Primer día

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Jungkook se encontraba quejándose con sus amigos mientras empacaba las cosas de su habitación, mirando con los ojos algo cristalizados a éstos ya que no soportaba aquella idea, que en realidad no era tan mala.

– Calma Jungkook, no es lo peor que pudo pasar, ¿preferías ser expulsado? – Explicó Hoseok en un intento de calmar las intensas emociones que sufría aquel jovencito de cabellos dorados.

– Pero realmente no quiero dormir en la misma habitación.. – Suspiró por lo último, en realidad estaba aterrado de que aquella convivencia los acercara más, temía por su jerarquía y sus emociones.

– Anda, calma, es mejor, quizá de una vez aprendan a llevarse – Jin asintió a lo que decía Hoseok, dándole un poco de razón mientras buscaba que su pareja también alentara al rubio, haciéndole una pequeña señal para que hable.

– Oh, si, seguro por compartir cuarto sabrán más del otro y reconocerán personalidades encantadoras el uno del otro – Palmeó la espalda de Jungkook mientras agregaba aquello a la conclusión de su pareja Jin, mientras le dedicaba una pequeña sonrisa que mostraba sus hoyuelos.

– Bueno, quizá tienen razón, ¿debería ya irme de mi cuarto? Extrañaré mucho esto – Hizo un pequeño puchero, al estar con sus amigos mayores sentía la confianza de actuar infantilmente, no tenía las presiones que encontraba en otros alrededores.

Los tres asintieron y se levantaron de sus asientos en la habitación que ya no sería de Jungkook, caminando con tranquilidad por los pasillos mientras intentaban animar al menor con sus bromas usuales.

Una vez llegaron al cuarto de Taehyung, Jungkook se despidió de sus amigos y abrió la puerta, algo sorprendido por el interior, creía que su compañero tendría una habitación desordenada y con pésimo estilo, sin embargo, todo era prolijo y bonito.

Entró su mochila y su maleta que traía sus cosas, dejándola al lado de su cama mientras se paseaba por la habitación, frenando en algunos muebles para observarlos con detenimiento, algunos de los juegos que Taehyung tenía eran los mismos que él guardaba en su maleta, eso lo sorprendió, aparentemente tenían demasiado en común. Se frenó en la mesita de noche de su compañero, tocando el mueble con dos de sus dedos mientras veía la pared en dónde habían varias bandanas colgadas, sonrió por algunos pósters, de repente Taehyung no le parecía tan malo ni insoportable, ni siquiera un desconocido, parecía alguien interesante a sus ojos.

– Así que ya llegaste y andas husmeando – Murmuró el castaño, su grave voz resonando en la habitación que estaba en completo silencio, hasta él mismo se sorprendió.

Jungkook se sobresaltó en su lugar y rápidamente se dió la vuelta, asintiendo mientras sentía sus mejillas algo calientes por ser visto mientras inspeccionaba las cosas del otro, no quería admitir que era una intrusión a la privacidad de su compañero – Ah, si, llegué hace poco, no ví nada - Rodó los ojos y se dirigió a su cama, tirándose en ésta mientras largaba un pequeño suspiro, intentando cubrir la pena con una actitud arrogante.

– Claro y yo soy peter pan – Rodó los ojos al igual que el contrario, yendo a su cama para sentarse allí, colocando sus dos manos ligeramente hacia atrás y apoyando aquellas en la sábana, no se cansaba de la suavidad que le brindaba.

Jungkook no respondió nada ante eso, solo se dedicó a mirarlo vagamente, sintiendo los latidos de su corazón en aumento, maldiciendo su nombre internamente por aquello.

Taehyung se mantuvo en el mismo silencio, mirando hacia la ventana que estaba cerrada, notando los árboles que se sacudían violentamente por el viento, agradeciendo que estaba cerrada, de lo contrario habría volado todo en su cuarto.

– Mmh, ¿que harás luego? –
El rubio acabó con el silencio, se sentó en su cama y se dispuso a hablar, no podía dejar las cosas de manera tan incómoda, con ese silencio torturando su presencia.

– ¿Por qué te importaría eso? – Alzó una ceja ante aquella pregunta, la verdad no tenía planeado salir, pero sabiendo que Jungkook estaría allí debería pensarlo bien, quedarse sería más incómodo si seguían en esos tratos.

– ¿Te quedarás? Responde, idiota – Rodó los ojos mientras suspiraba, solo quería saberlo para evaluar la incomodidad que sentiría al ordenar sus cosas.

– Me quedaré – Se tiró en su cama luego de esas palabras, su intención principal era molestarlo, cerró sus ojos mientras sonreía vagamente por la simple presencia de Jungkook, no debería causarle aquello, pero no se quejaba ya que se sentía algo lindo.

El rubio frunció un poco el ceño y comenzó a sacar algunas cosas de su maleta, colocó una plantita que tenía en su mesita de noche y algunos libros en sus estantes, junto con un par de muñecos plásticos demasiado chiquitos, finalizó cuando colocó su frazada de zanahoria y sonrió victorioso ya que no le había tomado demasiado tiempo, ahora solo quedaban sus posters y algunas cosas sin tanta importancia, además de su ropa.

– ¿Una frazada de zanahorias? – El castaño largó una carcajada por la ternura que le producía ver aquello, riendo escandalosamente mientras trataba de calmar aquella risa, igualmente pensando en lo rápido que fué al ordenar.

– ¡Oye, no deberías burlarte! – Jungkook sintió su rostro completamente caliente, hizo un pequeño puchero no tan visible y cubrió su rostro mientras se tiraba a la cama, tapando la frazada con su cuerpo o bueno, parte de ella, la vergüenza había invadido su ser.

– Ah, lo siento, pero es que, ¿una frazada de zanahorias? Es increíble – Murmuró mientras aún seguía riendo suavemente, frotando sus ojos que tenían pequeñas lágrimas divertidas.

– ¡Ya! No da tanta gracia.. – Se negó en la cama, aún completamente rojo por aquella reacción ante su frazada, aquella que utilizaba desde hace años, sintiendo que sería capaz de lanzarse por la ventana solo para dejar de sentirse tan avergonzado.

Luego de algunos minutos de Taehyung burlándose finalmente terminó de ordenar todo, dejando su ropa en el armario y sus juegos a un lado de los del castaño, junto con un par más de libros en su mesita de noche, al parecer no era tan fastidioso aquel primer día.

Compañero de habitación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora