Capítulo 4: Problemas Minúsculos

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[Tn Carver]

Llegamos a casa de Robin, era la primera vez que estaba ahí. El lugar era mediano y bastante acogedor con el sello de mi amiga en todas partes. Sin duda, era su lugar.

Steve se tardó 15 minutos hablando con Rachel para avisarle que tenía un código rojo con las amigas y debía quedarse un rato más. Mientras él estaba en el teléfono, Robin y yo preparábamos margaritas, para la larga charla que teníamos por delante

—Rach les manda saludos— Steve tomo una copa de margarita y se sentó en uno de los sofás. —¿Dónde nos quedamos?

Yo estaba en la alfombra, sentada sobre un cojín púrpura. Bebí lo que quedaba de mi bebida antes de retomar la conversación.

—Después de nuestra pelea de aniversario, Eddie y yo volvíamos a estar "bien"— forme comillas con mis dedos —Ataúd oxidado era un éxito en sus conciertos, se podría decir que estaban en la cima y así como aumentaban popularidad con sus fans; Eddie cada día se volvía más dependiente de las adicciones y se notaba en algunas presentaciones.

—Si, salió en las noticias que se desmayó en uno de sus conciertos en Seattle— anuncio Robin y yo asentí con la cabeza.

Los noticieros, emisoras de radio y programas de música, no paraban de hablar de ese suceso y cada uno sacaba sus conclusiones, porque los encargados de relaciones públicas de Eddie, no revelaban información verdadera. Lo protegían demasiado, tanto que no sabían de mi existencia y eso lo agradecía un poco, ya que pude llevar una vida tranquila, sin paparazzi acosándome a cada paso que daba.

—Ya no estabas en el país, cuando paso lo de Seattle, ¿verdad? —cuestionó Steve, agregándole un poco más de alcohol a su bebida. Las margaritas no eran sus favoritas, pero las bebía porque sabía que a Robin y a mí nos encantaban.

—No, llevábamos un mes de habernos separado, yo me enteré por un programa de TV en París— respondí, bebiendo de la copa que Steve había llenado

—¿Estas lista para contarnos lo qué paso? — cuestionó Robin y tras un largo suspiro, asentí

—Cómo dije, un mes antes de su incidente, me informaron en rectoría que obtuve un lugar para irme de intercambio a Francia. Estaba emocionada y triste a la vez, porque estaría lejos de Eddie por 5 meses, pero era algo por lo que había luchado y estaba segura que él me apoyaría y como le había prometido, el sería el primero en enterarse — suspiré — La banda tocaba en Hartford, a una hora y media de distancia de Providence para ser exactos; así que aproveche que tenía tiempo libre para llamar a la persona que podía ayudarme a darle una sorpresa a Eddie: Gareth

Hice una leve pausa, mirando a la pared, dejando que los recuerdos salieran de la caja en donde los había guardado...


{Flashback}


11 meses atrás

—Ya le he informado a Bob, te esperará en el acceso vio y de ahí, te guiará hasta Bastidores — dijo Gareth a través del teléfono.

—Eres genial. Gracias, te deberé una— dije con entusiasmo

—No hay de que— se hizo el silencio y por un momento, pensé la llamada se había cortado —¿Estas segura qué quieres venir?

La manera en que me hizo la pregunta, no me gustó. Había algo en su tono de voz que encendía mi foco de alerta.

—Estoy segura, si no, no te hubiese llamado. Debo aprovechar que tengo día libres y que están cerca de aquí para ver a mi novio— dije como si fuera la cosa más obvia del mundo —¿Hay algo de lo que deba enterarme?, ¿Pasa algo? —escuche un largo suspiro a través del teléfono

—No. Nada. Te veo esta noche, conduce con cuidado— dijo Gareth, terminando la llamada antes de que pudiera responder algo.

Algo no estaba bien, aunque era extraño porque antes de llamar a Gareth, llame a Eddie para desearle buena suerte en el concierto y se escuchaba sobrio. Conocía cuando estaba ebrio o eso quería pensar.

En fin, guarde mis malos pensamientos para después, tenía un viaje por delante y si no me daba prisa, no iba a llegar a tiempo para escucharlos cantar la primera canción de la noche.

Salí de la residencia después de haberme duchado y de colocarme la camiseta autografiada de Ataúd Oxidado, que los chicos me dieron como obsequio en mi cumpleaños.

Conduje por varios kilómetros cuando de repente, mi amado auto comenzó a hacer ruidos extraños.

—No bebé, no puedes fallarme, no ahora— dije, dándole un leve golpe al volante

Me estacioné a un lado del camino y al abrir la parte delantera del auto, alguna pieza estaba sacando humo. Podía ser buena en muchas cosas, pero no conocía de autos, Eddie siempre se encargaba de arreglarlo.

—Arranca bebé, es muy importante que llegué a Hartford, no puedes arruinar mi cita— me veía ridícula hablando con un auto.

Hablé por teléfono a través de una cabina telefónica, algún mecánico o grúa debían enviarme para auxiliarme, sin embargo, tardarían en llegar más de dos horas y el concierto empezaba en 40 minutos. Maldije por lo bajo

Estuve como 10 minutos, sentada a un costado de la carretera, un mustang se estacionó frente a mi BMW. Una chica de aspecto rudo, se detuvo a auxiliarme, junto con su novio.

Estuvieron revisando mi auto y cuando dieron con el problema, me ayudaron a arreglarlo. Era el anticongelante.

---

Con dificultad, logre llegar a Hartford Stage, el concierto ya había empezado. Bob dejo un boleto en la entrada, junto con un pase vip, era de esperarse que el manager de la banda no estuviera esperándola, sabía que no era mucho de su agrado, pero al menos tuvo la decencia de dejarme un boleto.

El concierto estuvo genial, como siempre, salvo que Eddie se notaba un poco raro, sin embargo, lo atribuía a la adrenalina de presentarse frente a muchas personas. Amaba ver que estaba viviendo su sueño.

En cuanto el concierto acabo, esperé unos minutos para sorprenderlo, quería que disfrutará el momento con la banda, además de que debía limpiar el desastre de mi blusa, ya que había chocado con una persona y el queso de sus nachos decoraba mi camiseta. El día era un completo caos.


{Fin del Flashback}


—Como verán, el universo trataba de advertirme que no debía ir al concierto aquella tarde— comente, desviando la mirada de la pared, como si mi viaje al pasado hubiese terminado —Las señales estaban ahí. La duda en la voz de Gareth, el auto y mi camiseta, me decían "huye". El universo trataba de evitar que presenciará el suceso que detonó todo.

Bebí todo lo que quedaba de la margarita, podía sentir los ojos de Robin y Steve sobre mí.

—¿Qué fue lo que viste? —pregunto Steve, su copa aún seguía llena, no sabía si se sirvió otro o era la misma.

—Denme unos minutos, creí que estaba lista, pero como verán, no lo he superado del todo

Lagrimas traicioneras comenzaron a rodar sobre mis mejillas, el alcohol además de soltarme la lengua, me volvía más sensible. Odiaba llorar frente a las personas, pero ellos eran mis, estaban ahí para mí.

Llore todo lo que había reprimido desde la noche en que todo terminó, tal vez era lo que debía hacer: permitirme ser vulnerable y llorar. No supe en qué momento, mis amigos se acercaron a mí, me percaté de ello en cuanto los brazos de Steve y Robin estaban sobre mí, envolviéndome en un cálido abrazo. 

Para siempre, tal vez... <COMPLETA> [Eddie Munson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora