Una de las historias mas violentas, sádicas y retorcidas del Brokenverso ha vuelto.
Joker ha logrado capturar a Bruce Wayne con un objetivo claro: liberar la verdadera esencia de Batman. Y hará descender al héroe al infierno para lograrlo.
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Selina Kyle ingresaba con cansancio en su modesto departamento, algo alejado a las suites de lujo que antes podía costearse. La mujer llevaba varios años retirada de la vida como Catwoman, y ahora tenia un humilde trabajo como recepcionista en una agencia de taxis, donde debía trabajar doce horas para sobrevivir. Muchas veces había pensado en ejercitarse, desempolvar su antiguo traje de cuero ajustado y volver a ser quien era realmente, pero siempre se negaba. No podía arriesgarse, ahora que tenía una hija a la cual criar sola.
—¡Ya llegue, cariño! —exclamó la mujer, cerrando la puerta detrás de ella.
Selina caminó hacia la cocina-comedor y quedó paralizada al entrar. Una expresión de terror puro se formó en su rostro mientras dejaba caer su cartera por la fuerte impresión.
—Hola, gatita —dijo Joker con una inmensa sonrisa.
Al la izquierda del payaso estaba sentada Helena Kyle con un trapo en su boca y los ojos llenos de lágrimas. Detrás de ambos había un grupo de matones de gran tamaño que sostenían sus armas apuntadas hacia la adolescente. Selina sintió su corazón estrujarse y paralizarse, pues sabía bien de lo que aquel criminal era capaz.
En otro lugar, Red Hood y Huntress se encontraban rodeados de mafiosos tirados en el suelo, la gran mayoría muertos por impactos de bala. El ex compañero del murciélago estrelló a Black Mask contra una pared, manteniéndolo sujeto de la ropa en todo momento.
—Última oportunidad, Sionis. Dime de una puta vez donde carajos esta el Joker.
—¡Ya te dije que no se! —gritó con miedo y desesperación—. La última vez que trabajé con él fue cuando tu recién aparecías ¡Y casi me prende fuego vivo! Nunca volví a trabajar con ese loco.
—Entonces no me sirves.
Jasón agarró la pistola que colgaba en su muslo y sin dudar le metió una bala entre el cuello y la mandíbula al mafioso. Aquella herida no lo iba a matar de forma inmediata, y simplemente iba a provocar que se ahogara en su sangre y desesperación. Dejándolo caer al suelo, el vigilante procedió a darle dos disparos en cada pierna para imposibilitar su huida, y así observar como moría lentamente.
—No creo que a Nightwing le guste lo que hiciste aquí —dijo Huntress poco después, cuando ambos salían de aquel edificio.
—Me importa un bledo lo que Nightwing diga —exclamó Red Hood.
—¿Por qué se llevan tan mal ustedes dos?
—Porque Grayson no tiene las bolas necesarias para hacer lo que hay que hacer. Es un estúpido engreído que siempre se creyó superior por su código moral. Por eso no suelo venir a Gótica.
—Y ahora estás aquí.
—Solo vine por Alfred, y para matar a Joker, nada más me interesa.
—Mientes —exclamó la mujer, provocando que el varón volteara a verla—. Te haces el duro, pero todos ellos te preocupan, incluso Dick.
