Sala de interrogación.

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[t/n] y Foggoa habían salido de la habitación a eso de las seis de la mañana, la menor frotaba sus ojos con sueño mientras sostenía su manta que cubría su cuerpo; una sudadera que aquel teniente de mascara de calavera le había regalado y uno de los pants que Foggoa le había dado cuando recién había llegado a la base, estos ya no se caían y aunque tenía que apretarlos le quedaban bien.

Caminaron hasta llegar al helipuerto de la base y ahí pudo observar a varios hombres armados subiéndose al avión, esta con una sonrisa se acerco a Alejandro y lo abrazo.

Cuídate por favor. - Susurro mientras el mayor envolvía sus grandes brazos al rededor de la [—].

Solo son dos semanas, no me voy a morir, princesa. - Dijo en una sonrisa mientras esta se escondía entre el pecho de aquel hombre.

Cállate, solo promete que vas a estar bien. - Dijo está apretando más a Alejandro.

Lo prometo mi chula. - Dijo con una pequeña risa burlona así para depositar un beso en la frente de esta. — Ve y despídete de Dawn antes de que nos vayamos. - Dijo soltando a la [—] mientras esta asentía.

Se dirigió a paso rápido y abrazo a Dawn que sostenía una rosa en la mano.

— ¿Y eso? - Pregunto esta con una ceja alzada.

— ¡Oh! - Jadeo sorprendida mientras soltaba una dulce risa. — No es nada. - Dijo mientras alejaba un poco la mirada ruborizada.

[t/n] alzó las cejas con una risa y asintió así para darle un último abrazo a la mujer.

No iba a decir nada, pero desde que había llegado a aquel lugar siempre veía una rosa en su escritorio, había alguien que todos los días le dejaba una rosa verde en aquella enfermería junto un poema que siempre era diferente.

Foggoa sacó el papel perfectamente decorado y pulcro color blanco para enseñárselo a [t/n].

"No quiero tenerte
para llenar las partes vacías que hay en mí,
quiero estar lleno por mí mismo.
Quiero estar tan completo
que pueda iluminar una ciudad entera
y luego
quiero tenerte
porque nosotros dos
combinados
podemos prenderle fuego."

"Buena suerte en tú misión mi cihuatlatoani, espero poder verte una vez más."

— ¿Qué mierda significa "cihuatlatoani"? - Pregunto entrecerrando los ojos mientras [t/n] reía.

— "Reina" eso significa, es náhuatl. - Susurró mordiendo su uña. — Debe de ser alguien Mexicano quien te deje esas rosas. - Dijo mientras miraba a su alrededor.

El rostro pálido de la mujer tomó un color rosado y agitó su cabeza al pensar en las mil y un posibilidades de quien sería aquella persona que le dejaba rosas verdes en su oficina desde ya hacia un año.

— ¿Puedes cuidar de la rosa? No quiero que se marchite antes de tiempo. - Dijo la rubia extendiéndole la rosa a la [—].

La oji[t/c/o] tomó aquella rosa entre sus manos mientras le daba un último abrazo a aquella mujer que tanto quería. Camino para abrazar una vez más a Alejandro acurrucándose entre su pecho.

¿Y esa rosa? - Pregunto este con una ceja levantada.

No es mía, es de Foggoa, averiguamos que es alguien mexicano, pero me pregunto porque siempre es una rosa verde. - Musito con los ojos cerrados

Se supone que las rosas verdes son para iniciar una nueva relación, son esperanza y equilibrio mental y físico. - Dijo de manera tranquila mientras acariciando el cabello de la chica. — Dawn tiene mucho pegue por aquí, - Mencionó con una media sonrisa para desaparecerla y soltar un suspiro. — Aún que se entiende el que no quiera salir con nadie, tal vez por eso le dejan esa rosa.

PTSD [König x fem!reader] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora