𝒙𝒙𝒙𝒊. 𝖣𝗂𝖿𝖾𝗋𝖾𝗇𝗍𝖾𝗌

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𝐑𝐀𝐕𝐄 — 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐈𝐑𝐓𝐘 𝐎𝐍𝐄

𝐑𝐀𝐕𝐄 — 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐈𝐑𝐓𝐘 𝐎𝐍𝐄

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Diferentes

❛ Diferentes ❜

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Madison

Tres meses.

Los tres meses más largos de mí vida.

No sabría ni por dónde empezar a enumerar todas las cosas que habían sucedido en mi vida en tan solo tres meses.

Principalmente mi vida después de las revelaciones; Sam fue bastante insistente y para no llevarle la contraria esta vez, accedimos a tomar un poco de terapia.

Chad afortunadamente se recuperó de las heridas hechas por Ethan y Quinn, como siempre, él verdaderamente era impresionante.

Todos los demás lo consiguieron afrontarlo de la mejor manera posible.

—De verdad, que no me puedo creer que te vayas de mi lado —reprochó Tara desde la puerta de mi habitación, claro que, de un nuevo apartamento.

Guarde las últimas cosas que me faltaban en una enorme caja de cartón donde se encontraban la mayoría de mis pertenencias.

—No me voy de tu lado, Tara, seguiré en New York —corregí mientras colocaba fiso a la caja y la acomodaba encima de mí maleta.

—En otro distrito de New York —volvió a corregirme Tara para luego terminar por entrar a mi habitación y sentarse sobre la cama—. Te extrañaré.

—No me voy a morir, Tara —contesté exagerando—. Iré a visitarte, ¿okey?

—Promételo —dijo señalándome con un dedo.

—Lo prometo.

—Bien, ahora sí te dejo ir —dijo levantándose de la cama—, déjame ayudarte con eso —tomó de la caja que llevaba y yo tomé mis maletas para salir del edificio.

Al salir, Dylan se encontraba ahí, esperando con paciencia a que saliera con mi pertenencias, en cuanto me vio, abrió el maletero para poner mis maletas.

—Llamame cuando llegues, ¿okey? —insistió Tara viéndome entrar al coche, a lo cual yo asentí con una sonrisa para luego entrar por completo al coche y colocarme el cinturón de seguridad—. ¡Cuidate! —se despidió Tara antes de que Dylan pudiera arrancar el auto.

—¿Lista para la independencia? —preguntó Dylan al arrancar el coche.

—No, pero sobreviviré —contesté.

Considere que vivir yo sola, sería un gran paso para el comienzo de mi "nueva vida" si así se podría decir. De hecho, encontrar un apartamento fue más fácil de lo que pensé, pero no sería exactamente en el mismo lugar donde había estado viviendo los últimos meses.

El trayecto fue algo largo, pero llegamos. Dylan me ayudó a bajar las maletas.

Me quedé parada frente al edificio donde se suponía que comenzaría a vivir, suspire para luego tomar mis maletas con mis dos manos.

—¿Te ayudo? —preguntó Dylan al verme.

—No hace falta —me negué—, bueno en verdad si, ayudame con esa caja, porfa —me rectifique.

Dylan tomó la caja que había señalado y junto a él subimos al ascensor del edificio hasta la planta donde se suponía que estaba mi departamento. Busque las llaves en mi bolsillo de mi chaqueta y antes de abrirla me gire a Dylan.

—Puedes dejar esa caja ya, me has ayudado suficiente —dije tomando yo de la caja que él llevaba en las manos—, gracias.

—Bien, te extrañaremos todos, Madison —exhalé hondamente y luego lo mire con una sonrisa leve.

—Yo también, lo iré a visitar pronto —aseguré y Dylan asintió con la cabeza para luego ir hacía el elevador.

Abrí la puerta con dificultad y al conseguirlo rápidamente deje la caja en el suelo y metí mis maletas dentro del apartamento, solté un suspiro pesado luego de cerrar la puerta de mi apartamento.

Tuve una gran fuerza de voluntad para hacer lo que acababa de hacer, dejar atrás a mis amigos y enfocarme más en mi vida, fue algo difícil pero no imposible.

Pero de algo estaba segura.

Ghostface siempre volvía, siempre.

No tardaría en volver en la vida de mis amigos, y bueno, lamentablemente yo ahora influía en ese problema.

Pero lo mejor era seguir disfrutando hasta lo posible, antes de que algún loco o loca le diera la gana de vestirse de Ghostface y atacar.

Mis pensamientos se desvanecieron al sentir como unas manos se posaron alrededor de mí cintura y luego un pequeño beso fue depositado en mi sien.

Una sonrisa se formó en mis labios y me gire para verlo mejor.

—He contado los días para que este día llegara —dijo Ethan sonriendo suavemente.

—Las cosas que hago por tí —contesté irónicamente.

—Las cosas que haces por amor —resaltó la última palabra acariciándome el hombro.

—No seas presumido —reí levemente.

—Ellos… —pronunció Ethan desviando el tema.

—Ellos están bien, no sospechan de nada —conteste sin preocupaciones o bueno, así quería hacerlo parecer.

—Bien —dijo asintiendo con la cabeza para luego acariciar con delicadeza mi mejilla—, ahora nosotros superaremos esto juntos, ¿si?

—Juntos —asentí con la cabeza.

—Eres genial —reconoció Ethan mientras me observaba y con los pulgares de sus dedos llevo uno de mis mechones de pelos hacia atrás.

—Lo sé.

Mi chica es genial —dijo acariciandome con su otra mano en la cintura—, te amo.

Nuestros hermanos mayores no habían conseguido acabar juntos.

Pero, ¿acaso nosotros éramos nuestros hermanos?

Eso nos hacía algo diferentes.

Nosotros no éramos la historia de amor de nuestros hermanos, éramos nuestra propia historia.

Y con un final distinto.


FIN







RAVE | Lisbetjeff
O2/O8/2O23

RAVE © [Ethan Landry] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora