𝒙𝒙𝒊𝒊𝒊. 𝖢𝗈𝗆𝗈 𝖺𝗇𝗍𝖾𝗌

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𝐑𝐀𝐕𝐄 — 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄

𝐑𝐀𝐕𝐄 — 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄

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Como antes

El camino al departamento no era tan corto como para tener que ir con alguien, lo malo eran las malas vibras que daban algunas calles cuando anochecía y sabiendo que Ghostface estaba de vuelta lo empeoraba más

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El camino al departamento no era tan corto como para tener que ir con alguien, lo malo eran las malas vibras que daban algunas calles cuando anochecía y sabiendo que Ghostface estaba de vuelta lo empeoraba más.

—Hace tiempo que no salimos por la noche —soltó Ethan de repente, y la verdad era que no se equivocaba.

—Es cierto, no desde… —la pelinegra decidió no terminar su oración, era muy obvio el porqué no habían vuelto a salir como antes.

—Sí, lo sé —respondió Ethan que tampoco le agradaba mucho recordar eso, aunque iba a estar bastante presente en sus vidas—. Extrañaba esto —se sincero.

—Yo también —concordó ella con la misma sinceridad que él—, aunque no lo creas, es relajante estar contigo.

—Opino igual —contestó él desviando su mirada de ella para volver a ver hacía el frente mientras seguían caminando por las calles en la que no parecía haber nadie, solo un increíble y relajante silencio con pequeñas brisas.

—Supongo que cuando termine todo esto, podremos tener más tiempo para seguir con nuestras vidas normales, claro, si no morimos entre eso —nuevamente Madison se mostró negativa por la situación que los rodeaba.

—No seas tan negativa, aunque ahora estemos bastante jodidos por eso, estamos vivos, eso es lo importante —Ethan mantuvo un tono de voz bastante relajado a pesar de todo lo que estaba ocurriendo, para Madison esto había comenzado a ser bastante normal de escuchar en Ethan, suponía que él sí podía mantener la calma en estas situaciones, y por eso siempre le aseguraba su supervivencia.

—Bueno, eso es verdad —acabó asintiendo volviendo a mirar hacía al frente al igual que Ethan—. Después de todo, la vida sólo es una, hay que disfrutarla antes de que sea demasiado tarde —al terminar de hablar lo miró de reojo para ver su reacción.

—En eso tienes razón, pero a veces resulta difícil disfrutar esos momentos con la persona que quieres —contestó él de una forma reflexiva en cierto modo, lo cual dejó pensando por unos segundos a Madison.

—Eso solo pasa en las películas de amores imposibles —opinó ella desde su punto de vista—, si te gusta alguien y quieres estar con esa persona, simplemente debes decírselo sin miedo al que pueda ocurrir —Ethan la miró expectante, sin decir ni una sola palabra pero escuchando con atención las palabras de la pelinegra, quien también le devolvió la mirada esperando a que diera algún tipo de opinión con respecto a lo que acababa de decir.

—¿Y si me da pena? —preguntó de la nada él, causando sorpresa y algo de gracia en Madison que no se esperaba una respuesta así.

—¿Pena? —repitió ella intentando suprimir una pequeña risa—. No deberías tenerla, como dicen algunos… no le tengas miedo al posible éxito.

—Tal vez ya sea hora de poner en práctica tu consejo —respondió bastante seguro de sus palabras, causando curiosidad en Madison, aunque su mente ya había comenzado a hacerse ideas de lo que en verdad quería decir con eso.

—¿A qué te refieres con eso? —preguntó haciéndose la desentendida, cuando en verdad solo quería que sus sospechas se confirmaran en ese preciso momento.

Él no contestó, se mantuvo callado observándola con detalle, su silencio prácticamente podía delatar a lo que realmente se estaba refiriendo, no había necesidad de palabras para que ambos pudieran comprenderse, Madison tenía claro cuál podría ser su siguiente acción, la cual sin duda estaba dispuesta a corresponder.

Y de repente, el teléfono de Madison comenzó a sonar.

Todo lo que parecía tornarse en un momento especial, se esfumó tan pronto como una llamada pareció llegar al móvil de Madison, quien con apresura se dispuso a tomar su teléfono para revisar de quien se trataba esta vez.

Al percatarse de quien se trataba, decidió contestar para asegurarse de que no fuera alguna emergencia.

—¿Hola? —contestó Madison a la llamada, la cual no tuvo que esperar ni un segundo para recibir una respuesta.

¡Madison! ¡Hasta que contestas! —una Tara medio ebria exclamaba tras la otra línea—. ¿Dónde te has metido? Dijiste que ibas al baño y ya han pasado más de diez minutos. ¿Pasó algo?

—No, no pasa nada, simplemente me aburrí y ahora estoy yendo al departamento —explicó.

Joder, ¿enserio? Debiste quedarte más tiempo, te has perdido lo mejor —reprochó Tara hasta que se percató de algo—. Espera, ¿estás yendo sola al departamento a estas horas de la noche? —fue entonces cuando hizo esa pregunta que su tono de voz cambió un poco más a uno más serio y a su vez preocupante.

Madison suspiro antes de contestar su pregunta, sabía que si le contaba con quién estaba, Tara no iba a dejar de molestar.

—No, no te preocupes, Ethan me acompaña —explicó en breves palabras mirando de reojo al nombrado quien estaba algo serio.

¡¿Ethan?! Uh, ya veo por donde va la cosa —analizó la morena—, mejor te dejo para que aproveches —su tono de voz se tornó a uno más cómplice, que quizá Ethan no comprendió cuando la escuchó—, ah, y dile a Sam que llegaré más tarde y que no se preocupe por mí —luego de eso, colgó seguidamente la llamada.

—¿A qué se refería con eso? —preguntó con curiosidad Ethan de repente.

—Oh, no, nada, yo tampoco sé a qué se refería —contestó Madison mientras guardaba su teléfono nuevamente en su bolso.

—Bueno, lo mejor será llevarte a tu departamento, no podemos quedarnos todo el tiempo en la calle —era obvio que por culpa de esa llamada, ambos se sentían algo avergonzados y con menos valentía que habían tenido hacía unos minutos atrás.

—Sí.

El camino hasta el departamento no duró mucho, llegaron más rápido de lo que les hubiera gustado, Ethan se aseguró de dejar a Madison frente al portal del departamento, no sin antes atreverse a decir una cosa:

—Oye… sobre lo que estábamos hablando antes, lo había estado pensando pero creo que lo mejor es decírtelo —habló él captando toda la atención de Madison que había estado apunto de entrar por el portón—. Quiero que todo vuelva a ser como antes, aunque sea que lo nuestro vuelva a ser como antes —aclaró.

No eran las palabras exactas que Madison quería escuchar, pero si las palabras que podían dar rienda suelta a lo que podría pasar en un futuro no tan lejano.

No eran las palabras exactas que Madison quería escuchar, pero si las palabras que podían dar rienda suelta a lo que podría pasar en un futuro no tan lejano

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RAVE © [Ethan Landry] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora