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     Lágrimas amenazaban con cruzar sus ojos mientras sus manos, estrechadas una sobre otra encima de su vientre, temblaban ansiosas. Palabras se atoraban en su garganta mientras su temperatura corporal disminuía y una sensación de miedo y estrés surgía, lo que escuchaba le llenaba el pecho de miles de emociones que la confundían.

     —Señorita Lan— una ronca voz a su lado la saco de su mundo, girándose temblorosa hacía su dueño ¿no quiere ir con ellos-— posó con gran cariño su mano sobre las de la joven, ayudándole a recupera más color en su rostro.

     Señor W-Wen, yo.... Yosus palabras no hallaban comi salir, pero al escuchar la voz de su hermano cambió su foco de atención al instante, dirigiendo su vista a los dos adultos y su hermano junto a un burro tan espectador como ella y el cadáver a su lado.

     —Lan SiZhui... Lan Yuan...¿A-Yuan?la voz del hombre se atoraba mientras se acercaba al muchacho frente a él.

     —Si señor Wei, soy A-Yuan—.

     —¿A-Yuan? ¿Él no murió?— la voz del señor Wei siguió sonando, mientras la mujer asustada tomaba con cariño la mano del cadáver a su lado intentando regular su respiración, siendo acogida con la mirada del Segundo Jade desde la distancia.

     —Señorita Lan ¿está bien?— la voz del cadáver ahora sonaba preocupada, cosa que ayudó a disipar un poco a la muchacha.

     L-lo siento Señor Wen jaja, no quería preocuparlo, es que— a medida que hablaba su tartamudeo se disipaba y tomaba con ambas manos la que el Wen le había ofrecido hace un rato, viendo curiosa cómo su mirada se dirigía al grupo cerca a ellos, cautivando nuevamente su atención.

     Lan Zhan ¿fuiste tú?—.

     —Si. Esto era lo que no te había dichocuriosa ante la mirada que HanGuan-Jun depositaba en su hermano, el señor Wei y ella sintió un poco de temor y vacío en su estómago, dando un rápido paso en falso hacia adelante al ver a su hermano abalanzarse en un abrazo a ambos adultos, uno conteniendo las lágrimas y el otro sonriendo cálidamente.

     Esa es nuestra señalvolvió a hablar el cadáver acercándose al grumos sin soltar la mano de la muchacha, quien lo siguió extremadamente confundida y apenada.

     —Eso significa quea medida que se acercaban el señor Wei y el Segundo Jade notaron sus presencias —te volviste más alta de lo que imaginé, A-Liansonrojada y sobre todo confundida, se limitó a sonreír, sintiendo un leve empujón por parte del General Fantasma y un llamado por una voz inesperada.

     —Liu Jiyi— sorprendida dirigió su mirada al mayor Lan, que sin disminuir su sonrisa la invitó con un leve movimiento de su cabeza al abrazo.

     —Gege, HanGuan-Jun, Señor Wei yo.... Yo n-no entiendo—.

     —Aiya, A-Lian, ven acá pequeña— pese a lo cortado que sonó su voz y la preocupación que le generó a la mujer, terminó por acercarse con timidez para terminar siendo jalada por su hermano y el Señor Wei al abrazo entre risas quedando estática, más al sentir unas caricias en su espalda, que pese a lo confundida y pérdida que estaba, le daban una tranquilidad y confianza extremas, terminó por acunarse sobre el pecho del Patriarca y rodear con sus brazos a su hermano, escuchando con atención el resto de la conversión, y riendo con las anécdotas destapadas.

     —Xian-gege...— se atrevió a soltar una vez fuera de los brazos de sus mayores como un leve impulso, devolviendo sin querer la atmósfera nostálgica al ambiente.

     Parece que no me olvidaste del todo— se acercó llevando su mano al rostro de la fémina —gracias por no hacerlo— riendo apenada empezó a comprender mejor las cosas, sobre todo cuando su hermano habló de su fiebre y de la flauta de su mayor, terminado por estallar en carcajadas al imaginar a su hermano mordiendo el arma, sólo para que tanto él como el Señor Wei sacaran a la luz momentos de ella. Pero sin duda, lo que más la conmovió fue enterarse de que su hermano había llamado al gran e imponente HanGuan-Jun "papá". Incluso el señor Wen terminó involucrado en la conversación.

     Aún habían muchas dudas en su mente, pero parada al lado de su hermano, conociendo de su familia no podía hacer más que escuchar y sonreír a gusto.

     Tomaré a los niños, iremos primero a QiShan para quemar las cenizas de nuestros parientes, además, quería buscar algunas cosas de mi hermana para hacerle una tumba digna— era verdad, tenía más sentido ahora.

     Con las palabras de su familiar recordó los cuerpos carmesí que salieron de los Túmulos Funerarios para ayudarlos, el como uno se acercó tanto a su hermano que le dió pavor hasta que vió como le daba un juguete mientras otro cadáver se acercaba a ella y acariciaba su flequillo con familiaridad llamándola por su nombre. Una tranquilidad se apoderó rápidamente de su corazón, tomando con cuidado de que nadie lo notara, la manga de su hermano.

     —Señor Wei, usted debería ir con HanGuan-Jun— hasta que la voz de su hermano la trajo de vuelva a la realidad, viendo con cálidos ojos a sus dos mayores sin interrumpir la conversación, girando su cabeza a todo aquel que tomaba la palabra, tal como el Segundo Jade, se mantenía como oyente, asientiendo cuando era nombrada.

     Mm, A-Yuan, A-Lian y yo nos retiraremos ahora— terminó dando un saludo mientras alzaba los brazos, reverencia que ambos discípulos Lan siguieron al unísono.

     —Señor Wei, HanGuan-Jun, nos retiramos—.

     Mm—.

     —Vayan— listos para retirarse los tres empezaron a alejarse, frenando entre sus pasos la menor para volver a ver a sus mayores unos segundos, quería decirles algo, pero las palabras simplemente no salían de su boca.

     HanGuan-Jun, Señor Wei, yo...— para su tranquilidad tanto su hermano y tío, como sus mayores la esperaron con paciencia gracias, espero nos encontremos pronto— terminó casi que en un susurro, alzándose de la reverencia que había usado antes de sonreírles, darse la vuelta y alcanzar a su hermano para continuar su camino.

1020 Palabras
25/Jun/2023

Entre un mundo y el otroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora