Escrito de otra forma, la ambivalencia es la experiencia de tener pensamientos y/o emociones de ambas valencias, positiva y negativa hacia alguien o algo. Un ejemplo común de ambivalencia es sentir a la vez amor y odio por una persona.
Si ya adoraba a Gavi después de lo que había hecho por Pedri lo quería más aún.
Nos contó todo y nos puso la conversación grabada que tuvo con Lorena, y no sé quién estaba más feliz, si el canario o yo.
- ¿Sabes lo que significa? - me preguntó Pedri.
- No - respondí dudosa.
- Que pasado mañana, en la entrega del Golden Boy, voy a entregarle el premio a mi mejor amigo y a presumir a mi chica delante de todo el mundo.
Me entró un escalofrío que no pude ni describir, pero también sentí como el corazón me daba saltitos de alegría.
- ¿De verdad? - dije ilusionada.
- Claro que sí, amor - respondió besándome.
No éramos nada, pero sabíamos que después de todo lo que habíamos pasado lo único que nos apetecía era estar juntos, no importaba cuando ni dónde, ya ni siquiera importaba que se enterase todo el mundo.
- Te quiero - dije sincera.
- Te quiero más - dijo agarrando mi cintura y mirándome a los ojos.
No podía estar más pillada por él, después de todo el destino ha querido que nos volviésemos a unir y esta vez sin miedos de terceras personas, y con todos los nuestros apoyándonos, incluido Ferri.
El día de la gala estaba muy nerviosa. Aunque ya mucha gente intuía que yo era la chica misteriosa de Pedri y los medios inventaron hasta que nos habíamos ido a Canarias juntos, nunca habíamos asistido de la mano a un lugar así.
Pedri pasaría a por mí a las 20:00 y yo a las 17:30 ya estaba metida en la ducha. Había elegido junto a Sira un vestido increíble y mi estado de ánimo se me reflejaba en la cara.
- Me encants verte así - dijo Ferrán para después abrazarme.
- Te quiero mucho Ferri - sonreí al separarnos.
- Venga, ponte ese vestido ya - dijo.
Antes de eso, me maquillé y me hice unas ondas con ayuda de Sira, y llegó el momento de vestirme.
- Dios mio Val - dijo Sira al verme.
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- Pedri se va a morir - afirmó mi hermano.
- Me vais a sacar los colores - admití.
- No es para menos, amiga - aseguró ella.
- Pero si tú también vas preciosa - dije agarrando la mano de Sira para darle una vuelta.
- Sin duda tengo a las más guapas - asintió Ferrán.
Sin darnos ni cuenta llegó el momento, el timbre sonó y yo estaba como un flan.
Abrí y casi me desmayo entre los nervios que tenía y lo jodidamente guapo que iba Pedri.
- Jo der - dije al verlo.
Pedri me miró de arriba a abajo sonriendo.
- Me has dejado sin palabras - aseguró antes de agarrar mi cintura para darme un beso.
- Estás guapísimo - dije poniendo mis brazos al rededor de su cuello.
- Tú más amor - dijo sonriendo.
- Venga que llegamos tarde - dijo Ferri.
Entré a coger el bolso y cuando nos montamos en el coche los cuatro pusimos rumbo a la gala.
- Tranquila - sonrió Pedri poniendo su mano en mi pierna, la cuál no dejaba de moverse desde que me monte en el coche.
- Mi niña, va a salir todo genial, la gente te adora - dijo Sira.
Por mucho que me dijeran, darme a conocer como la chica de Pedri me ponía de los nervios.
Más aún cuando al llegar la gente se lanzó al Masserati de Pedri, el cuál ya conocían a la perfección.
Salimos del coche y me esperó para entrelazar nuestros dedos, haciéndome una señal para tranquilizarme, aunque podía ver que él también estaba muy nervioso.
Tenía que dar un pequeño discurso y entregarle el premio a Gavi, me podía imaginar cómo estaba también el sevillano, ya que él sabía que estaba nominado, pero no que era el ganador.
Miles de flashes y preguntas nos aturdieron mientras que caminábamos de la mano con Sira y Ferrán detrás.
Al llegar, saludamos al resto de chicos, los cuales nos echaron mil piropos.
Al ver a Gavi me lancé a él para abrazarlo, gracias a él ahora mismo era una de las chicas más felices del mundo, para después hacer lo mismo con Balde, que también era culpable de ello.
- Te mereces ese premio más que nadie - dije al sevillano.
- Qué nervios - respondió él.
Abrazó también a Pedri y nos fuimos juntos a los asientos, sentándome entre ambos.
- A continuación nuestro último chico de oro entregará el premio - dijo el presentador.
- Suerte - sonreí antes de que se levantase.
Sonrió para subir, y noté como los nervios de Gavi aumentaban por segundo, así que le di la mano, apretándola con fuerza.
- Buenas noches a todos - empezó a decir Pedri - quiero dar las gracias por el reconocimiento que he tenido este año, sin duda ha sido el mejor de mi carrera y es gracias a mi familia, mis compañeros y a mi chica, sin ellos nada de esto hubiese sido posible.
Me eché las manos a la boca, no me esperaba que lo iba a soltar así, al principio del discurso y delante de cámaras que transmitían todo en directo.
- Te quiere tanto - me susurró Gavi.
- Y yo a él - dije emocionada.
- Sabemos lo importantes que son los tuyos para ti, y la chica tan preciosa que hoy te ha acompañado, la cuál es hermana de Ferrán, ¿no?
- Así es - dijo Pedri sonriendo.
- Sin duda, luego te haremos más preguntas a cerca de todo eso, aunque sabemos que no eres de hablar de tu vida privada, por eso mismo vamos a eliminar este momento incómodo para ti, para entregar el premio.
- Bueno, me hace especial ilusión ser quien lo entrega este año - dijo él canario.
Gavi fue ahora el que me apretó fuerte la mano, mirándome con miedo.
- Tranquilo - sonreí para tranquilizarlo.
- El ganador del Golden Boy es... - dijo el presentador.
- ¡Gavi! - gritaron él y Pedri a la vez.
Ver la carita de ilusion con la que nombró a su amigo y el saltito que dió Gavi al enterarse me llenó el corazón.
- Enhorabuena, tenía tu nombre - dije abrazándolo.
Subió a recoger su premio con serenidad, aunque sabía que por dentro estaba muerto de ilusión y de nervios por tener que hablar ahora.
Abrazó a Pedri y yo mori de amor.
- Buenas noches - empezó a decir el sevillano - quiero dar las gracias a todos los que me habéis apoyado desde el principio, a mi familia que son lo más importante para mí, y a mis compañeros que se han convertido en una parte imprescindible de mi vida, incluyendo sin duda a Val y a Sira, ya que me han hecho todo más fácil y apoyado y aguantado siempre.
Todos empezamos a aplaudir, a mi incluso se me escapó alguna lagrimilla al escucharlo, sin duda no sé quién admiraba más a quién de todos, pero nos habíamos convertido en una familia.
