que no lo estuviera viendo para después golpearlo en la nuca con la parte de atrás de la pistola, Lionel decayó inconsciente.
- No le hagas nada, por favor, te lo suplico, al que quieres es a mí, llévame pero no le hagas nada a Lionel. - Rafael sonrío se agachó y cargó a Messi.
- Camina rápido, tenemos que llegar al auto y nos largamos de aquí.
- ¿Por qué, te llevas a Lionel? Él no tiene nada que ver. - Javier hacía lo que le decía.
- Yo hago lo que yo quiera, además no le voy a hacer daño cálmate, sube rápido el auto.
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- Javi, mi amor ya llegué. - Cristiano abrió la puerta entrando a la casa pero no recibió respuesta.
Entró a la sala y vio a todos los empleados reunidos y en el centro una de ellas lloraba.
