T A L I S M Á N |JENLISA & CHAESOO

06

Florida, Estados Unidos.
1973

Pov Lisa.

Habían pasado dos semanas desde fuí fué contratada, me mostre eficiente con mi trabajo o eso intente y al parecer la señora Kim lo había notado y no dejaba de alardear conmigo cada vez que me veía. Yo por supuesto no dejaba de agradecerle cada que podía por ser tan gentil conmigo, al igual que su hija mayor Irene. Lástima que no podía decir lo mismo de la menor, Jennie se había mostrado insoportable desde el primer día, era esa piedrita en el zapato que te lastima al caminar, en todas las oportunidades que tuvo para burlarse, humillarme o rebajarme las aprovecho. Esa maldita mocosa mimada, cree que los millones de sus padres la hacen intocable y superior a los demás, no la soportó, pero tampoco puedo hacer una tontería al contestarle, tenía un buen trabajo, no era pesado, muy bien pagado, un techo y alimento para sobrevivir. Tirar a la basura todo no era una opción, la vida de su madre también dependía de sus acciones buenas o malas en América.

-Lisa!-me saludo Irene animada.

-Hola Irene-devolví el saludo educadamente-¿cómo te va? ¿todo bien? ¿necesitas algo?-le pregunte amablemente
-Oh no querida, solo pasaba saludando y te venía a avisar que mamá me mandó a llamarte, dijo que te presentes en la oficina por favor.-asentí algo nerviosa, ¿habría hecho algo malo?. La negatividad se apoderó rápidamente de mi cerebro, con miedo me dirigí a la oficina de la señora Kim y estando a fuera me detuve para respirar profundamente

𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘮𝘦 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘪𝘥𝘢, 𝘱𝘰𝘳 𝘧𝘢𝘷𝘰𝘳, 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘮𝘦 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘪𝘥𝘢, 𝘥𝘪𝘰𝘴𝘪𝘵𝘰

Justo cuando me disponía a tocar, escuche la dulce voz de la señora Kim.

-Adelante querida, puedo ver tus pies por debajo de la puerta, anda pasa- suena de buen humor, no va a correrme estando de buen humor ¿o si?, y aquí voy de nuevo, a sobrepasar las cosas como siempre.-Escucha Lisa, tienes que relajar tu cuerpo, desde aquí puedo notar cuan tensa estas, de adelanto te aviso que lo que vamos a hablar aquí no involucra tu despido, ahora sientate- iba a hablar pero decidí no hacerlo y simplemente obedecer a la señora Kim.
-Si no me va a despedir, para que más me mandaría a llamar señora Kim?-pregunte temerosa.

-Oh Lisa-rió con gracia- te digo que estés tranquila, escuchame, te he llamado para que hablemos, aquella vez de la entrevista me hablaste de que tenías a tu madre enferma, hoy casi no hay trabajo ni para mí ni para ti, así que he tomado este tiempo para que hablemos mejor de ti.-pude sentir como mi cara cambiaba a un semblante de confusión

-Con respeto señora Kim-me dirigí a ella- pero, ¿por qué se interesa tanto en mi o hasta en mi vida?, no me molesta y tampoco intento hacerme la importante, pero con ningún otro empleado he notado que tenga el mismo interés.

-Nada de eso, no te equivocas, si eres la única con la que me relaciono y mis motivos son, número uno: eres asiática, curiosamente tailandesa que habla coreano, por lo cual me recuerdas una vieja historia, número dos: tu historia aparentemente es conmovedora y por último, la razón número tres te la haré saber una vez que me hayas contado sobre lo que te he pedido, ¿Si?- asentí en respuesta, no es como si pudiera negar de todos modos, verdad?.

-Bien señora Kim, permítame contarle-inicie- Nací el 27 de marzo en Tailandia y fuí la única hija que tuvieron mis padres, y si ahora me preguntaran si desee tener un hermano, mi respuesta sería no y esto se debe básicamente a todo lo que pase en mi infancia. Mi madre Rosse Manobal se casó con mi difunto padre Marco, ambos eran muy diferentes, mi papá solía gritar y golpear mucho a mamá cuando no había comida en la casa, pero no era culpa de ella, era de el porque era un alcohólico que gastaba todo el dinero en su vicio, mi padre fue muy duro con ambas, era agresivo. Mi mamá por otro lado, a pesar de que sufría, siempre fue muy dulce conmigo, trabajaba lavando ropa para poder ganar lo suficiente para alimentarme pero tristemente mi madre se enfermo del corazón y no pudo  continuar, por las noches antes de irme a dormir solía hablarme de los verdaderos amores y me hablo del suyo, cuando dijo que no era papá no me hice la sorprendida, ella solo decía que como amo a esa persona, jamás volvió a hacerlo y mi mamá siempre me dijo que el amor era lo que mantenía fuerte a las personas, por eso siempre me esforzaba tanto en la escuela como en los trabajos que hacía para poder sacar unas cuantas monedas para la casa, sabía que lo hacía por amor a ella, a mi mami.- limpie mis lágrimas- mi papá no la golpeo más una vez que supo de su enfermedad, sorprendentemente tuvo un cambio y trabajo para mantener viva a mamá, al final, él si la amaba pero no lo hizo de la forma correcta, cuando falleció tuve que hacerme cargo yo de mamá y de mí y es eso lo que me tiene ahora aquí.-expliqué

-Valla Lili me has dejado sin palabras, tu madre y tú son unas grandes mujeres, me alegra saber que el trabajo que te he dado aporte a mejorar un poco tu vida- tomó mis manos y las apretó en forma de comprensión. Esta señora me va a hacer llorar de tan dulce que es conmigo!- Pero Lisa, a ti te gusta la escuela?- me miro atenta

-Mucho, sin presumir pero, toda mi vida fuí excelencia académica y me hubiera encantado entrar a la universidad para estudiar arte y pintura.-una gran sonrisa se asomó en su rostro

-Bien Lisa, este es mi tercer motivo que no te mencioné, he visto tus pinturas, perdona mi atrevimiento pero sé que talentosa eres y mi mayor interés al citarte aquí es porque quiero proponerte un trato- arrugue mi entrecejo confundida pero la deje proseguir- quiero pedirte que le des clases de arte y matemáticas a mi hija menor, Jennie. A cambio yo te pagaré un curso de pintura profesional a parte, quizá no sea la gran cosa un curso en comparacion con la Universidad pero, ¿te gustaría?- Vale, era una oferta tentativa, que si solo era un curso? Era un sueño poder aprender más de lo que me gustaba, pero, ¿soportar a su hija Jennie?, la chica literalmente me odia y a mi me parece insoportable la tipa, pero en que posición me atrevería a negarme?- es un trato, estreche su mano.

Me acabo de condenar, estoy segura.