Parte 5

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Will entró a su hogar y rápidamente los perros se acercaron para saludarlo, él se inclinó para imitarlos con una sonrisa, estaba en casa y podía descansar todo lo que hizo en el día

— Déjenme servirle lo que les traje —habló Will cuando dejó de acariciarlos y dirigirse a la cocina—, estoy seguro que les va a encantar ya que la madre de ustedes de otra época se los daba —rió por lo que dijo. Entró a la cocina y prendió la luz dejando las bolsas encima de la encimera—. A ustedes les encantaba un montón, es una receta que ella les solía hacer, cuando se portaban bien, lo aprendí pero se me había olvidado por completo —hizo una mueca dejando los ingredientes encima del mueble

No decía mentira, desde que llegó a esa época su mente estaba en blanco, se acordó de la receta cuando la vio, sabiendo lo locos que se ponían sus mascotas cuando ella lo hacía. Era propio del pueblo de la mujer, lo hacía para los perros de la calle que su hijo cuidaba

— No lo hago como ella, por supuesto, era su arte y ustedes ponían malas caras cuando yo lo hacía —dijo en un sarcasmo de ofensa riendo—, pero intentaré hacer lo mejor y honrarla —sonrió con nostalgia y ligera tristeza.

Era un adiós para aquella etapa maravillosa que tuvo

— Buenas noches Will

Will sintió que su alma se fue de su cuerpo y que, por un momento había regresado a su época, cuando había volteado para buscar el cuchillo escuchó la voz ajena y sin querer se resbaló cayendo de culo al suelo, miró a la dirección de la puerta viendo al doctor con un semblante serio

— ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Maldito hijo de puta!!!!!!!!!!!! —gritó con furia. Realmente le dolía el culo por la caída. Vio que las palabras le resbala ya que no hizo ningún gesto—. ¡¡¡¡¡¡¡¿Qué verga sucede contigo?!!!!!!, ¡¡¡¡¡¡¡¡¿por qué mierda apareces así?!!!!!!! —volvió a reprender

— Pensé que te habías dado cuenta que estaba aquí —dijo en desdén—, así que te salude —encogió los hombros

— ¿Qué?, ¿¡¡cómo que estabas aquí!!?, ¡¡¡¡¡¿cómo vergas entraste?!!!!! —dijo enojado

— Ya te había dicho que siempre dejas la puerta abierta Will

Will quería matarlo, como lo deseaba, y esta vez no era por él, para salvarse, esta vez era muy personal

Will simplemente refunfuñaba mientras intentaba pararse, su culo quedó casi inválido, la sacada de chucha por el susto le costó bastante, y ni hablar de su corazón que aun estaba algo rápido

— ¿Tanto shock te ocasione como para que reaccionara así? —dijo incrédulo. Ni siquiera se había movido de su puesto para ayudar, es más, no le movió ninguna lastima

Cuando Will se levantó soltó un suspiró y se dirigió a buscar el cuchillo sin poder evitar acariciarse su trasero

— ¿Qué haces aquí Hannibal? —dijo frío, retomando su trabajo

— Traje algo para comer, quería cenar contigo —notificó—, también saber como estabas después de todo éste tiempo que no nos vemos

— Bueno, yo hubiera ido a tu trabajo

— Quise venir a verte , y hablar cómodamente sin estar en los papeles de doctor y paciente —expresó

— Aún así debiste avisarme, ¿y si no hubiera venido hoy?

— ¿Estuviste faltando a tu casa todo éstos días? —preguntó curioso

—Encogió los hombros en desdén y se acercó a la estufa a prenderlo— Quizás si, quizás no

Otras Realidades // HanniGramDonde viven las historias. Descúbrelo ahora