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Los días empezaron a pasar y no había rastro de Kang por la isla. Cualquier otra persona estaría relajada y alegre de que ese monstruo no estuviera en los alrededores, pero Minho no, eso solo le ponía cada vez más nervioso.
No quería separarse de Yeji ni de Chan, pero debía seguir con su trabajo en el orfanato. Era de noche, y estaba poniendo a dormir a Yeji en el lugar, con el resto de los niños. Hoy le tocaba a él vigilar el orfanato y a los niños, así que no le preocupaba dejar a la niña en la cuna.
Observó a la bebé, plácidamente dormida en su cuna abrazando un pequeño peluche. Sonrió levemente, consideraba a Yeji su hija, y Bang Chan también lo hacía.
Justo cuando iba a acariciar la mejilla de la niña, sintió una mano tapar su boca y otra agarrar sus brazos. Quiso gritar, pero esa enorme mano se lo impedía, mientras lo arrastraba a uno de los cuartillos de limpieza del orfanato, muy estrecho. Cuando la luz del cuartillo enseñó quien era, no supo como sentirse. Eric estaba frente a él, con una daga en la mano mientras le miraba fijamente con esos ojos oscuros, perdidos.
— ¿Eric? ¿q-qué..?
— Me das pena, Minho... —Susurró bajo, para que solo el rubio pudiera escucharlo—
— ¿Q-Qué estás haciendo..? —Preguntó, viendo como el chico acercaba la daga a su cuello—
— Te protegí en el barco pensando que podría funcionar, que podría tener a un bonito chico a mi lado.. —Contó, acariciando la mandíbula del rubio con la afilada hoja— Pero llegó ese capitán de pacotilla, y volviste a arrastrarte por un poco de cariño que yo podía brindarte...
— Eric —Jadeó, cuando el nombrado apretó el mango del arma— T-Te dejé en claro que...m-mi corazón le pertenecía a él de-desde un principio..
— Y eso no me gusta —Gruñó bajo— Yo te cuidé de las garras de Kang...parece que ahora seré yo quien te lleve con él...
— Eric...no lo hagas —Las lágrimas empezaron a mojar sus cachetes, silenciosas— Por favor...por Yeji...
— Yeji me importa una mierda —Agarró el cabello de Minho, haciéndole gimotear del dolor de repente— Te has aprovechado de mí...y yo he aprovechado y le he contado a Kang dónde carajos está su gatito...
— Yo no me he aprovechado de tí, capullo...
Aprovechando que Eric estaba distraído y le arrebató la daga, clavándola con fuerza en el estómago de este. Cayó al suelo gruñendo por el dolor, y Minho salió corriendo mientras gritaba lo suficiente como para que los niños más mayores se despertasen. El rubio les dijo que sacaran a los bebés, y ellos lo hicieron de inmediato. Cuando estuvo a nada de salir, Eric tiró de sus cabellos y lo lanzó contra el suelo.
Se quejó, sintiendo sus costillas doler, cuando notó que el chico había vuelto a coger la daga y se había acercado a él. Lo oyó reír, malévolo.
— Me da pena hacerte esto, pequeño, deberías haber esperado a acostarte con Bang cuando Kang estuviera más lejos... —Se burló—
Se oyeron lad alarmas de la aldea, anunciando que un barco extraño había llegado a la orilla. Se empezaron a oír cañonazos.
— Bueno, tendrá que follarse tu cuerpo sin vida entonces —Se alzó de hombros, limpiando la daga de su propia sangre—
Minho empezó a arrastrarse en el suelo, tratando de ponerse de pie lo más rápido posible. Eric le siguió, divirtiéndose por la pequeña lucha entretenida que le estaba dando el rubio.
— Ven aquí, no huyas...
El rubio logró levantarse y empezó a correr por todas las habitaciones, con Eric pisándole los talones. Agarró una escoba que había por ahí y se la tiró, intentando distraerlo. Cuando por fin llegó a la puerta trasera y salió, vio como todos se defendían de unos piratas extraños. Miró hacia el barco y pudo distinguir la figura del hombre de sus pesadillas. Kang Dong Ho le hizo una seña, advirtiéndole de que iba a por él.
Pero Minho no se achantó, simplemente siguió corriendo mientras buscaba a Chris. Sabía que Enna se había llevado a Yeji y al resto de los niños a un refugio que solo ella conocía, así que no debía preocuparse. Corrió hasta que encontró a Bang Chan, que estaba peleando con un hombre. Miró a su alrededor y vio un sable tirado en el suelo. Sin dudar, agarró el sable y traspasó al hombre que estaba atacando a su amado. El pelinegro lo miró sorprendido, pero sonrió con orgullo al verlo actuar así.
Mientras el resto se ocupaba de los piratas súbditos de Kang, Minho y Chris fueron capaces de escalar hasta llegar al barco. Se quedaron en el exterior, viendo como Eric se colocaba al lado del capitán de ese barco.
— Mira, si tenemos aquí a mi zorra personal —Se burló el hombre— ¿Ya tienes nuevo pene para meter en tu culo, Minho?
Chris gruñó y quiso acercarse, pero el rubio lo paró antes de tiempo.
— Mejor que el tuyo es —Respondió, tosco—
Esa respuesta pareció molestar a Dong Ho, pues su expresión se endureció de repente.
— Estás muy charlatán hoy, no te recordaba así en el barco —Siguió—
— ¿Vas a seguir dándole al pico? —Bufó— ¿O vas a bajar y a pelear como un verdadero hombre?
Kang gruñó, y de un fuerte salto llegó hasta donde estaban Minho y Bang Chan. Desenfundó su espada y señaló al rubio.
— Cuando te atrape, vas a desear no haberte escapado... —Sentenció—
Bang Chan blandió el sable y Minho lo imitó, preparándose para pelear contra el hombre. Pero sabían que era una trampa, pues ya no veían a Eric.
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