Capítulo 13

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El viento frío acompañaba al día tan tenebroso como aquella mansión. Era grande, y podía ser una mansion de una familia alegre si no fuera por los frios colores y ventanas rotas que tenía. Parecía todo sacado de una película de miedo.
Decidieron entrar. Dentro todo era peor, había un aura muy tenebroso, parecía que allí vivía el mismo demonio.. y en cierta forma era verdad. Esa era la casa de Voldemort y de sus mortífagos. Lucius miró a su amigo, Barty, él también parecía perdido de cierta forma.
Con la mirada se hablaron y avanzaron hacia la sala donde les estaba esperando el señor tenebroso. Lucius se repetía una y otra vez que esto lo hacia por su padre, pero en verdad no sabía por qué lo hacía. Tal vez miedo, o no. Tal vez miedo a sus sentimientos, miedo a la marca del destino.
No le dijo nada a Remus. Esa noche, luna llena, se sentía extrañamente desbordado de sentimientos. No sabía cuál creer.
La marca se sentio rara. Como si no la quisiese por ya tener otra, pero ignoró el sentimiento. Miró a su amigo, el parecía perdido... Y de repente les agarraron y les llevaron a otra sala.

Dolor.

Angustia.

Miedo.

Eso era lo que sentía ahora mismo. La sala estaba completamente oscura. Y eso le hacía recordar a cuando le pusieron la marca tenebrosa por primera vez.

-¿Sabes por qué estás aquí? Por darle la espalda a los tullos.-Esa voz... La había escuchado antes, ¿Pero quién?-Te ves tan confundido... ¡Es increible! Recuerdo que cuando vinimos aquí por primera vez los dos estábamos de acuerdo en nunca abandonar a nuestro señor... ¡Veo que el amor te la a jugado!-Y empezando a reir se acercó poco a poco hacia él.

Sentía si presencia detrás suya. Tenía ganas de gritarle. No podía ser verdad, él no.

-Barty... Veo que la marca te ha convertido en una persona fuera de sí.-Un hechizo punzante.

Odiaba ese sentimiento.

-Y yo veo que el destino te a atrapado en su mentira.-Contraatacó.-¡Vamos! ¡Es tiempo de volver atrás! No sufrirás por amor, ¡Aquí no hay de eso!-Dos hechizos punzantes. Aún podía aguantarlos.

Se negó. ¡Claro que lo hizo! No quería pelear con Barty, no podía. No quería aceptar que su inocente amigo ya no estaba, no podía. Ellos compartieron mucho tiempo juntos y que ahora él se halla convertido en eso...

Tres hechizos punzantes todavía los aguantaba.

Esa persona enfrente suya le exigía hablar. No iba a hacerlo, ¡Debía luchar por su hijo! Le prometió que estaría bien, se prometió que no iba a dejar que nada le pasara. ¿Aceptaba la muerte con tal de que a su hijo no le pasase nada?

Cuatro hechizos punzantes empezaban a hacer daño.

Cinco hechizos punzantes le recordaban a su padre.

Seis hechizos punzantes le hacían replantearse su vida.

Siete hechizos punzantes hacía que su mente se desesperara.

Ocho hechizos punzantes y un golpe hacían que quisiera a Remus con él.

Nueve hechizos punzantes, tres golpes y un hombre forzándolo hacían que él pensase que era mejor morir.

Diez hechizos punzantes, cuatro hombres golpeándole, un hombre forzándolo y Voldemort acercándose hacían que quisiera retroceder en el tiempo y hacer las cosas bien. Hacían que pensase en su tiempo con narcissa y su hijo recién nacido. Hacían que pensase en cuando entró a hogwarts y conoció a sus amigos. Hacían que pensase en todo y nada a la vez. Hacían que pensase en aquella vez que Remus le besó, ambos eran adolescentes y el moreno sabía perfectamente que hacer con sus sentimientos. Hacían que pensase en todo el tiempo que posiblemente Remus pasó solo, soportando el dolor de la marca, y aunque nunca podría llegar a saber como se sienten esos sentimientos sentía una sensación de pérdida. Quería estar en casa, no queria que esa gente le tocase más.. quería ser salvado. Y como si sus pensamientos fueran leído, él llegó junto a la orden para salvarlo.

Sus ojos llenos de lágrimas retenidas miraron al moreno quien luchaba contra los otros para poder acercarse a él. Sirius y Artur le respaldaron y Remus pudo acercarse para desatarle de la silla en la que estaba. Él lo agarró y le revisó. 

-¿Estás bien?-Preocupacion y furia se distinguían en su tono de voz. Lucius no respondió, si lo hacía las lagrimas cederían y él no podría detenerlas.-Vamonos de aquí... Vamos a casa.-Le sujetó del brazo y dando una mirada a la orden los desapareció de aquel lugar.

Remus solo pensaba en que su pareja estuviera bien. Lo llevó a casa y durante varios días no dejó que nada ni nadie entrase a su casa, iba a proteger a su pareja y nadie le iba a detener. No iba a dejar que nadie se acercase al rubio.

El lobo estaba enfado.

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