3-Sorpresa ✅

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El taxi se detiene justo delante de las llamativas y elegantes rejas de metal de la mansión Grey y tengo que volver a respirar cuando veo mi casa justo al fondo, detrás del gran césped que inunda la primera gran parte del terreno Grey.

Suspiro antes de salir y coger mi maleta y la mochila que ha bajado el taxista del maletero. Le pago y me despido antes de dar un par de pasos hasta quedar justo en frente de las rejas. Acerco mi mano al portero de la derecha para pulsar el botón del timbre.

Miro a ambos lado de la calle para intentar ver a algún ciudadano de Fogrey mientras tanto cuando las rejas emiten un sonido que significa que están abiertas, así que con el corazón en la boca, las empujo y adentro mis cosas a dentro antes de cerrar.

Empiezo a caminar por el sendero de piedras perfectamente colocadas en el suelo y perfectamente limpias e impolutas que caracterizan a la mansión Grey.

Mientras tanto pienso en la posibilidad de que Max sepa que estoy aquí porque haber, ahora mismo no debería de estar trabajando y si una de las sirvientas me ha abierto las rejas significa que probablemente esté llamando enseguida a Max como un perrito faldero por ver mi desobediencia. Sé que sea quien sea el que me haya abierto las rejas no ha sido Noah porque siempre está trabajando en el hospital y dudo mucho que precisamente hoy le hayan dado el día libre.

Respiro una última vez deteniéndome delante de la puerta de la entrada del edificio al que llamo casa y al cual llevo casi siete meses sin pisar ni ver. Unos segundos mas tarde, cuando decido que ya es hora de entrar y de no quedarme más tiempo mirando como una tonta la puerta blanca, empujo con mi mano la puerta para ver el extenso pasillo de la mansión alargándose hasta el principio de la sala de estar.

Antes de que me dé tiempo a hacer o a ver algo más, Lucía aparece desde la penúltima puerta del extenso pasillo a la izquierda y se detiene justo en mitad de éste, mirándome con los brazos en jarra en su cintura.

-Deneb hija, ¿qué haces aquí? - pregunta sin ninguna emocion o sentimiento en su tono.

-En Feltwell nos han dado una especie de vacaciones temporales para visitar a la familia. -miento porque a pesar de que Lucia sea una de las sirvientas de la mansión desde hace casi diez años, no sabe absolutamente nada del plan ni de la verdadera razón por la que nos separamos todas para vivir en distintos pueblos.

Lucía asiente y aunque no tenía el deber de contestar a su pregunta puesto que no es asunto suyo, sonríe dándome las gracias. Aprovecho para entrar completamente a la casa y cerrar la puerta detrás de mi.

-¿Donde está Max?-pregunto.

-Está en el instituto, se fue hace un rato porque dijo que tenía una reunión con los padres de un alumno pero ya mismo debe de estar aquí. -dice mientras hecha un vistazo al reloj de su muñeca. -Nos pidió que la cena estuviera para las nueve y son las ocho y media. ¿Has venido un poco tarde no?

-Solo un poco. -asiento mientras me encamino a las escaleras de su izquierda mientras arrastro la maleta.

-¿Necesitas ayuda? -pregunta con la intención de acercarse y ayudarme pero niego antes de que se acerque más.

-No, no, no te preocupes, yo puedo. No pesa casi nada. -aseguro alzando la maleta con una mano para enseñarle que no pesa tanto como piensa pero que en realidad si pesa, lo que pasa que yo puedo sola.

El juego trágico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora