Para siempre, tal vez... <COMPLETA> [Eddie Munson]

Cap 11: Recuerdos - parte II

[Tn Carver]

Por mucho que intente mostrarme inexpresiva y fingir que no recordaba nada de lo que Eddie mencionaba en su viaje al pasado; termine cediendo y ahí estaba, trayendo a colación fragmentos de mis memorias.

-En la primera navidad que pasamos juntos, te regalé mi plumilla- Eddie continuo

-Y yo te regalé unas pulseras tan insignificantes, lo recuerdo- no eran insignificantes para mi, cada pulsera tenía algo significativo del otro y aún la llevaba conmigo, al igual que la plumilla

-Para mi, tiene mucho significado. Aun la conservo y la llevo conmigo- Eddie me mostró la muñeca y efectivamente, ahí estaba. Una sonrisa apareció en mis labios -Y veo que aún llevas la plumilla

-Ahhh, si- Ay no, me había descubierto y ahora, ¿qué podría decirle?, ya le había mentido muchas veces desde que llegamos a su casa. - Olvidé quitármela

Fue la respuesta más patética que se me pudo ocurrir

-Continuas mintiendo- Contestó Eddie, estaba sonriendo.

Odiaba qué me conociera tan bien y ya no tenía la fuerza para continuar llevándole la contraria. Suspire con pesadez antes de responder

-No he querido quitármela, ¿feliz?

-Mentiría si dijera que no- Eddie pasó la mano por su corto cabello - ¿Es por qué aún sientes algo por mi?

Desde que acepté venir a casa de Eddie y con la charla del viaje en el tiempo, sabía que esta charla llegaría. Suspiré, bajando la mirada como una cobarde

-Mmm, ya es tarde. Tengo que irme, hay mucho que debo escribir para enviarle a mi jefa, prometo que no hablaré de la adicción

Torpemente me levanté del sofá, Eddie al verme, hizo lo mismo, solo que fue más rápido y en un parpadeo, se situó frente. Tomó de mi mano y la electricidad que solo él podía provocar en mí, se hizo presente.

-No me interesa si escribes de ello, por mi, puedes hacerlo. Me he cansado de tantas mentiras. Pero no te vayas, no me has respondido

Escondí la cabeza entre mis manos, haciendo un poco de tiempo. No sabía que decirle, temía por la poca capacidad de resistencia que tenía en este momento

-No tiene caso que te responda, no estamos juntos

-No lo estamos, pero en todo esto tiempo que estuvimos separados, no he dejado de pensar en ti y te pregunto, por qué quiero saber si aún no es tarde para recuperarte

-Eddie, yo... - No me atrevía a mirarlo

-No digas nada, solo escucha lo que tengo que decir. Siento haber jodido todo, pensé que lo controlaba, pero me equivoque; di por sentado que perdonarías todas mis estupideces. No me detuve a pensar en el daño que me estaba haciendo y que te estaba provocando y cuando finalmente toqué fondo, me di cuenta que perdí el respeto por mi mismo, a la banda y a ti. Perderte fue lo más doloroso que he pasado en mi vida; mi musa, mi mejor amiga, mi todo, ya no estaba conmigo y todo fue gracias a mi

La voz de Eddie se quebró y fue entonces cuando lo mire, sus ojos estaban rojos por contener las lágrimas. Me encontraba en shock y las palabras no venían a mi boca.

-Desde que salí de recuperación, he estado buscando la manera de comunicarme contigo y ahora que estas aquí, solo quiero pedirte perdón por todo lo que te hice pasar y solo espero que en tu corazón, encuentres la manera de disculparme- Eddie acortó la distancia que había entre nosotros, sentándose en la mesa de centro para estar frente a mi, tomo mis manos entre las suyas y yo no pude resistencia - Te extraño como no tienes idea, no hay día que no piense en ti y que no desee estar a tu lado. Cucarachita, te amo y lo que más deseo es recuperarte

Me había quedado sin aliento, tuve que recordarle a mis pulmones como es que se respiraba. Sentí el sabor salado de las lágrimas que resbalaban sobre mis mejillas. Eddie me miraba fijamente, con los ojos cristalinos.

-Eddie, te amo. En todo este tiempo, no he logrado olvidarme de ti y vaya que lo he intentado- adiós a la resistencia, la sinceridad se apoderó de mí -Pasaron muchas cosas en este tiempo que estuvimos separados, cambiamos y no conocemos esta nueva versión de nosotros mismos y si volvemos a estar juntos, sin haber solucionado todo, sería un completo error que terminaría por destruirnos.

El ambiente estaba cargado de mucho sentimentalismo.

-¿No quieres o no puedes intentarlo?, ¿Es por este chico, con el que vas a casarte?

-Es por mí, necesito volver a confiar en ti y respecto a Connor, no hay compromiso, no existe. Todo es falso

Ya no tenía caso, ocultar la historia con Connor, si al inicio pensaba que era lo mejor para hacerle creer que le había superado y que no me importaba la relación que tenía con esta chica de nombre Sabrina; ahora que sabía la verdad, no tenía caso el seguir ocultando la verdad.

-Espera, ¿me estás diciendo que no te casaras?, dime qué escuche bien- había un poco de felicidad en el tono de su voz

-No lo haré, estoy lejos de hacerlo...

Le hice un breve resumen de cómo comenzó todo con Connor y porque decidí aceptar su propuesta y esta vez, ya no solo su voz denotaba felicidad, también su rostro.

-No deseaba involucrarme con nadie, porque tu recuerdo sigue aquí- coloque la palma de la mano sobre mi corazón

Mis sentimientos estaban a flor de piel, ya todo estaba dicho. Había pensado en el reencuentro con Eddie y jamás lo imaginé de esta manera.

-Dime, qué aún no es tarde para nosotros- insistió

-No es tarde, sin embargo, necesito tiempo para poder confiar en ti, de nuevo

La voz interna, se burlaba de mí. Ya que unos minutos antes, le estaba diciendo que no podíamos regresar y ahora, estaba abriendo la puerta para que pudiera colarse de nuevo en mi vida. Dios, soy tan blanda cuando se trata de Eddie Munson

-Voy a demostrarte que de verdad quiero estar contigo, no importa cuanto tiempo te tomé, seré paciente -Eddie acarició mi mano y yo no hice intento por quitarla - cuando estés lista, aquí estaré para ti, porque te amo y eres el amor de mi vida

-También eres el mio de mi vida

Nuestros dedos se entrelazaron, mientras nos mirábamos fijamente. Mi corazón volvía a latir con fuerza después de meses sin reaccionar así ante alguien y a pesar de que ninguno de nosotros hablaba, nos decíamos todo con la mirada, como en los viejos tiempos.

Finalmente, me sentía en casa