Campo de entrenamiento

7K 574 231
                                    

No había pasado más que una semana desde que aquella chica había llegado a la base, era un poco conocida ya que siempre estaba pegada a el Coronel Alejandro y amigos. [t/n] se había vuelto cómo la pequeña hija de Alejandro, este lo único que quería era protegerla y no dejar que nadie más la lastimara.

Era tanto el cariño que se tenían que [t/n] ya dejaba que Alejandro palmeara su hombro, aquello era un avance y uno muy grande para ella.

Y respecto al soldado König, este trataba de esquivar a toda costa a [t/n], este se sentía tan apenado después de aquel incidente en la enfermería. Él sabía que [t/n] se la vivía pegada con Foggoa o Vargas, había estudiado y analizado la agenda de la chica, todo para no cruzarse con ella en ningún momento. Su ansiedad social lo iba a matar si se la topaba una vez más.

Entre tantos pensamientos el Austrico comenzó a morder sus uñas, por los nervios, su mente era un lió y aquello desataba su ansiedad de una manera descontrolada. Los dedos del chico comenzaron a sangrar mientras su respiración comenzaba a agitarse más de lo normal.

"Mierda, no aquí. Por favor." Pensó König mientras lastimaba aún más sus dedos.

Aquel Austrico sufría demasiados ataques, cuando sobre pensaba su cuerpo reaccionaba con ataques de pánico y crisis de ansiedad; y si bien, para König era normal y frustrante, los demás no lo veían de esa manera. König era un bicho raro para la mitad de personas en la base; un simple monstruo antisocial, ya que ¿Cómo era posible que un chico monstruoso como él, tuviera ansiedad social?

Los pensamientos del chico lo estaban abrumando, su cuerpo se estaba acelerando y respondía con pequeños espasmos y demasiado sudor ante aquella ansiedad que estaba teniendo.

— Soldado. - Lo llamo el Coronel que estaba dirigiendo el entrenamiento. König no hizo caso y se quedó estático aún lastimando su cuerpo — ¡Soldado König! - Dijo en un grito que hizo que él enmascarado alzara la mirada mientras un escalofrío lo recorrió. — A la enfermería. - König soltó un "Pero–" que fue interrumpido por el Coronel. — Es una orden, soldado. - Dijo para alejarse de él para seguir con el entrenamiento.

König soltó un suspiro y miro sus manos y brazos así para comenzar a insultarse así mismo.

"Mierda, mierda, mierda" se repetía una y otra vez. Había sido tan meticuloso con la idea de ir a la enfermería, aquel plan cuidadoso que había tenido se había esfumado gracias a su ansiedad.

Entre pasos cortos pero marcados caminaba a aquel lugar, no quería ver a aquella chica, su rostro ardía de solo pensar en aquella ultima vez, fue humillante para él.

Al llegar a la enfermería se quedó parado por unos segundos, dudando de si entrar o no, su cuerpo se tensó por unos segundos hasta que tomó una bocanada de aire y tomó la manija de plomo de la enfermería y la abrió con lentitud.

Volvió a suspirar así abriendo por completo la puerta y entrando; ahí vio a Foggoa revisando papeles en su escritorio mientras el caminaba de manera lenta inspeccionando aquel lugar en busca de algo, o bueno en este caso en busca de alguien.

König carraspeo un poco así captando la atención de Foggoa que lo recibió con una sonrisa, acomodo aquellos lentes que adornaban su rostro y se levantó de su escritorio.

— Hace tiempo que no vienes, König. - Dijo con una voz serena mientras colocaba guantes de látex en sus manos. — Toma asiento, cariño. - Dijo la mujer mientras sacaba un botiquín y una botella de clorhexidina. Aquello era muy normal para ella ya que conocía a König desde hacía ya ocho años. — Cuéntame, ¿Qué fue lo qué pasó por tú mente? Hace tiempo que no te lastimabas los brazos. - Menciono mientras comenzaba a limpiar las heridas de König con un algodón con alcohol, haciendo que un jadeo saliese de sus labios.

PTSD [König x fem!reader] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora