CAPÍTULO 1 "Despertar"

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A merced de la oscuridad en un extraño lugar donde ni siquiera le era posible mirar sus manos no hacía mas que aguardar, hace ya algún tiempo que había intentado buscar una salida caminando sin rumbo, tratando de perseguir voces y ruidos en la nada, se había cansado de intentarlo.

Ahora mismo solo podía tratar de hacer memoria sobre cuanto tiempo llevaba perdido y cuestionarse una única pregunta "¿Así es como se siente la muerte?" Tras una breve pausa dio paso a la razón que estaba empezando a perder « No, los muertos no respiran, no sienten, no pueden pensar o preguntarse algo así como yo lo hago, ni mucho menos escuchar como yo ¿Por qué? Simplemente no pueden... « ¿Por qué yo si?» ese silencio entre el ruido de sus pensamientos ofuscados fue interrumpido por una voz familiar, una voz que hace ya tiempo no escuchaba y que había intentando perseguir en la penumbra apenas como un susurro distante "Despierta"

Intentó ignorarla como una de las tantas alucinaciones creadas por su mente ante la soledad, hasta que reconoció ese tono tan peculiar que tanto añoraba levantando toda esperanza, solo así se atrevió a intentar una vez más adentrarse en ese abismo sin fondo, con cada paso podia escucharla más cerca hasta que a lo lejos encontró lo que parecía ser la salida del túnel sombrío. Con emoción apresuró el paso intrigado por el brillo intenso que lo cegó por un instante, al final solo escucho la voz insistente de la mujer llamando una vez más «¿Madre?» preguntó tratando de distinguir esa silueta borrosa que poco a poco se convirtió en la clara imagen de una mujer sonriente frente a él revisando con una molesta lamparita sus ojos.

— Al parecer todo esta en orden.—Dijo aquella mujer levantándose para acomodar el suero tras de si y escribir en una tablilla. Por su vestimenta impecable blanca asumió rápidamente su papel y no como el que había imaginado, ella no era su madre.

Tras dar un recorrido visual por la habitación de paredes azul verdoso con algunos carteles y estantes llenos de material medico llegó a una conclusión.
«¿Un hospital?» Se preguntó y con la mirada cansada como deslumbrada trató de mirar a su alrededor, Intentó sentir su cuerpo para levantarse pero algo lo impidió provocandole inquietud, ni siquiera podía articular una palabra. La enfermera pareció notar su esfuerzo y dejó escapar una sonrisa.

— Lo siento, sabía que olvidaba algo, vuelvo en un momento.— Dijo antes de salir rápidamente de la habitación dejando la tablilla en el tocador a un lado de la cama en la que se podía leer "Apto para segunda etapa".

Perplejo como desasogado por la situación volvió a cuestionarse mientras miraba a todos lados, no era un lugar para nada común pues hace mucho que los hospitales dejaron de existir gracias a la calamidad y lo último que había visto parecido a ello no era mas que una prisión donde le habían torturado.

Abrió los ojos de golpe por los nervios estaba seguro que este lugar solo podía significar peligro «Por favor no de nuevo ¡¿Cómo nos encontraron?! ¡Tengo que salir de aquí!» pensó intentando mover desesperado su cuerpo de lado a lado. Con cada movimiento brusco la sensibilidad de su cuerpo se hacia presente hasta que por fin pudo sentir sus piernas.

El ruido había atraído a la enfermera quien sorprendida exclamó.
— ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Te harás daño!

Tras responderle con una mirada furiosa la enfermera se acercó corriendo a él para detenerlo pues este intentaba voltear la camilla en un intento de escapar, al tratar de sostenerlo el chico mordió su mano lo suficientemente fuerte como para hacerla retroceder.

Había logrado recuperar la sensibilidad de casi todo su cuerpo cuando de pronto apareció un dolor insoportable en su brazo derecho que lo hizo dejar salir un grito ahogado. La enfermera tomó desesperada de los estantes una jeringuilla que no dudo en utilizar contra él, en cuanto el liquido entró por sus venas comenzó a sentirse débil hasta perder el conocimiento.

ONE LAST CHANCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora