Capítulo 27 - Final

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Luna-Wolfestrella
Mishia-Kun

Entonces todo cambió..

Pero había sangre y fantasmas por cualquier lugar que el visitara, las paredes escritas con mensajes que le recordaban una y otra vez quien estaba equivocado. En esa casa le era imposible descansar tranquilo, pues aún existían las heridas del pasado que le hacían doler. Y miró su marca. La había ignorado pero si no iba a volver para que seguir haciendo eso. Pero el vaso medio lleno se rompió y lo roto no se puede recuperar. El sabor amargo de su furia seguía igual, y todos los líos que hizo para no salir dañado solamente eran pruebas. Pruebas para superarse y saber que hiciera lo que hiciera sentiría que su padre nunca le iba a odiar. Porque su falta de amor era difícil de llevar.
Pero pensaba que había escapado, y en realidad estaba en los árboles, la brisa.. su recuerdo en cada lugar. Pero ahora nadie podía atraparle. El era imparable.

Entonces llegó verano, el calor, el mar, las olas, la brisa.. Cancún era un lugar bonito en el que estar. La playa la gente.. la distancia.
Había enviado una carta, había hecho todo lo posible para que con esa carta sus delitos fueran perdonados, pero la respuesta no llegaba. Ese sería su último día allí antes de ir a otro lugar, había encontrado psicomago en la parte mágica de Canada y probablemente se quedaría allí un buen rato. Ver el atardecer era algo que le encantaba y sobretodo sabía que nadie le criticaría por ser quien era porque sabía que todo lo malo que había hecho quedó perdonado, Narcissa se lo dijo esa mañana.

Suspiró y empezó a andar hacia su apartamento. Las vistas le parecían increíbles y le daba pena tener que dejar el lugar, pues allí había encontrado una paz que nunca antes había podido experimentar.
Llegó al edificio donde grandes apartamentos con buenas vistas a la playa estaban dispuestos a dar alojamiento a las personas.

-¡Lucius! Le llegó una carta.-Dijo una pequeña de cabello cobrizo.

Se llama Luna, y era hija de unos padres magos que habían estado en Londres cuando la guerra. Ellos le enseñaron que vivir no era tan malo y que todo el mundo podía ser perdonado.

-Gracias, Lunita.-Dijo agachándose para que ella le pudiera abrazar.

Se habían llevado muy bien la primera vez que se vieron hacía dos años, pero su miedo a la que le odiara por llevar la marca le habia hecho ser cortante con ella y sus padres, pero la pareja de esforzó por hacerle saber que el pasado quedaba en el pasado.

-Te voy a echar de menos..-Dijo ella con lágrimas en los ojos.

-Y yo a vosotros.-Dijo sonriendo suavemente y agarrando la carta.-Gracias por todo.-Dijo dirigiéndose a los padres.

-No hay nada que agradecer.. estaría bien que vinieras algunos días a visitarnos, estoy seguro que sería una gran sorpresa.-Dijo Joel, el padre de Luna.

-Nuestra casa siempre será tu casa..-Dijo Lils para después abrazar.

Había costado mucho hacer que Lucius cediera a ese tipo de demostraciones públicas pero el esfuerzo sirvió para algo.

-Por cierto, hay alguien esperándote arriba.-Dijo antes de que Lucius se alejara lo suficiente.

El asintió y empezó a subir las escaleras. Aunque hubieran varios ascensores el prefería las escaleras, no le disgustaban del todo.
Llegó arriba y vió a una persona al lado de su puerta. Estaba de espaldas por lo que no podría saber quien era hasta acercarse del todo. Y era extraño, porque él nunca tenía a nadie que le visitara.
Llegó a su apartamento y le vió, no sabía que hacía allí ni porqué. Solo esperaba que no estuviera allí para llevarlo de vuelta a Londres y cumplir su condena en Azkaban...

-Lupin.-Dijo para hacerle saber su presencia.

-Lucius..-Remus le miró, estaba cambiado y podía decir que más guapo con el pelo rubio corto.

-Envíe la carta.. ya no pueden hacer nada.-Dijo Lucius mostrando la carta, y aunque sabía que no estaba por eso no podía evitar dudar.

-No estoy aquí por eso.. Lucius...

-Entonces vete.-No sabía lo que quería en ese momento pero no podía dejarse llevar.

-Narcissa y yo conseguimos que perdonaran tus daños.-Siguió sin importarle mucho si Lucius lo escuchaba o no.-Me gustaría saber porqué dudabas.. dudas de mi.-Pero Lucius no contestó, solo se quedó mirando en un punto en la pared sin pensar mucho.

Pero tenía prisa, tenía que tomar un avión en menos de una hora y ahora no podía entretenerse.

-Tengo prisa.-Dijo pasando por el lado del moreno y abriendo su apartamento.

-Solo toma un momento.-Dijo Remus sin dejar que la puerta se cerrase.

Pero Lucius lo ignoró, solo se centro en buscar su maleta para llenarla con algunas cosas más y cerrarla para poder irse.

Levantó todas las persianas del apartamento y abrió las ventanas para que el aire fresco entrara.

-No creo que lo mejor ahora mismo sea hablar o intentar perdonarnos.-Empezó Lucius cuando salió del último cuarto del apartamento.-No creo que algo pueda salir bien si estoy implicado, soy sinónimo de peligro y deberías saberlo, no sé si lo haces ya.-Dijo parándose frente suya con su maleta a un lado.-Personalmente no estoy capacitado ahora mismo como para vivir con otra persona, y entiéndeme, no hay cosas bien, casi nada ha mejorado desde que lo estoy intentando.

Remus le miró a los ojos. No pensaba que el rubio decidiera terminar con todo y rendirse tan pronto.

-Solo.. necesito tiempo.

Lucius agarró fuertemente su maleta, no estaba preparado para formar parte de la vida de otra persona, todavía no había llegado a ese punto.

-Entonces yo esperaré el tiempo que sea necesario, le soy leal a los mios.-Dijo Remus sorprendiendo a Lucius.

-Bien...

-Bien.

Lucius salió del apartamento, no miró atrás y decidió seguir hacia delante.

Remus entró al apartamento, miró hacia atrás antes de cerrar la puerta y se adentró al apartamento.

Ahora tocaba esperar, sanar y aprender a vivir con la vida.



FIN

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