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     El recorrido por los incontables pasillos terminó por marear a la de túnicas, mientras el felino cobijado por sus ropas reía de su comportamiento, mientras la canina por su partre, veía todo atentamente, olfateando ciertas zonas del trayecto.

     —Y yo que solía perderme en mi hogar, no sé como sobreviviré aquíMisheru dejó escapar unas risillas al escuchar el pensamiento en voz alta de su amiga, manteniendo poca distancia con el director, mirando confusa como la Lan a veces endurecía su mirada clavando sus ojos en algunos estudiantes, pero prefirió no preguntar nada.

     No tardaron en salir de las instalaciones siguiendo un camino de piedra hasta lo que sería su dormitorio, una construcción, algo deteriorada, e intimidante para la Lan.

     —Vamos humana ¡no te quedes mirando!— Grimm bajó de sus brazos de un salto, llamándola para llegar al nuevo lugar, derrochando emoción junto a la canina, terminando por contagiarse.

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     —¡Hemos llegado mis queridos estudiantes!— dijo victorioso el director abriendo las puertas de la reja para entrar con su séquito y aproximarse rápidamente a la entrada, sacando un grupo de llaves para abrir las puertas con la misma emoción, mostrando orgulloso el interior —este es Ramshackle— se giro para no darles la espalda en su eufórica explicación.

     —¿Si se puede vivir aquí?— preguntó Grimm, el único algo incómodo con el lugar.

     —Por supuesto, sólo hay que limpiar un poco, síganme— retomó su andar mientras el gato esperaba a que sus compañeras empezarán a caminar para seguirlas, intentando no  pisar nada que estuviera en el piso.

     Luce muy diferente a mi hogar ¿todos los lugares se ven así?— buscó con la mirada a Misheru con cierta emoción desconcertante para el felino.

     Podría decirse que si, es el tipo de arquitectura, supongo— continuando su andar pasaron a una sala bastante amplia, iluminada por una gran ventana que permitía a los rayos caer sobre algunas sillas caídas o rotas, un sofá gastado, una chimenea y el barandal de unas escaleras, decoradas con varios recuadros poco entendible por los gastados que estaban pegados a la pared; los ojos de Lan Lian estaban más que abiertos de la emoción, cautivando al Director que orgulloso del lugar llevó sus manos a sus caderas sonriendo al grupo.

Entre un mundo y el otroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora