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     El desayuno ya había pasado, y todos lo presentes, fueran niños o adultos vestidos y arreglados, se preparaban para empezar su jornada, y eso no excluía a dos niños aún ajenos al lugar que caminaban junto a un adulto de frío rostro, se podría decir que la persona a la que más cercanos eran.

     —Gege, este no es el camino a nuestra casa ¿a dónde vamos?sonó un aguda voz tomando la mano del niño mayor.

     —No estoy seguro, quizá HanGuan-Jun nos va a mostrar un lugar nuevoentendiendo a que su hermana había llamado su cuarto como "casa" respondió rápidamente sin perderle el paso al adulto, que en el resto del camino, al no escuchar más de lo niños tomó un camino alejado del resto, tranquilo y sobre todo solitario, aunque algo largo, llegando a impacientar los niños, pero su paciencia fue rápidamente recompensada al ver un árbol con bolitas blancas a su rededor.

     —¡Conejitos!saltaron al unísono al identificar las bolitas a la ditancia, alzando sus miradas al adulto pidiéndole permiso para correr hacia los pequeños animales, una respuesta que para su felicidad fue positiva, sintiendo como el mayor de los hermanos soltaba su túnica y sujetando a su hermana salía corriendo hacia el árbol mientras reían, escena peculiar a los ojos del mayor. Este había sido de los primeros lugares a los que los había traído, incluso, ahí mismo es que su hermano había conocido al dúo.

     La mañana siguió su rumbo entre las risas y juegos de los niños mientras eran cuidados por el Segndo Jade que meditaba a la sombra de los pies del árbol, escuchando las travesuras de los infantes acompañado der creciente calor de los pequeños conejos en su regazo.

     —Te veo mucho mejor WangJiabrió sus ojos al escuchar la animada y cálida voz de su hermano —¿cómo estás? ¿cómo están los niños?tomó asiento al lado de la imponente figura de su hermano.

     —XiongZhan— lo saludó con un semblante tranquilo, ante los ojos de su mayor, con un rostro feliz —mis heridas ya cicatrizaronrespondió dando una leve inclinación a modo de respeto por su hermano mayor antes de devolver su mirada a los pequeños —están bien, se acostumbran rápido. Liu Jiyi...

     —Sigue mencionando al jóven amo Wei ¿verdad?se anticipó al leer el dolor en el rostro del otro.

     —No lo olvida

     —Así como tu no lo haces

     —No es bueno para ellaquería responderle que para él no era bueno tampoco, pero entendía el peso en el pecho de su hermano y decidió dejar el tema ahí, comentándole por otro lado una nueva noticia.

     —Hablé con nuestro tíovolvió a llamar la atención de su hermano —¿recuerdas cuando te dejó quedar con ellos?miró al dúo jugar con los conejos escuchando el asentimiento del otro —hay posibilidad de que puedan empezar sus estudios, ya están saludables y se han adaptado bien, además, tío no los dejará solo jugarrió entretenido escuchando las risas de los infantes como abientación.

     —No estarían juntoscomplementó siguiendo la mirada de su hermano a los niños —la mandarán con las cultivadoras— sorprendido por su preocupación el mayor dejó salir un suspiro pesado.

     —¿Son tan unidos? su respuesta fue dada al verlos jugar a unos cuantos metros de ellos, viendo entrañado lo mucho que el mayor cuidaba a la menor, reflejándose en ellos su infancia con el Segundo Jade, dos niños criados por el hombre más recto de todo el clan apoyándose en todo lo que podían, e incluso, eso no había cambiado, pero no estaba seguro de convencer con ello a su tío.

Entre un mundo y el otroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora