Me levante de la silla después de haberme maquillado o al menos logrado algo, y observé en el espejo y me gustaba el resultado, era algo muy simple dado que solo iba a cenar con la familia de Enzo pero estaba muy nerviosa.
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me cambié lo más sencilla posible. Y sobre todo cómoda.
—¿Estás? —me pregunta Enzo sonriéndome.
—Lista —le digo dándole un beso en esos labios adictivos. Esos labios que pusieron mi mundo al revés, de la mejor forma, de la más sincera forma. —Estoy nerviosa. —Le admito una vez que salimos de la habitación y nos disponemos a emprender marcha. —Nunca conocí a la familia de nadie.
—¿A no? —dice curioso. —Me encanta ser el primero entonces. —dice sonriendo mientras me abraza.
—Daaaale tonto.
—Mi familia te va a amar, ya vas a ver..
Y así fue. La comida pasó sin ningún problema, las risas abundaban y su mamá era todo lo que estaba bien en este planeta, se me hizo imposible no recordar a la mía, que de seguro en esta situación hubiese hecho alguna comida especial y ya habría mostrado mis fotos de cuándo era chiquita.
—¿Y tus papás Cami? —Me pregunta el papá de Enzo, como si me hubiese leído la mente. Me había preparado para esa pregunta... pero cuando me la hace es un baldado de agua helada.
—Mis papás viven en España se fueron hace unos años por el trabajo de mi papá. —les cuento con detalles. O no tanto....
—Ay que hermoso España. —Confiesa su mamá mientras me sonríe, y definitivamente lo de la sonrisa colgate es de familia. Empieza a irse por las ramas al hablar de España... de visitas y demás... y yo pude respirar tranquila.
Por suerte las preguntas de mi familia las pude responder sin pelos en la lengua y con sinceridad... algo. Había dudas sobre mi familia y sé con Enzo también, pero ¿que era lo que podía explicarle sobre mis papás? ¿Que me dejaron? no quería que sientan pena o lastima.
—— • ——
La vuelta al predio fue entre sonrisas y besos, no podíamos apartar las manos uno del otro y eso me mantenía sonriente. Tenía miedo que estemos yendo demasiado rápido. Pero lograba guardarme esas dudas y enterrarlas.
Habíamos decidido con Enzo disponernos a terminar de ordenar nuestras valijas, ya que más tarde tenían la entrevista pre viaje a Qatar.
El predio era un caos, había gente por todos lados y sobre todo cosas, valijas y demás.
Caminaba tranquila por el patio mientras me prendía un cigarrillo y dejaba que mis pulmones se destruyan un poco más.
—¿Que haces sola? —me sobresalto al escuchar esa voz. Era Licha. le sonrió. —Ay perdón te asuste.
