T A L I S M Á N |JENLISA & CHAESOO

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Florida, Estados Unidos.
2023

Una vieja y sola anciana se mecía en su silla en el balcón de su habitación, en el segundo piso de la gran vieja mansión, incluso más vieja que ella misma.

Jennie era una anciana desquiciada que había quedado viuda hace 4 años. La muerte de su esposo, Taehyung, no le había causado sentimiento alguno de tristeza, por el contrario, esta sentía un alivio interno al por fin haberse librado de ese maldito matrimonio infeliz de 44 años y, honestamente deseaba que aquel estúpido varón, se retorciera en su tumba por el resto de la eternidad.

Si bien, odiaba a su difunto marido, no podía negar que amaba a su hija, fruto de este mismo matrimonio, y a pesar de no tener la mejor relación con ella, su hija no tenía la culpa del pasado, sin embargo, no podía evitar sentir dolor porque su existencia era el constante y presente recordatorio de como su felicidad fue truncada hace unas cuantas décadas.

La triste anciana había decidido estar sola hasta que el día de su muerte llegará, sufriendo con su propio y eterno dolor.
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Tenía la mirada perdida y la mente llena de nostalgia, su corazón estaba lleno de odio y rencor, su rostro arrugado y fruncido en una mueca de molestia y tristeza. Ella nunca parecía estar presente y al estar sola, no había nadie que la distrajera de esos sentimientos y recuerdos tristes. Así habían sido sus días durante los últimos 4 años, no fue hasta aquella mañana que algo alteraría su rutina.

-Abuela, estoy aquí!- la escandalosa voz de su nieta interrumpía el ambiente silencioso de su hogar. La anciana frunció el seño con molestia y finalmente se levanto a recibir a aquella muchacha, hija de su única hija, Rachel.

La vieja observaba todas las maletas de la chica, Jisoo le habría avisado que quería mudarse junto a ella para cuidarle, esta inicialmente se había negado rotundamente a la idea, quería estar sola, morir sola. No fué hasta que Jisoo le insistió y mencionó que igualmente tenía que mudarse de Georgia a Florida por la Universidad, que su abuela finalmente accedió. No podía negarle un hogar, después de todo, era su nieta y tenía buenas intenciones, además la mansión estaba cerca de la facultad, lo cual le favorecía a la joven estudiante.
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JISOO

Pese a que su abuela era realmente adinerada, su madre salió de su casa para casarse junto a su padre los cuales eran muy trabajadores pero aún así, se mantenían en la clase media. Ella, su madre, jamás pidió la ayuda de sus padres, al huir con su padre, esta habría decidido alejarse de sus padres e iniciar una nueva vida desde cero con el hombre que amaba.

Es por eso que al llegar a la gran mansión de su abuela, esta miraba asombrada y emocionada cada rincón del lugar, era muy vieja pero se mantenía cuidada y claro, muy lujosa.

Jisoo habría conocido a su abuela 4 años atrás en el funeral de su viejo abuelo que jamás conoció, o por lo menos, no vivo. Aquella ocasión a penas habría cruzado palabras con su abuela aunque Jisoo la adoraba, le llamaba cada noche desde que era pequeña. Aunque esta siempre fuera grosera, Jisoo era persistente.

-Abuela, estoy aquí!- gritó con tono alegre por la casa, está había abierto con la vieja llave que su mamá le dió. La anciana apareció por el pasillo del segundo piso, asomándose con una expresión poco alegre.

-Hola muchacha, que bueno que llegaste con bien-saludó la anciana- puedes instalarte en cualquier habitación disponible, aquí las habitaciones sobran. Siéntete libre de andar por aquí pero no hagas mucho ruido, me gusta el silencio y la tranquilidad, si necesitas algo, estaré en mi habitación-sin esperar respuesta, la anciana se retiro a su cuarto enseguida.

Jisoo por supuesto no lo tomo personal, ella estaba acostumbrada a la actitud rara y a veces grosera de su abuelita, y aunque muchos probablemente la habrían mandado al carajo hace años, ella no era así, amaba a su abuela y soñaba constantemente con una personalidad dulce de ella. Desde niña ella creía que era buena pero algo malo le había pasado y ella necesitaba volverle a dar felicidad.

Y estaba en lo cierto, había algo detrás de esa vieja, amargada y grosera abuela.

Jisoo subió las escaleras y se instaló en una de las habitaciones más grandes, estaba polvorienta, y descuidada pero le gustaba y esa quería que fuera su habitación. Traía tantas cajas y maletas que decidió acomodar todo encima de su cama primero, para dedicarse a hacer una exhaustiva limpieza por el cuarto, limpiaba el clóset y posteriormente acomodaba su ropa; limpiaba el tocador y luego acomodaba su maquillaje y cremas; barrió y trapeo la habitación al igual que lavó y acomodó su baño, por último, tendió su cama son sabanas que su madre le había dado antes de irse. Finalmente se acostó, pero al girar su cabeza notó la mesita de noche, no había limpiado ahí. Nuevamente la chica se sentó en la cama y fue entonces que empezó a limpiar la parte superior de la mesa. Cuando abrió los cajones, se dispusó a sacar todas las cosas de adentro y entre ellas una cosa en específico capturó su atención. Algo que parecía ser un libro viejo con letras en su portada que decían TALISMÁN.