𝙀𝙩𝙖𝙥𝙖𝙨 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙡𝙖 𝙖𝙘𝙚𝙥𝙩𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣.
Ni Roier ni Quackity aceptan los sentimientos que tienen mutuamente. Lo niegan rotundamente porque los dos creen que son amigos, no lo aceptan ni con sus amigos más cercanos.
Entonces, el grupo de am...
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—No... Esto, esto no...—Quackity usa la poca fuerza de sus brazos para lanzar a Roier fuera de su espacio personal.—No, Roier. Esto no está bien.
—¿Cómo?
—No... Tú, tú tienes a alguien más, lo lastimarás. Sabes que lastimar a alguien no está permitido en mi corazón.—Quackity se siente avergonzado, probablemente también herido, pero lastimar a alguien más por su propio bien, no es una idea que deslumbre en su mente.
La habitación queda en silencio, tardaron en llegar a este punto que ahora el contexto parece incómodo. Quackity aleja completamente a Roier, casi lanzándolo lejos de su camilla. Pero cuando él trata de acercarse otra vez, no puede evitar dejarlo pasar.
Las manos de Quackity tiemblan, al igual que su cuerpo, sin embargo, no está alterado ni tan ansioso. Mientras el de gorro suspira, reprime las lágrimas que sus ojos intentan expulsar. Baja su cabeza, quedando completamente vulnerable a Roier.
Roier no sabe qué decir. Está sorprendido por la actitud de Quackity, quien en el pasado a pesar de decirle que tenía a alguien más, él nunca lo alejó o paró sus actitudes coquetas y amorosas.
Roier no se acerca tanto esta vez, mantiene su lugar, lejos, sin sobrepasar sus límites.
—Aprendí a dejar ir a alguien si ya tiene a otra persona hace poco tiempo. Esto está mal, Roier. Además, me lo aclaraste el día de la fiesta. Dejaste en claro que lo nuestro nunca funcionaría porque TÚ tienes a alguien más. Ese alguien más, es mejor que yo, lo dijiste, ¿no? Entonces, déjalo. Esto sólo te arruinará si sigues insistiendo. No me gusta, no te gusta, déjalo ir.—Quackity presiona el botón con el que siempre llama a Pol a la habitación.—Ahora vete, ninguno de los dos merece estar en esta situación, tú sabes.
Roier no se mueve ni un solo centímetro de su lugar. En cambio, aleja la mano de Quackity lejos del botón de emergencia.
—No, Quackity. Tienes que escucharme.
—¿Escuchar qué? ¿Escuchar cómo me humillas una vez más? ¡No! Ya no, Roier. Ya no.
—¡Al menos escucha lo que te quiero decir!
—¡No tengo nada que escuchar ni hablar! ¡No contigo, Roier!—Quackity aparta la mano de Roier sobre su muñeca.—Vete, por favor.
La puerta de la habitación se abre, donde entra Pol y Spreen, quienes se ven preocupados por la llamada de emergencia. Quackity ocupa sus últimas fuerzas para empujar un poco a Roier e indicarle que se fuera, Roier, furioso, sale de la habitación, sin antes recalcar que volvería para hablar con Quackity.
Quackity recuesta la cabeza sobre la almohada, suspirando múltiples veces, intentando calmar los nervios de su corazón. Era cierto que le gustaba aún Roier, pero la forma de volver a él es la menos indicada para hacerlo.
Cuando se escucha la puerta de la habitación cerrarse, que por ciento, Quackity pensaba que por el enojo, Roier rompería la puerta al cerrarla, algo que no fue así, Quackity se recupera casi por el completo, cerrando los ojos.
