Iguales

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Despertó con los sonidos de la puerta de su cuarto, Taehyung abría los ojos con lentitud ante el ruido, levantándose de a poco de su cómoda y caliente cama, separándose de las sábanas por obligación. Apenas vió la hora abrió sus ojos sorprendido, tenía una junta con sus amigos en dos minutos y él solo dormía.

De inmediato se vistió con su clásica ropa para salir, colocándose la bandana de color verde y ordenando un poco su cabello con sus manos, luego se dirigió a la puerta y abrió, sonriendo con calma al ver a sus amigos allí afuera.

─ Sabíamos que estarías durmiendo. ─
Exclamó bogum con una sonrisa, entrando junto con los demás chicos.

─ Gracias por venir hasta aquí, hoy realmente estaba cansado ─
Se sentó entre sus amigos, apoyándose en el hombro de Seojoon para descansar un poco más, quién de inmediato comenzó a acariciar su cabello, mientras los demás se ponían a jugar algún videojuego.

Taehyung era un chico muy cariñoso con sus amigos y sus amigos con él, después d todo, ese grupo de amigos era lo más cercano que tenía a una familia, sus padres estaban ausentes, solo ellos lo sabían reconfortar.

. . .

Jungkook estaba completamente solo en su habitación, sus padres lo habían llamado por un tema serio, sus perfectas notas.

─ Nos informaron que estás medio flojo en la clase de piano, Jungkook. ─

─ Es porque estoy aprendiendo una nueva melodía, sabes que siempre me va bien. ─
Contestó el rubio, jugando con sus manos en un intento de no verse tan nervioso, lo que decía era cierto, pero sus padres siempre veían lo malo.

─ Mejora antes del sábado. ─

La llamada se colgó, Jungkook suspiró, ni siquiera le preguntaron cómo estaba, que había hecho o si estaba disfrutando estar en un pupilo, ni siquiera les importaba tanto, al menos eso sentía, quizá era cierto, pero no quería pensar tanto.

Tomó su teléfono, frustrado, llamando a Namjoon y sus demás amigos, solo quería estar en compañía, solo quería despejarse de lo malo, porque al igual que Taehyung, ellos eran lo más cercano que tenía a una familia real, ellos lo aceptaban y sabían todo de él.

Luego de estar quejándose un rato con sus amigos, Hoseok lo animó a ir a tomar algo con ellos a la cafetería, insistiendo en que eso siempre lo hacía sentir mejor, aparte era una mejor manera de desestresarse.

Fué así cómo al final salieron los cuatro a la cafetería del secundario, sentados en su clásico lugar, tomando las bebidas que siempre bebían, era costumbre que ellos estuviesen allí, ya sea para estudiar o simplemente para charlar.

─ No puedo creer que me siga exigiendo cosas, literal hago de todo. ─
Bufó mientras miraba el menú.

─ Eso es verdad, haces muchas cosas, tocas muchos instrumentos y haces demasiados deportes, creo que no tendrían que seguir controlando tu vida ─
Comentó Namjoon, mientras los demás en la mesa le asentían.

Charlaban cómodamente hasta que jungkook observó a otro grupo acercarse, uno que conocía bien.

Taehyung y sus amigos se encontraban en la cafetería cómo Jungkook, solo que Taehyung hoy no quería pelear con el rubio, su mente estaba confundida y prefería el contacto cero, cosa que sus amigos ya sabían, comenzando a codearlo en forma de burla.

Para Jungkook eso fué desconcertante, siempre lo molestaba, claro, no se quejaba de no ser molestado, sin embargo era extraño ahora que se había acostumbrado.

─ ¿Que sucede hoy? No me ha molestado en todo el día. ─
Jungkook le susurró a sus amigos, viendo que comenzaban a reírse.

─ ¿Lo extrañas? ─
Comentó de forma burlona Hoseok, codeando a sus demás amigos, quienes le seguían el juego.

─ ¡Claro que no! ─
Alaró tan alto que el segundo grupo lo observó con sorpresa, haciendo que todo su rostro se pusiera rojo.
─ Claro que no es así. ─
Murmuró más bajo.

Compañero de habitación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora