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Florida, Estados Unidos.
1973

En aquel bello campo verde, lleno de flores hermosas y unas cuantas ovejas sueltas pastando, se encontraba aquella linda joven, recostada sobre el abundante césped admirando cada detalle de el lugar. Contaba las nubes del cielo y las aves que volaban sobre este. Ella era un chica pura, muy bella por dentro y por fuera, noble y trabajadora. Tristemente nada de esto valía si era de clase baja, sus ropas viejas y sus raíces le habrían traído solo rechazos y humillaciones.

Lalisa Manobal, una joven de clase baja, inmigrante Tailandesa que acababa de llegar a América de una manera no tan legal, y sin estudios terminados claro.

Tras la muerte de su padre, quien era el sustento de su hogar, ella se vió forzada a abandonar sus estudios al finalizar el bachillerato, porque una carrera universitaria era caro y su madre, que estaba muy enferma, necesitaba medicamentos excesivamente caros. La situación en Tailandia no era buena, los trabajos tenían una mala paga que lo de un salario mensual a penas cubría la comida, pero no los medicamentos de su mamá, así que, sin más opción, tuvo que inmigrar a Estados Unidos, donde las oportunidades de trabajo era mejores y por supuesto, favorablemente mejor pagadas.

Lisa había logrado llegar y pasar desapercibida a aquel país pensando que las cosas comenzarían a ser más fáciles pero la cosa no terminaría ahí, claro que no. La xenofobia la perseguía, la gente la miraba con desprecio por sus ojos rasgados y ya que su estabilidad económica no era buena, los desprecios empeoraban para ella, nadie quería contratarla.
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Lisa había encontrado un lindo y gran campo en el cual descansaba por las noches y se alimentaba de los frutos de los árboles que habían en este.

Echó un último vistazo al cielo y se levanto del pastizal, tenía que seguir buscando trabajo, la vida de su madre dependía de ello y claro, no podía perder el tiempo sin hacer algo al respecto. Hoy iría a una nueva casa de la clase alta a pedir trabajo de empleada doméstica. Rezando se marchó, esperando a tener suerte esta vez.

Tocó el timbre de la gran mansión, era la más grande de la zona y por ahora era la más grande de Florida, la prestigiosa familia Kim era la propietaria. Una Señora de rasgos asiáticos muy bonita y arreglada se asomó por la puerta.

-Buenas tardes señora, disculpe las molestias que mi presencia puedan llegar a ocasionar, ví su anuncio acerca de empleada doméstica y quería ver si aún seguía disponible-dijo nerviosa la joven con la mirada baja, temiendo que esta la humillara como todas las personas anteriores.

-Oh, claro hija, eres un ángel porque llevo días haciéndome loca sin encontrar a alguien que me pueda ayudar aquí, dame un momento y te abriré la puerta para que podamos hablar mejor del trabajo- Respondió en un tono dulce la señora. Dulce, el primer gesto positivo que Lalisa recibía en ese país, Lisa sintió un ligero alivio en su pecho al tratar con esa señora.

La señora Kim le había abierto la puerta como lo dijo y la condujo a su oficina, a pesar de que era una época muy conservadora y machista, la señora Kim era una mujer muy trabajadora y multimillonaria, no creerían que el gran imperio Kim lo hizo solo su marido, o si?.

-Toma asiento muchacha-señaló la señora Kim- veo que eres asiática, de que país vienes hija?- se acomodaba en su asiento y  miró curiosa a la joven, era hermosa pero tristemente nació pobre y eso la afectaría en una sociedad como esa.

-Soy de Tailandia señora, y por sus rasgos con todo respeto, puedo decir que usted tal vez es ¿surcoreana?-soltó temerosa. Las personas de estos días la habían asustado bastante, la señora Kim podía apreciarlo en su habla y movimientos.

-Así es hija, soy de Seúl, Corea del Sur orgullosamente. -respondió la señora simpática, Lisa mostró una sonrisa tímida.-Pero hablame de ti-continuó- convenceme del porque te tengo que emplear.

-Claro, mi nombre es Lalisa Manobal, soy nacida en Bangkok, Tailandia y tengo 19 años, inmigre a América porque mi madre esta enferma y necesita medicamentos caros, terminé el bachillerato pero no pude costearme la universidad dada mi situación familiar y económica, obvio. Hablo 2 idiomas a demás de mi lengua nativa, que son el inglés y el coreano. Soy bue..- la señora quien la miraba interesada la interrumpió- Así que coreano eh?, de acuerdo Lisa, si terminamos la entrevista en coreano, el trabajo es tuyo- Lisa se puso nerviosa, no porque no supiera y hubiese mentido, pero estaba a punto de hablar un idioma ajeno con una persona nativa y si cometía un error, quizá no tendría otra oportunidad así nuevamente.

La entrevista continuó, como lo dijo la señora Kim, en coreano. La misma habría quedado boquiabierta con el excelente coreano de la tailandesa, sin mencionar lo conmovedora que era su historia, cumplió su promesa y la contrato. Había adorado a esa joven que no lo pensó dos veces.

Lisa aún brincaba alegre por la contratación y más aún con la paga que se le ofrecía, esta simplemente no podía creerlo y no dejaba de agradecerle a la mayor.

-De acuerdo Lisa, tranquila que ahora te explicare las ordenes. El trabajo no es tan complejo, solo tienes que encargarte de limpiar toda la casa, preparar las comidas y comprar mandado para la casa. En la casa vivimos mi marido, el Señor Kim; Mi hija mayor Irene y la menor, Jennie y su mascota, Kai. El resto de personas son personal extra como tú, tu habitación esta cruzando el jardín trasero, es una casa más pequeña con varias habitaciones para el personal, en ella tendrás una habitación personal, un baño personal también y un comedor compartido con el resto de trabajadores. Para llegar a allá cruzas la puerta trasera de la cocina, inmediatamente verás dicha casa. Comienzas a trabajar mañana a partir de las 6 a.m y te retiras a las 11 p.m, tus horas de desayuno, almuerzo y comida serán 9 a.m, 12 p.m y 4 p.m,y tus días libres serán los domigos, todo entendido hasta aquí?.-La joven asintió callada y memorizado cada instrucción recibida-De acuerdo Lis, ahora puedes ir a instalarte y descansar. Retirate por favor.

Sin más por decir o escuchar, Lisa obedeció, finalmente tenía un trabajo y podría ganar lo suficiente para pagar los medicamentos y guardar un poco para después, probablemente, poder pagar una carrera universitaria, ella amaba la literatura y la pintura, ella quería ser una gran artista. Al llegar a la "casita" que su ahora patrona le había indicado, quedo asombrada por el tamaño pero su habitación era aún más increíble, definitivamente la mansión de los Kim era una bendición laboral. Se presento con todos sus compañeros y estos, igualmente la recibieron de buena manera. Lisa se esforzaría por mantener su estadía aquí por un largo tiempo.

T A L I S M Á N |JENLISA & CHAESOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora