Cenizas.

8.6K 577 332
                                    

[t/n] cubría su cuerpo con la manta de Ary, en sus manos tenía una mochila con un par de pertenencias de sus hermanas que los militares habían recuperado de entre las pertenencias de "evidencia" que tenían para aquel caso.

Las llamas del crematorio iluminaban el rostro de la chica mientras veía como aquellos pequeños cuerpos eran quemados y se convertían en cenizas, aún no podía asimilar que estaba sola, por fin su más grande miedo se había vuelto realidad, estaba sola y sin nadie a su lado.

Era su segundo día en aquella base, y si bien aún estaba débil, la doctora Foggoa la dejó ir a la cremación de los cuerpos de las niñas, no le pregunto mucho, solo le dijo que tuviera cuidado ya que los puntos de su cuerpo estaban aún recién hechos.

La puerta del lugar se abrió y se giró rápidamente para ver que Alejandro entraba, al verlo simplemente sonrió, aquel mexicano le transmitía un poco más de confianza que los demás hombres del lugar.

Lo siento, no pude verte ayer - Dijo el azabache recargándose en la pared mientras miraba el iluminado cuerpo de la chica. — ¿Querías hablar conmigo? - Pregunto cruzando los brazos

Si... Yo solo quería decirte que muchas gracias - Oculto su rostro con la mochila — Me salvaste, he incluso te tomaste la molestia de esto - Dijo refiriéndose a la cremación

— No hay de que, mocosa... Hay cosas que me tocan el corazón, y tú fuiste una de esas cosas. Hay varios temas de los que mis superiores quieren hablar contigo, - [t/n] trago saliva y asintió. — Pero no será hoy, necesitas recuperarte, si te sientes bien puedes venir a comer conmigo y mis amigos en la cafetería. - Esta asintió con lágrimas en los ojos

— M-Muchas gracias Coronel Vargas - Dijo en un susurro y este rió

— Solo dime Alejandro - esta asintió y se giró para seguir viendo las cenizas. — Ven, te llevare a tú nuevo cuarto, la Doctora Foggoa te espera - Esta asintió caminando a paso lento.

Alejandro no tenía hijos, pero había sentido la necesidad de cuidar a aquella chica, estaba sola, no tenía a nadie, estaba pensando en ofrecerle entrar a la milicia, al parecer Foggoa le había contado que la chica tenía experiencia en lidiar con heridas profundas, tenía su certificado de paramédico y no mentía cuando dijo que estaba estudiando medicina.

— Así que... ¿Eres paramédica? - Pregunto Alejandro mirando a la chica que caminaba de manera temblorosa

— Si... - Dijo está ocultando su rostro con la mochila. — Cuando tome la clase básica de salud cuando cursaba el bachiller he hice la sección de RCP me intrigó mucho, comencé a investigar más a fondo de lo que era ser un paramédico... Enfoque mis clases y estudios en eso, es bastante entretenido. - Apretó la manta contra ella — Ellas fueron las primeras en apoyarme en lo que me gustaba - Dijo refiriéndose a sus hermanas

Alejandro no dijo nada y palmeó el hombro de la chica que se erizó de manera rápida y se alejó de él, este rápidamente lo entendió, el contacto físico para una víctima como lo era ella estaba totalmente prohibido.

Al llegar a la habitación tocaron y abrió la Doctora, esta con una sonrisa los recibió y dejó sus cosas en su cama.

— Bienvenida a tu habitación, si gustas podemos decorarla - Dijo en una sonrisa mientras que [t/n] dejaba su pequeña mochila en la que ahora era su cama.

— Muchas gracias por todo - Dijo en una sonrisa.

— Bien, deja tus cosas, es hora de comer - Dijo este mientras que [t/n] se levantaba para ir con él

— Adiós, buen provecho - Dijo Foggoa mientras cerraba la puerta de la habitación

Caminaron un poco hasta llegar a aquella cafetería, no había mucha gente y [t/n] agradecía eso. Alejandro la guió hacia una mesa donde vio a todos los hombres de aquella vez, su cuerpo se erizó al verlos, simplemente agachó la minada y se sentó en la esquina al lado del mexicano.

PTSD [König x fem!reader] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora