CAPÍTULO 10 "Rojo y amarillo"

8 2 0
                                    

Las ruinas de la ciudad eran abrazadas por el calido manto anaranjado del atardecer, bajo esa señal muchos de los scouts habrían optado por dejar sus tareas de lado y volver a la seguridad de la organización para pasar la noche en calma y esperar al dia siguiente para retomar sus labores. Pero ese no era el caso de Alhan, quién aún paseaba por las calles desoladas gradualmente consumidas por la naturaleza, llenas de autos oxidados y edificios cayéndose a pedazos ahora convertidos en la sombra de lo que alguna vez fue una civilización prospera.

A lo lejos pudo ver el decadente hogar al que se dirigía, recordándole con nostalgia que solia ser un vecindario tranquilo, repleto de gente amable y buena; gente que años atrás terminó huyendo de la enfermedad que azotó el mundo para jamás ser vista de nuevo.

Al llegar a la entrada al edificio departamental el joven se percató que la puerta se hallaba derribada y marcada por una huella de mano encerrada en un circulo de tinta negra. Esto es un símbolo clásico que los saqueadores usaban para marcar lugares que ya habían sido robados y revisados a fondo, normalmente al entrar primeramente marcaban la huella y al salir ponían el circulo como muestra de que aquellas personas habían salido con vida; Se tendría que poner especial atención en esa marca ya que si solo se encontraba la huella de mano significaba que probablemente quienes marcaban fueron atacados dentro del edificio.

Era una de las pocas muestras de solidaridad entre los supervivientes, una regla no escrita que aún asi pasaba de boca en boca para salvar las pocas vidas que quedaban en un mundo desolado.

Alhan sacó su arma, paso sobre la puerta con cuidado y empezó a subir las escaleras rumbo al apartamento, tan solo entrar al hogar inhabitado vislumbró la luz del atardecer que brillaba de forma reluciente en los cristales de las ventanas; dándole un tono calido a la habitación, través del visor de la máscara podia ver las motas de polvo revolotear en el aire incluso brillando un poco en tonos ambar, el scout novato cruzó la sala mirando todo con nostalgia, se detuvo frente a una repisa en la cual reposaban varias figuras de porcelana tanto de animales como de personas de distintos tamaños y colores, pero su atención la captó un viejo porta retratos polvoriento el cual tomó entre manos para quitarle la suciedad y poder contemplar la fotografía de una alegre familia. Desvió la vista sobre su esquina inferior donde se hallaba escrita una pequeña dedicatoria "Para mamá"

Alhan se quitó la máscara de forma lenta y con la mano temblorosa dejando ver que su expresión era de completa tristeza y desolación.

Fuera de alli en el balcón del apartamento la jaula se mecía con el viento de un lado a otro alborotando los restos de plumas de las aves que probablemente habían muerto mucho tiempo atras al ser dejadas a su suerte en ese mundo decadente el cual mostraba de forma cruel la fragilidad de la vida.

Mientras tanto en la organización Robert estaba acomodando en la habitación de su hijo algunos suministros personales, cuando abrió uno de los cajones se encontró con el pequeño canario oculto. Apenas cubierto con un pedazo de tela cortado y acompañado de un pedazo de pan.

Robert al principio se habia asustado por la presencia del animal, no entendía como ni porque Jack lo habia traído, pero si de algo estaba seguro es que no podia abandonarle. Acomodó el cajón dejando la pequeña apertura que tenia para que pudiese respirar y volvió a lo que estaba con total indiferencia; Al terminar se dirigió a los pasillos en dirección a su oficina. En su recorrido se encontró a Jack en las escaleras del pasillo trabajando con una libreta la cual recargaba en sus piernas para poder escribir.

— ¿Qué estas haciendo? — Le preguntó Robert curioso acercándose. — Creí que estarías en la biblioteca repasando tus estudios.

Jack rápidamente levantó la mirada mostrándole un cuaderno improvisado con algunas plantas adheridas con cinta.
— Alice me pidió hacer un herbolario para estudiar.— Expresó tímidamente viendo como su padre tomaba la libreta entre manos para revisar las paginas mientras Jack se levantaba para caminar junto a su padre.

ONE LAST CHANCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora