Disculpas.

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En aquella oficina que era también consultorio sólo se podía escuchar cómo la mujer mordía su plumón de manera ansiosa, aquello hizo que la chica miro de reojo a Foggoa que hacía papeleo de los nuevos reclutas del área médica.

— ¿Puedo ayudar? No tengo nada que hacer. - Murmuro la chica mientras miraba la estantería de las medicinas.

— Claro cariño, me vendría bien una ayuda. - Dijo con aquella sonrisa bonita que tenía.

[t/n] bajo de la mesa en la que estaba sentada así para sentarse frente al escritorio de la mujer, con ansias tomo algunos de los papeles y una pluma mientras los examinaba.

— ¿Cómo los estás clasificando? - Pregunto mientras fruncía sus labios.

— Se clasificarán en dos secciones, médicos de campo o médicos de base, todos quieren ser médicos de base, pero no hay médicos de campo, solo hay cuatro médicos de campo, uno de ellos está fuera por paternidad y el otro sufrió lesiones graves por su última misión. - Dijo, aquel tono dulce y cálido que ella emanaba estaba totalmente apagado.

[t/n] suspiro y miro de reojo a la mujer.

— Sabes... - Susurro, aquello hizo que Foggoa captara toda su atención en ella. — Estuve pensando en tal vez, solo tal vez en unirme oficialmente a esta milicia.

Dawn al escuchar eso soltó una carcajada inocente así mirándola.

— Lo digo de verdad, puedo ser de mucha ayuda, se más de lo básico de medicina y soy paramédica, tal vez no soy la mejor en pruebas de condición física pero se defenderme.

La sonrisa que Dawn tenía en su rostro desapareció para ser remplazada por una cara larga.

— Bueno, bien, hum... - Rasco su nuca y carcajeó una vez más. — Bien, tal vez tendremos que hablar de eso con la persona que entrena a los novatos de enfermería. - Dijo, su mirada se posó en una de aquellas rosas verdes que Alejandro le dejaba todos los días y sonrió. — Alejandro es quien se encarga de hacer eso.

[t/n] hizo una mueca y cruzó sus brazos para hundirse entre los papeles.

— Ya pasó más de una semana, deberías de hablar con él. - Murmuro la mujer.

— Me odia, claro que no hablare con él. - Dijo sin dejar de mirar los reportes.

— Claro que no te odia, deberías de hablar con él, Ale cree que tú lo odias.

— Claro que no odio a Alejandro, estoy tan agradecida con él por todo lo que hace por mi, dije cosas hirientes que no debí de haber dicho.

— Igual él dijo cosas que no debió de haber dicho, no soy quien para opinar en este tema, pero deberías de hablar con él y entenderlo, en este lugar todos estamos rotos, todos cargamos con traumas que nos tienen encadenados y nos limitan a muchas cosas, a veces nos limitan a amar. - Murmuro.

[t/n] mordió su labio y suspiró, recargo todo su cuerpo en el respaldo de la silla y un gruñido se escapó de sus labios.

— Bien, - Dijo alargando la palabra. — intentaré hablar con él.

Dawn sonrió y siguieron con los papeleos de los reclutas.

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Mientras [t/n] caminaba por los pasillos con una carpeta en mano no podía evitar temblar de los nervios, estaba tan arrepentida de todo lo que había dicho aquella vez en el gimnasio, la culpa la comía, no tenía la fuerza de voluntad para aparecerse en la oficina del Coronel y pedirle perdón.

PTSD [König x fem!reader] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora